Dedicado a: Esapelusa
—¿Que mierdas haces aquí, Belial? Creí decirte que te quedaras en la habitación —gruñe Marisse por lo bajo jaloneando a Belial fuera del oído y vista de Alice.
Éste le reduce la mirada y sisea:
—Luck me contó todo sobre esa tipa y escuché cuando te dijo que era una tontería casarte con él. ¿Quien demonios se cree ella para decirte toda esa mierda? ¡Es nadie! No tiene por qué meterse en tu vida ni en tus decisiones.
—Lo sé Belial —murmura —lo sé muy bien y créeme que nada de lo que ella haga o diga hará que no me case con Piero. Yo lo amo y no me importa si le hace o no le hace sentido.
—Muy bien, bella Marisse. Me encanta que seas tan decidida e imponente. Ahora... Por lo que pude percibir, esa zorrita se mojó por mi. Me gustaría jugar un poco con ella —dice Belial pícaramente y meneando las cejas.
Marisse lo golpea en el hombro y gruñe:
—¡Ni hablar! ¡Eso ni lo sueñes!
—¿Porqué no? Así la mantendría ocupada y lejos de ustedes. Piensa corazón, si ella...
—¡No Belial! —sisea empujándolo contra la pared —ya te dije que no.
—¿Porqué no? —pregunta este divertido y un tanto arrogante.
Marisse voltea a ver hacia atrás para cerciorarse que Alice no la esté viendo. Cuando se asegura, sujeta a Belial por los hombros y gruñe:
—En primer lugar, por que ella es mi mejor amiga. Segundo, tú eres un ángel caído y ella es la hija de un pastor.
—Mmmmmm... Me encanta lo prohibido. Muero por ver la cara de Dios cuando se entere que me tiraré a otra humana y la arrastraré al lado oscuro.
—Belial —sisea Marisse.
—¿Que? ¿Porqué tan enojadita, Grayson? ¿Porqué no me dices realmente que es lo que te molesta?
Marisse arquea una ceja y, acariciando el abdomen de Belial lentamente, llega hasta la bragueta del pantalón. Desabrocha el botón y metiendo su mano bajo el bóxer de él, susurra:
—Por que tú, al igual que Piero eres mío... Mío. Sólo mío, de mi propiedad y a mi no me gusta compartir lo que me pertenece. Soy muy territorial. ¿Entiendes, Belial?
Ante los ojos brillosos, coquetos y llenos de lujuria de Marisse, Belial asiente apretando la mano de ella en su potente erección.
—Muy bien, buen niño —murmura ella masajeando la punta —no tienes idea de cuánto deseo estar contigo y Piero ahora mismo, pero lastimosamente tenemos visita...
—De la zorra ya me encargué yo —dice la voz de Piero mientras entra a la cocina y se sienta en una silla para observar a Marisse y Belial.
—Joder Marisse —jadea Belial removiéndose inquieto —comienzo a creer que eres más peligrosa y perversa que nosotros dos juntos...
Marisse se lame los labios y asiente. Cae de rodillas ante él. Termina de bajar la bragueta y libera aquella enorme y apetitosa erección que no duda en llevársela a la boca. Belial gime. Piero se pone en pié y camina hasta Marisse. Le quita el mini short que ella llevaba puesto, le levanta un poco el trasero y se ensarta en su interior una y otra vez.
...—¿Que me pasó?
—Te desmayaste.
—¿Enserio?
—Si —asiente Marisse viendo con inocencia a su amiga.
Ella suspira un poco dolorida. No recuerda haberse desmayado o haberse sentido mareada. Lo único que recuerda es que vio al hombre más guapo del mundo en este departamento.
—¿Donde está? —pregunta la rubia sonrojándose.
Marisse aprieta los dientes un tanto furiosa pero, disimulando, murmura:
—¿Donde está quien?
—El chico que vi hace rato... Uno muy, muy guapo y jodidamente atractivo.
—Ah... Ese... —gruñe Marisse —está durmiendo.
