CAPITULO 42

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Collin me llevo a las viejas bodegas del muelle donde tantas veces había presenciado los horrores de la trata de personas mientras estaba con Peter, pero era el lugar perfecto para acabar con todo aquello.

- Está en aquella bodega - dijo Collin deteniéndose frente a un gran galpón - Todo lo que pediste está allí. ¿Quieres que vaya contigo?

- No - dije al instante - Necesito hacer esto sola, ¿Como lo han atrapado así de rápido?

- No necesitas saberlo - contesto el 

- De acuerdo - asentí sin mas que decir

- Bien, estaré esperándote aquí - se detuvo de decir algo mas

- ¿Si? - inquiri

- Estas segura de que quieres hacer esto? - sus ojos reflejaban preocupación, aquella misma mirada que me había dado Alex antes de salir del hotel.

 Asentí

- Tengo que hacerlo - cerré la puerta del auto y fui hacia la bodega encogiéndome por el frio que me helaba los huesos. Sin duda, cada invierno era más fuerte que el anterior en Seattle

Abrí la pesada puerta y lo vi. Allí, encadenado por las manos colgando cómo un animal que era. Me acerque lentamente mientras me llenaba de la confianza que necesitaba para hacer lo que debía. Camine paso entre paso hasta que estuve frente a él. Estaba un poco golpeado pero consciente. Levanto la mirada y clavo sus ojos en los míos

- Hola mi pequeña - rio sínicamente - Me alegro que estés aquí, así puedes soltarme y regresaremos a casa

- ¿Pequeña? - moví un dedo en negación - Yo no soy tu pequeña, soy la más fuerte aquí, soy alguien buscando por una salida por fin de este laberinto oscuro, y tu - lo señale con odio - estas muy lejos de salir de aquí, nadie va a venir a ayudarte - empecé a caminar de un lado hacia el otro terminado de tomar fuerza – Cuanto tiempo espere para verte así como estas ¿Lo recuerdas? Colgada de las manos, con las esposas haciéndome daño, me hiciste estas – señale mis cicatrices – las llevare toda la vida, pero ¿sabes una cosa?, ahora es mi turno y realmente voy a disfrutar de esto. Esto cansada de ser la víctima, no más, se acabo, así que te parece si comenzamos? 

Fui hacia la mesa que tenía en frente y observe todos los objetos que Collin había dejado allí para mí, todo tipo de herramientas de tortura, él me conocía muy bien y sabía la oscuridad que había en mi alma.

Tome unas pinzas de acero y volví a estar frente a él

- Que te parece si hacemos un trato, yo no te rompo cada uno de los dedos y tú me dices el nombre de cada una de las chicas que has vendido – hizo una mueca en forma de risa pero soltó un gemido

- ¿En serio crees que puedes hacerme daño? No eres capaz de hacerme nada. Eres una puta débil y sin iniciativa

- Ahh!! No sabes sus nombres – continúe hablando sin prestar atención a sus palabras – Así que no hay trato

Me acerque por detrás y empezó a retorcerse cuando vio mi iniciativa. Mi deseo de venganza era más grande que la razón, así que tome el dedo pequeño de su mano izquierda con las pinzas y las retorcí hasta que escuche un chasquido. Un dedo roto y todavía me quedaban nueve más para jugar

- Aaaaaaaaaggggggggggggg!!!! – su grito fue profundo y la sangre empezó a gotear en el piso

- Has visto mi iniciativa – sonreí maliciosamente – Así que tengo otro trato, dime qué opinas de este: ¿Qué tal si me dices donde esta Lucy? – Nunca quise usar su nombre en algo así pero simplemente salió todo el dolor que sentía por ella todavía – Ah! Es cierto que no puedes decírmelo porque está muerta! – un nuevo chasquido se unió a sus gritos

Strangers in the NightWhere stories live. Discover now