CAPITULO 29

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Dos semanas después del incidente los doctores decidieron darme el alta con incapacidad de al menos un mes para recuperarme por completo. La hinchazón del corte de mi ojo derecho había disminuido considerablemente, así que solo se veía la cicatriz rodeada por una paleta de colores verde, azul y morado, al igual que el corte en la parte derecha de mi frente, mi hombro estaba entablillado y mi muñeca enyesada, además de un fuerte vendaje que rodeaba mi tobillo izquierdo, donde tenía una torcedura. Los hematomas en el resto de mi cuerpo empezaban a desparecer, a excepción de aquel de las costillas, donde había otro vendaje por los huesos rotos que se encontraban allí. Esto tomaría mucho más tiempo que la última vez

- ¿Estas lista? – Alex se había ofrecido a llevarme a casa, así que estaba esperando mi afirmación para ayudarme a salir. Él había estado raro los últimos días, pero era claro que cualquiera hubiera estado nervioso después de lo que acaba de ocurrir

- Lista – respondí intentado ponerme en pie

- ¿Qué estás haciendo? – preguntó acercando una silla de ruedas a la camilla – Ven aquí – Me alzo con mucho cuidado y me puso en la silla – no debes hacer ningún esfuerzo

- Quiero caminar – protesté

- Tienes una torcedura en el tobillo, no puedes sostenerte – rio mientras empujaba la silla de ruedas – Es hora de ir a casa

***

- Llegamos – dijo deteniéndose en la puerta de su edificio

- Creo que olvidaste donde vivo – repliqué

- No, no lo he olvidado – rio mientras bajaba del auto y lo rodeaba – Vamos

- Alex, este no es mi edifico

- Ya lo sé, te dije que vamos a casa. Te quedarás conmigo

- ¿Qué? – debía estar bromeando - ¿Estás haciendo un chiste, cierto?

- No – respondió seriamente

- No puedo quedarme contigo – replique – tengo que ir a mi departamento

- No puedes ir allí, no te voy a dejar sola en un lugar donde fuiste atacada, además, en este momento es la escena de un crimen y la policía lo tiene acordonado

- ¿La policía está en mi casa? – dije mirando hacia la puerta de mi edificio

- Si, estará allí durante lo que dure la investigación, así que estas atrapada conmigo

- Alex... puedo decirle a Marian...

- Shhh – puso un dedo en mis labios - ya hable con ella. Estuvo de acuerdo conmigo, así que ahora que ya está todo claro, ven aquí – me levanto desde la silla de su auto y fui a parar a sus brazos.

Subió las escaleras sin dificultad y llegamos al tercer piso y abrió la última puerta del pasillo sin gran esfuerzo

- Espera acá, voy por las otras cosas – dijo mientras me ponía en el sofá

Me quede observando el entorno. Después de casi un año de estar viéndonos solo había estado en su casa pocas veces, la primera fue aquella vez que compartimos comida tailandesa y salí corriendo. Ahora todo lucia más iluminado, el sol entraba por la ventana y le daba vida a toda la estancia. Vi algunas fotos sobre la encimera en las que aparecía él y una pareja, supongo que serían sus padres, y había otras cuantas donde aparecía con una señora un poco mayor que la mujer de las otras fotos, su tía Francisca. La pareja se veía realmente feliz

- Son mis padres – dijo como si pudiera leer mi mente

- Se ven contentos – sonreí mientras el cerraba la puerta

- Fue una excursión que hicimos al gran cañón. Fue un gran viaje, deberíamos hacer uno nosotros

- Me gustaría eso

- ¿Te gustaría un té o un café?

- Realmente quisiera ver a Thiago, no he podido verlo en dos semanas – era cierto, Alex creía que el hospital no era un ambiente propicio para un niño y yo tampoco quería que me viera así de maltratada. Él se había estado quedando con Marian y Collin

- Si lo sé, hable con Marian acerca de eso también. Mañana en la mañana lo traerá

- ¿En serio?

- Si

- Gracias - Podría ver a mi hijo por fin

- ¿Por ahora, té o café?

- Té estaría bien

- De acuerdo – fue hacia la cocina a colocar la tetera sobre la estufa

- Ven aquí mientras tanto – dijo ayudándome a levantar con un brazo alrededor de mi cintura

- Creía que habías dicho que no podría caminar

- No vas a caminar – me levanto en sus brazos y me dio un beso en la cabeza llevándome a una habitación – Yo camino por ti y tengo que mostrarte algo

Llegamos a la última puerta de su departamento y la abrió. Era una habitación de tamaño promedio, con una cama individual en el centro y una ventana detrás. Todo parecía normal hasta que divise algunas cosas que conocía, había una fotografía donde Thiago y yo estábamos en el parque sonriendo al lado del pequeño reloj en forma de violín que le encanta a mi pequeño, más allá, sobre el escritorio, estaban sus textos de la escuela, al igual que su mochila y por la puerta abierta del armario veía acomodada perfectamente su ropa.

- No quiero asustarte – dijo viendo mi cara de sorpresa y note un pequeño signo de nervios en su voz – Siéntate aquí – me dejo sobre la cama – Por ahora no puedes volver a tu departamento y como ya lo sabes te quedaras aquí, sin embargo Thiago necesita a su madre y también necesita sus cosas, así que lo hable con Marian y Collin y les pareció bien que Thiago también se quedara aquí por el tiempo que sea necesario, además quiero que ustedes dos se sientan bien, que se sientan en casa y... - se sentó a mi lado mientras mis lágrimas interrumpían sus pablaras. ¿Cómo había sucedido esto? ¿Cómo me había ganado a este hombre tan maravilloso? – Cariño, si no estás de acuerdo podemos...

- Shhh – lo bese en los labios estos se relajaron. El me ofrecía toda una vida y yo debía ofrecerle la verdad, debía contarle todo, ahora – Alex...

- Me lo dices con el té – me levanto de nuevo y me llevo hasta la sala, luego fue a la cocina, preparo el té y volvió a mi lado. Lo probé, estaba delicioso

- Gracias – sonreí – Alex, tengo que hablar contigo, tengo que ...

- No quiero que me cuentes nada aun, quiero que te recuperes y...

- Necesito decírtelo ahora, mereces saber la verdad, mereces saberlo todo - dije sollozando mientras él se sentaba en el sofá a mi lado

- No tienes que contármelo ahora, ya te lo dije, debes descansar - dijo el abrazándome

- No, tienes que saberlo, y entenderé si no quieres saber nada de mi cuando termine, cogeré mis cosas y me iré a casa de Marian

- Eso no va a suceder- replicó inmediatamente

- Nunca digas nunca – espete - menos si no sabes la verdad

- ¿Que podría ser tan terrible que me haría salir corriendo?

- ¿Estás listo para saberlo todo? - pregunté mirando fijamente a sus grandes ojos cafés.

El asintió y comencé mi historia.

Strangers in the NightWhere stories live. Discover now