—¿Cómo lo conoces? ¿De donde es?, ¿como se llama?
—¿Quien demonios te dijo que me voy a casar con Piero? —pregunta Marisse sin contestar una sola pregunta de su ahora molesta amiga.
Ella se atraganta y abre los ojos como platos.
—¡¿Te estás volviendo loca?!
—No.
—¡No permitiré que cometas el mayor error de tu vida! ¡Sobre mi cadáver te casas con ese demonio!
—Entonces tendré que matarte —sisea Marisse apretando el cuello de su amiga —estoy harta de ti, de Gabriel y de todos. Estoy harta de que se metan en mi vida como si no tuvieran la suya.
—Marisse... Me estás lastimando —jadea.
—No te quiero matar ni hacerte nada malo, Alice... Pero tienes que entender de una maldita vez que es mi vida y que amo a Piero con todo mi corazón y que voy a pasar el resto de mi vida a su lado. Estoy enamorada de él. ¿Es tan difícil comprenderlo?
Marisse suelta el cuello de Alice y bufa frustrada.
La rubia respira con profundidad y chilla:
—Él es un demonio, un ángel caído, satanás... Él es malo. Te ha cambiado por completo. Ya no te reconozco, Marisse...
—Lo único que me ha hecho cambiar es la gente estúpida como tú. Si, Piero es un ángel caído. Lucifer... Pero él no es malo, es muy bueno.
—Él es malo para ti, Marisse.
—¡No! —grita — ni tu, ni nadie puede decirme que él no es bueno para mi, por que nadie sabe como es él conmigo a solas y que tan bien me siento estando con él. No importa lo que Piero represente para ti, si no lo que representa para mi. Él es el amor de mi vida, todo lo que yo quiero y deseo. Si tú no puedes entender eso de una jodida vez, te pido que por favor te largues de mi casa y de mi vida para siempre.
Alice se queda anonadada con la boca abierta sin saber bien que decir ante las palabras de Marisse.
Ese demonio cambió por completo a su amiga y ahora, ella lo prefiere a él antes que a ella.
Alice, con el corazón destrozado por la actitud de Marisse, se pone en pié y con lágrimas en los ojos, murmura:
—Muy bien, Marisse. Hasta nunca.
Alice se va hecha una furia de la casa de su amiga, pero aún así, nadie podrá impedir que ella la rescate de las garras de aquel demonio malvado. Ella está segura que Marisse no está enamorada de él realmente y que quizá su confusión sea gracias a la capacidad de manipular de él.
Marisse comienza a sollozar. ¿Porqué Alice es tan testaruda? ¿Porqué no entiende que en verdad ama a Lucifer sin importar que él sea "malo"?
—Marisse —murmura la suave voz de Piero— te juro que lo que menos quiero es ponerte en contra de tu amiga...
—Tú no has hecho nada mi amor— susurra Marisse abrazando a Piero —es ella misma quien lo ha hecho... Yo te amo y eso nada ni nadie lo podrá cambiar nunca.
—Será mejor que nos preparemos para lo que viene —dice Belial —esa rubia oculta algo. Es peligrosa y siento una extraña presencia que nos vigila continuamente.
—Yo también la siento —afirma Lucifer —es extraña... Lo mejor será reunir a todos los demonios que lucharán nuevamente con nosotros. Ve por ellos, Belial. Lo peor está por comenzar...—El final está cerca, Lucifer. Muy, muy cerca.
Una carcajada retumba por todo el cielo y una extraña y desconocida figura vuela de un lado a otro con una sonrisa burlona y maligna en la cara. Al perecer, otro ángel acaba de llegar a la tierra.Últimos Capítulos.
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~Enamorada del Diablo~®©
Romance- Y si, tal vez él es malo... Pero cuando sonríe solamente puedo ver todo lo bueno que hay en él - respondió ella bajando la cabeza. Estaba consciente que se había enamorado de un ángel maligno y que tarde o temprano lo suyo podría terminar y él...