Los días pasaron entre la escuela y las clases de natación de Thiago. Había hablado con Marian y las cosas se habían solucionado. En cuanto al atractivo doctor Reed, no había vuelto a tener noticias. Supongo que la conversación no estuvo tan interesante como yo lo había creído. Mis compañeras en la escuela habían preguntado a qué se debía mi cara de felicidad el lunes siguiente a mi cita no sé porque, terminé contándoles el café que había compartido con el doctor. Como era de esperarse todas se emocionaron porque había decidido por fin ir a una cita, pero cuando vieron que no volvía a pasar, fueron mi apoyo en la desilusión que empezaba a sentir.
- No te preocupes Jul, seguramente está muy ocupado - dijo Kara tratando de animarme
- Si, ¿No dijiste que es doctor? De pronto ha estado en muchos turnos - ayudó Diane
- Además dijo que quería repetir la cita ¿o no? - término Kara
- Ustedes son sus santas defensoras - replique- Digamos la verdad. Salió conmigo y se dio cuenta de que no soy lo que esperaba, además fui demasiado ilusa al pensar que podía darse algo con él. De por dios tengo un hijo y los hombres no buscan mujeres con este tipo de compromisos
- No deberías juzgar antes de saber porque no ha llamado - espeto Kara
- Han pasado 2 semanas y ni un mensaje. Ya acepte la verdad - repliqué
- Pues creo que te equivocas - dijo Marie entrando a la sala de maestros con una gran caja blanca, era de forma rectangular
- ¿Qué es eso? - preguntó Diane
- Son flores - respondió Marie - son para ti - me señaló
- ¿Para mí? - nunca nadie me había regalado flores
- Eso pone en la tarjeta. "Julia Carter" - Marie me entregó la caja blanca y la tarjeta. Puse la caja encima de la mesa y la abrí. Era un arreglo muy lindo de rosas rojas y blancas, perfectamente acomodadas con los tallos libres de espinas y recubiertas por la capa de papel de seda. Leí la tarjeta: "Julia, no suelo hacer esto por lo tanto no sé qué escribir en la tarjeta, pero solo sé que cada vez que veo estas rosas me acuerdo de ti. Tu recuerdo está siempre presente en mi mente. Espero verte pronto. Alex" - sonreí durante un rato mientras miraba la hermosa caja de rosas.
- ¿Qué decías?- interrumpió Diana mis pensamientos
- Yo ... no lo sé - respondí
- Para mí que alguien se acuerda mucho de ti - replicó Kara leyendo la tarjeta
La campana sonó e interrumpió el momento. Dejé las flores sobre mi mesa y me fui a dar clase a mis angelitos. El día transcurrió sin más novedades, los niños hacían sus actividades sin problema y me había escapado un momento para poner las flores en el auto para que no me vieran salir en la tarde con la gran caja. Sin embargo el pequeño inquisidor que tenía por hijo comenzó su interrogatorio en el momento que subimos al auto
- ¿Mami qué es eso?- señaló la caja en el asiento delante de él
- Es una caja - respondí sonriendo
- Ya lo sé - respondió con voz irónica -¿Que hay dentro de la caja?
- Cosas
- ¿Qué cosas?
- Algunas cosas - dije mientras giraba para tomar la calle a nuestra casa
- "Julia, no suelo hacer esto por lo tanto no sé qué escribir en la tarjeta, pero solo sé que cada vez que veo estas rosas me acuerdo de ti. Su recuerdo está siempre presente en mi mente. Espero verte pronto. Alex" - leyó en voz alta - ¿Alex? ¿Cómo el doctor?
YOU ARE READING
Strangers in the Night
RomanceTodos tenemos luz y oscuridad dentro de nosotros, para algunos la oscuridad es tan profunda que ahoga la luz, pero hay otros que convierten esa luz en esperanza y dejando la luz atrás aunque las sombras nunca se van, siempre están presentes. Suzanne...