14) Recuerdos De Siglos

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Emireth sabía que había llegado su tiempo. El tiempo de decir algunas verdades. Y allí se encontraba, en el recibidor de su casa acompañada de su hermano que estaba frente a ella, preguntándole cosas que se estaba guardando hasta que llegara la oportunidad. Estaban solos, porque Roman había llevado a Dayane al parque y luego la iba a llevar a comer, así que tendrían ambos hermanos una larga charla.

— Solo pregunta —le permite Emireth moviendo descontroladamente sus manos.

— ¿Quién era esa? La chica que desapareció al yo despertarme ese día.

— Ella se llama Anne Howless y puede viajar por dimensiones.

— ¿Qué hacia ese día aquí? —pregunta Kiefer al terminar Emireth de responder.

—Vino a ayudar, como lo hace al aparecer.

— ¿Y porque no apareció mientras estabas en prisión?

— Porque eso lo debía resolver yo, no ella.

— ¿Y sobre Dayane?

— Ella es especial, tiene una habilidad sorprendente.

— ¡¿Cómo?! –preguntó Kiefer sorprendido.

— Tiene la habilidad de curar, su poder es magnífico pero a la vez es un grave riesgo.

— ¿Tú tienes habilidades?

— Sí.

— ¿Cuál es?

— No puedo decírtelo.

— ¿Qué ocultas Emireth? ¿Qué es eso que te está quemando por dentro?

— Hermano, la culpa, el miedo y el dolor son lo único que me dan más vida. No puedo explicar cómo, pero eso me hace cada día más fuerte y ser mas consciente.

— Hermana, no entiendes que te estás haciendo daño. Me mantuve en silencio desde ese día porque quería darte tiempo para pensar. Quiero que reflexiones —le pide Kiefer.

— Ya eso no funciona conmigo, ya estoy vacía por dentro.

— No, solo quieres hacerte creer eso.

— Kiefer, no sabes todo lo que he pasado, así que mantente en silencio.

— No, ahora estoy aquí, para acompañarte en las buenas y en las malas, como hace años no lo hice.

— ¿Sabes? —Kiefer la miró —. Anne fue la que me dijo que no tu pudiste venir, porque no te dejaban, ella me ayudo a entender que no debo odiar a mi hermano.

— Esa tal Anne si sabe muchas cosas.

— Mucho, diría yo.

— Quiero ayudarte.

— Por ahora no puedes, Kiefer.

Emireth se levantó del mueble y se dirigió a su habitación. Estaba aturdida y confundida. Había tenido unas ganas de decirle a su hermano que ella había asesinado a sus padres y que tenía una habilidad tan poderosa que nunca hubiera querido.

De pronto las palabras de Jorens y Rosemary retumbaron en su mente. Cada una le dijo Ángel de la Muerte. La tal Rosemary quiere sus habilidades y Jorens solo disfruta lastimar a las personas. Cada una tiene algo en común, hacerle daño.

Unas cuantas horas después, llegó su hija con Roman. Emireth no quería verlo, así que se mantuvo en su habitación. Estaba ya segura de que sentía algo por él y necesitaba alejarlo de ella. Se sentía como una estúpida al pensar que podría tener una vida normal.

Killing You In My MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora