CAPITULO 5

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Los meses pasaron y aparentemente el maestro había confiado en lo que Lucy le dijo, que yo me comportaría y obedecería cualquier orden, ya que nunca recibí un castigo a lo que hice aquel día en la bañera. Aunque yo pensaba que el castigo era mental, el amo sabía lo que me importaba Lucy y lo que yo significaba para ella, entonces si hiciera algo en contra de las reglas sabría cómo castigarme.

Lucy siempre vigilaba mis movimientos, a la espera de que volviera a hacer algo imprudente, pero no lo hice, iba a buscar la forma de escapar sin ser descubierta así que debía repasar mi último intento y analizar los errores para no tenerlos esta vez.

Un día de septiembre, dos años después de que yo llegara, el maestro llegó con 10 muchachas, fue algo sorpresivo ya que nunca había traído a nadie más aparte de Lucy y cuando yo llegué no había nadie más. Las pobres mujeres estaban sucias y desnutridas, a lo cual se nos pidió que las aseáramos y les diéramos de comer. Era algo fuera de lo común estar en presencia de tantas mujeres, sin embargo no hicimos ninguna opinión al respecto.

- Sue - dijo Lucy entrando a mi cuarto - ¿Tu para que crees que trajo a esas mujeres?

- No lo sé - respondí

- ¿Y si es para cambiarnos? - pregunto angustiada

- No lo creo Lu - dije tranquilizándola mientras se sentaba conmigo en la cama - Son demasiadas, además tu eres obediente, no te vendería, en todo caso sería yo la mercancía de la que tendría que salir

- ¡No digas eso! - dijo acercándose a mí - No voy a dejar que te venda

- Lu, no es como si pudieras hacer algo, solo confiemos que sean nuevos juguetes y nos deje en paz un tiempo, ¿sí? - dije acariciando su mejilla

- Prométeme que si te dice algo me lo dirás

- Te lo prometo - dije - Lu, ¿te puedo decir algo?

- Desde cuando preguntas - dijo sonriendo

- Es que yo... Yo... he...

- ¿Si?

- Tampoco me gustaría que me alejaran de ti - dije finalmente - Yo ...

- Entiendo, tienes miedo de quedarte sola - dijo

- No solo es miedo a quedarme sola, es que tú haces esto soportable - dije mirándola a los ojos - Has sido mi amiga durante todo este tiempo y empiezo a sentir de nuevo

- ¿A qué te refieres con volver a sentir? - inquirió

- Cuando llegue aquí, solo quería escapar como fuera, correr sin mirar atrás, ahora lo pienso dos veces, no podría dejarte aquí

- ¿Me llevarías si intentas escapar de nuevo, no como la última vez?

- Si, por supuesto no sería capaz de dejarte aquí, como una vez me dijiste, me preocupo por ti.

- Gracias

- ¿Por qué me das las gracias?

- Por tenerme en cuenta - dicho esto se alejó dejándome con demasiados pensamientos en mi cabeza

***

Finalmente después de una semana, el maestro trajo a otro hombre, Lucy y yo lo vimos por un pequeño agujero que había en la pared de la cocina y que daba a la sala, nos había dejado allí con explicitas instrucciones de no salir. Los hombres estaban en la sala y había llevado a las muchachas que había traído.

- Así que esta es la mercancía - dijo el hombre - Están muy bien, ¿Dónde las conseguiste?

- ¿Para qué quieres saberlo? ¿Para ir directamente al proveedor? No lo creo - replicó el maestro

Strangers in the NightWhere stories live. Discover now