CAPITULO 32

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JULIA

Pasaron varias semanas y Thiago estaba feliz de estar viviendo con Alex, él lo llevaba a la escuela todos los días antes de ir al hospital. Yo no podía hacerlo todavía porque, según mi médico personal, me había dado incapacidad de varias semanas y aunque me sintiera mucho mejor, vivía con un doctor que no me dejaría saltármela, además ahora tenía que cuidarme por dos, cosa que Alex no dejaba de recordarme

- Pasare por Thiago en la noche a casa de Marian, ella dijo que lo recogería de la escuela, así que podemos pasar juntos por él – dijo cuando llego en la tarde. Mi hijo se encontraba en su clase de natación y Alex llegaba temprano a casa ahora. Desde que había terminado su residencia, tenía más tiempo – Me daré una ducha – se quitó esa bata que lo hacía tan sexy

- ¿Puedo acompañarte? – dije sin pensar. No habíamos estado juntos desde antes del incidente y aunque yo lo había intentado, él se resistía por miedo a hacerme daño o hacer daño al bebe, lo cual era una total estupidez. Mis moretones habían disminuido notablemente, mi ojo estaba por completo recuperado aunque me quedaría una cicatriz sobre la ceja y los puntos de la frente también dejarían una, sin embargo esa se podía ocultar de otras formas.

Hace poco me habían quitado el cabestrillo del hombro, pero mi muñeca seguía inmovilizada porque su situación era más compleja

- Solo si tú quieres - respondió con picardía mientras me abrazaba y me llevaba a la ducha

Me beso en los labios, luego bajo al cuello mientras se deshacía de mi camiseta y yo de la suya, entramos en la ducha aun besándonos, pero el agua fría hizo que saltáramos

- Está congelada- chille mientras me pegaba a la pared

- No esta tan fría – protesto el halándome dejado de la regadera

- Claro que si – luche por soltarme y alejarme del frio pero él me beso de nuevo y mi calor corporal fue suficiente para solventar el frio del agua

Bajo por mi cuerpo dejando un camino de besos, por el cuello, mis pechos, mi estómago y vientre, mientras sus manos masajeaban mis piernas

- En serio me haces falta – dijo soltando un suspiro

- Tú también me haces falta – bese sus labios

Me levanto y me beso fuertemente contra la pared, sus manos viajaban por todo el cuerpo al igual que las mías, me presiono un poco sobre el pecho haciendo que mis cosillas ardieran y yo solté un chillido

- No debemos – se separó de mi – Te lastimaré

- No – lo agarre con el cabello atrayéndolo a mi – te necesito

- Jules – gimió, pero calle sus propuestas con otro beso – No puedo, no quiero hacerte daño

- No vas a hacerme daño – ataque con otra ola de besos

- No aquí – susurro

Me levanto con cuidado dejando que mis piernas se enroscaran alrededor de su cintura mientras sus manos me sujetaban por la cintura y me sonreía tocando mi nariz con la suya

- Aquí – me dejo suavemente sobre la cama

- Perfecto – coincidí besando su pecho

- Me vuelves loco – beso cada uno de los moretones que se negaban a irse

- Y tú a mí - sonreí como una adolescente. Era justo que me sintiera así, ya que me había robado esa parte de mi vida

Strangers in the NightWhere stories live. Discover now