Comienza quinto Año

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4 de Septiembre de 1995

Querido Diario:

Bien, era el último día de vacaciones y Ginny me trajo el sobre de Hogwarts.

- Toma – me dijo sonriendo -. Tu carta. Creo que este año serán muchos libros para ti, cuñadita.

- ¿Por qué? – Le pregunté, tomando el sobre.

- Está algo pasado.

Se marchó sonriendo.

Abrí la carta, como cualquier año y casi me da un infarto: una insignia dorada cayó al piso, con una letra "P" justo en el centro…

Y yo sabía lo que eso significaba.

¡Soy prefecta de Gryffindor!

¿Recuerdas cuando en primero o segundo te dije lo genial que sería llegar a serlo?

¡Pues lo soy!

En ése momento de emoción, no pude evitar llorar un poco y corrí hacia la habitación de Harry: estaba segura de que él era el otro prefecto (son un hombre y una mujer).

En cuanto entré, vi a Harry con una insignia de prefecto entre sus manos.

- ¡Lo sabía! - exclamé.- ¡Yo también, Harry, yo también!
- No - negó Harry rápidamente, poniendo la insignia en la mano de Ron.- Es Ron, no yo.
- Es... ¿qué?
- Ron es prefecto, no yo- aclaró Harry.
- ¿Ron?- pregunté. No puede evitar sorprenderme ¡pensé que Harry debía ser el prefecto! - ¿Pero... estás seguro? Quiero decir...

Ron me fulminaba con la mirada.

¡Qué tonta fui!
- Mi nombre está en la carta- declaró.
- Yo… Yo... eh... ¡wow! ¡Bien hecho, Ron! Es realmente...
- ¿Inesperado? – dijo George que también estaba en la habitación aunque yo no lo había visto antes…
- No, no lo es... Ron ha hecho grandes... es realmente...

No tuve que seguir haciendo el ridículo, porque llegó la señora Weasley.

Se emocionó mucho, y decidió comprarle una escoba a Ron.

Cuando se fue, los gemelos comenzaron a burlarse de mi Ronnie…

- Oh, cállense- gruñó Ron, enfurruñado.
- ¿O qué? - preguntó Fred, con una maligna sonrisa extendiéndose en su cara.- ¿Nos pondrás en detención?
- Me encantaría verlo intentarlo- comentó George, con una media sonrisa.
- ¡Podría hacerlo, si no tienen cuidado! - exclamé, intentando defenderlo.

Los gemelos se burlaron de mí, a coro.
- Déjalo, Hermione – murmuró Ron mirándome.

Harry no parecía muy contento…

Para la cena, la Señora Weasley colgó un cartel que decía:

FELICITACIONES
RON Y HERMIONE
LOS NUEVOS PREFECTOS

Realmente, fue genial…

Y brindaron por nosotros (por Ron y por mí).

¡Imagíname!

Yo sólo pensaba… bueno, soñaba con que la próxima vez que brinden por nosotros estemos casados… o algo así…

Al día siguiente, nos fuimos a Hogwarts.

Tuvimos que dejar a Harry con Ginny solos, ya que Ron y yo debíamos ir al vagón de los prefectos.

Una vez ahí, nos encontramos con los otros prefectos:

Slytherin: Draco Malfoy y la estúpida de Pansy Parkinson.

Diario Secreto de Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora