Capítulo 19

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Dedicado a: Marinette1996

El anillo más bonito que sus ojos han visto en toda su vida. El diamante solitario que reposa en medio es realmente enorme y brillante. Era increíble que dentro de un mes, Marisse iba a contraer nupcias nada más y nada menos que con Satanás. Nunca pensó que el existiera hasta que lo vio con sus propios ojos. Aquella sensual y escultural figura masculina de buen trasero era un verdadero ángel caído, quien estaba enamorado de ella desde que tiene uso de razón. El amor que uno siente por el otro puede ser enfermizo a tal grado que ambos están dispuestos a desafiar las reglas del ser supremo sin imaginar las graves consecuencias que les traerá su amor prohibido.
-Señorita Grayson, ¿podría repetir lo que acabo de decir? -gruñe la voz del maestro de Marisse.
Ella se pone roja al darse cuenta que no escuchó nada de lo que él ha estado diciendo por estar viendo como estúpida su anillo de compromiso.
-Señorita Grayson, le estamos esperando -insiste el profesor.
Marisse abre la boca para hablar, pero en ese momento el timbre de salida suena. El desconocido profesor arruga su entrecejo y cuando los alumnos van saliendo, dice:
-Necesito hablar con usted, Grayson así que debe quedarse.
Marisse asiente un tanto disgustada. Ni siquiera sabe cómo demonios se llama el profesor. Es nuevo.
-Hasta mañana, Grayson -susurra uno de los compañeros de Marisse, llamado Daniel.
Ella le sonríe incómoda. Si Piero hubiera visto la mirada que el chico le hizo, seguro ya estaría decapitado.
Luego de que todos los alumnos salieran del aula, el profesor le indica que tome asiento frente a él. Marisse ve detenidamente al sujeto; bastante alto, guapo, ojos marrones y con una linda barba. Bastante joven cómo pra ser un profesor, por cierto. Claro, a pesar que era guapo no le quitaba nada lo amargado.
-¿Sabe usted que día es hoy?
Marisse se coloca un dedo en la boca y analiza la pregunta que el profesor le ha hecho, pero por más que intenta recordar, no tiene ni la más mínima idea de que día de la semana sea, así que, sonriendo con inocencia, niega. El profesor pone los ojos en blanco.
-Hoy es Viernes señorita Grayson -gruñe -¿Y sabe usted cual es mi nombre?
-No tengo ni la más mínima idea de quien demonios sea usted -contesta Marisse sonriendo.
El profesor la ve incrédulo, pero sin poder evitarlo, suelta una risita.
-Mi nombre es Máximo, soy su nuevo profesor de Derecho judicial. Si vinieras a clases, tal vez y lo supiera, señorita.
-Lo siento... Es que... Estaba enferma -miente.
-Cómo no. Marisse si te pedí que te quedaras es para hablar seriamente contigo. Vuestro antiguo profesor, el señor Marshall dejó todos los informes de las calificaciones. Me sorprendió que tú fueras el promedio más alto, seguido de un tal Gianluca Ginoble... Pero lo que más me sorprendió fue que de un tiempo para acá has comenzado a faltar mucho a clase. Tampoco has entregado tareas muy importantes. ¿Que está pasando contigo? ¿Porqué de repente parece importarte un carajo todo lo bueno que has logrado?
Marisse ve desconcertada a su profesor, llamado Máximo. No sabe si el desconcierto se debe a sus preguntas o a su forma de hablar. Nada digno de un maestro.
Va a responder algo, pero Máximo nota el anillo adornando su dedo anular. La ve a ella y, alzando una ceja, pregunta:
-¿Te vas a casar? ¿Es por eso que has estado ausente? Marisse... Yo te recomiendo que dejes eso para después. Lo más importante para ti deben ser tus estudios.
-¿Y a usted que le importa? -gruñe Marisse molesta -creo que eso es algo personal de lo cual no le debo explicación alguna. Ahora, ¿va a dejarme algún trabajo o de verdad ya reprobé su cochina materia?
Máximo ve anonadado a Marisse. Vaya carácter... Siempre ha conocido ese carácter suyo, pero ahora está peor. No cabe duda que Satanás la está cambiando mucho.
Marisse continúa hablando con su entrometido profesor, mientras Satanás se está cambiando en el departamento para ir a recoger a su prometida al campus. Está en el baño poniéndose un poco de gel en el cabello y al salir, se encuentra con una sonriente Marisse en la cama. Está semidesnuda.
-Mi amor -murmura -estaba pensando en que deberías compartirme de nuevo con Belial. Estoy lista ahora y lo deseo entre mis piernas.
Piero pestañea. Sin poder evitarlo, comienza a reír a carcajadas.
-Buen intento, Belial -dice limpiando el rabillo de su ojo- pero a mi no me puedes engañar. Yo conozco a mi mujer cómo la palma de mi mano. Además, ella está en la universidad ahorita y voy por ella.
Belial comienza a reír y vuelve a su forma original de hombre.
-Rayos... Al menos lo intenté.
-Hermano, si tanto deseas a mi mujer, convencela a ella, no a mi.
-Cierto. Tu mujer es bastante adictiva y sexy... ¿puedo ir contigo a traerla?
-Seguro.
Satanás y Belial corren hasta el estacionamiento en donde dos espectaculares motocicletas Ninja de color negro les espera. Conducen al estilo villano de Hollywood sin sus cascos, vestidos de negro totalmente y con lentes oscuros.
En todo el trayecto, las mujeres que los ven pasar no pueden evitar babear por ellos y al llegar a la universidad, es peor. Chicas se amontonan alrededor de ellos. Piero se incomoda, pero Belial sonríe encantado y coge todas las tarjetas con números telefónicos anotados. De pronto, Piero ve aparecer a su bella prometida, seguida de un extraño sujeto que habla alegremente con ella. No tiene idea de quien sea, pero le da mala espina.
-No faltes ni un día más a clases, Marisse -murmura el profesor Máximo deteniéndose -eres el mejor promedio.
-Trataré profe, se lo prometo.
-Hasta el lunes -dice y se acerca ligeramente a ella.
Marisse se estremece por el último susurro del profesor. Fue algo confuso y sólo logró escuchar un "El final está cerca... Ten mucho cuidado"
-Mi amor -susurra Piero abrazando a Marisse -¿Quien era ese tipo?
Marisse se abraza a Piero. Un temor se había alojado en su corazón. Quiere decirle a Piero lo que el sujeto le dijo, pero quizá escuchó mal.
-Mi nuevo profesor de Derecho Judicial- murmura besando el pecho desnudo de Lucifer -me ha regañado por faltar a clases.
-Que se vaya al carajo. Dile que me diga todo a mi... Lo decapitaré si te vuelve a molestar.
-¡Piero! -jadea Marisse abriendo sus ojos.
Satanás ríe.
A pesar de que quizá Marisse escuchó mal lo que Máximo le dijo, la angustia seguía carcomiendo su mente. ¿El final de verdad está cerca?

~Enamorada del Diablo~®©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora