Miedo a la Oscuridad

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24 de Julio de 1995

Querido Diario:

¡Oh, malditas hormonas que desequilibran mi sana y casi perfecta vida!

¿Por qué re mil demonios tuve que enamorarme de Ronald Weasley?

No hay chico más insensible y maleducado, pero resulta ser mi maldita alma gemela.

¡Y crees que exagero! ¡Claro que no exagero!

- Mamá, me siento mal – esa condenada frase salió de la boca de mi mejor amiga, Ginevra.

Y fue la que inició el problema.

Ginny tuvo fiebre y altas temperaturas todo el día de ayer.

Todos le recomendaban pociones y hechizos, pero no surgían efecto…

La Señora Weasley estaba muy preocupada por su pelirrojita menor.

A esto, hay que sumarle que Lupin… bueno, que hay luna llena.

¿Cuál es el resultado?

¡Cambio en las habitaciones!

* Lupin y Sirius se van del Cuartel para mantenernos a salvo.

* Ron tiene una habitación para sí sólo.

* Fred y George siguen juntos

* Ginny se va a dormir con el Señor y la Señora Weasley por la fiebre.

* Y yo, obviamente sola.

Bien, ahora te dejo pensarlo solito…

¿Quiénes quedamos solos?

¡Ron y yo!

¿Lo ves ahora? ¿Ves que el mundo complota contra mi cordura?

Era la una de la madrugada, y yo no pegaba un ojo pensando en que en la habitación de al lado estaba mi Ronnie-pooh, sólo… dormido.

Y mi estupidez no pudo esperar para aflorar…

Salí de mi habitación en puntitas de pie, y sin golpear siquiera la puerta entré a la habitación de Ro-ro.

Y, demonios, allí estaba, soñando con quién sabe qué…

O quién…

- Ronald… ¿estás despierto? – susurré.

- ¿QUÉ PASA? – gritó. Le tapa la boca con una mano, hasta que me vio y dejó de gritar.

- Voy a destaparte la boca, pero habla despacio.

- ¿Qué pasa, Hermione? ¿Qué haces aquí?

- Es que… me quedé sola en mi habitación y…

- ¿Y?

- ¿No te reirás? - Pregunté, fingiendo bochorno. Él negó con la cabeza -. Le tengo miedo a la oscuridad… y más cuando estoy sola.

Ron comenzó a reírse en voz baja, pero a las carcajadas.

- ¿Tú? ¿Miedo a la oscuridad?

- Si, dijiste que no te burlarías, Ronald. En serio, es un problema.

- Bueno, no importa. ¿Y cómo se supone que venir a despertarme a ésta hora te ayude?

- ¡Ron!

- ¿Qué? ¡Es cierto! No te sirve de nada ¿o sí?

- Bueno… yo… esto… ¿Puedo quedarme contigo?

Diario Secreto de Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora