19) Cosas en Común

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Emireth había iniciado una búsqueda profunda, pero solo había conseguido un libro que se llamaba “Vida y Muerte. La misma naturaleza.”

Al llegar a su casa, dejó el libro en la mesa del comedor y volvió al recibidor. Estaba agotada, había estado todo el día buscando posibles pistas sobre el paradero de Rosemary y también sobre algo de su habilidad. Llevaba más de dos semanas investigando, aunque debía tomar reposo. Kiefer le había regañado varias veces, pero ella era terca.

Unos días antes, intento usar su habilidad, había estado muy molesta ese día, pero al intentarlo, un fuerte dolor de cabeza le dio, y tan fuerte fue el dolor, que no le quedaron ganas de imaginar una muerte. El dolor era tan inmenso, que le había paralizado cada parte de su cuerpo.

Se recostó sobre su mueble, cerró sus ojos y torció los labios. Siempre hacia lo mismo cuando intentaba pensar. Debía conseguir algo que la ayudara con los problemas que le embargaban. De pronto escucho la voz de su padre, interrumpiendo sus pensamientos.

— Tengo algunas respuestas a tus preguntas —volvió a repetir.

Emireth suspiró agotadoramente antes de contestar:

— Tengo demasiadas preguntas, ¿cuáles respuestas exactamente me tienes? —abre los ojos y encuentra a su padre de espaldas a ella.

Sabía que esto era producto de su imaginación, pero siguió su propio juego.

— Sobre tus habilidades —eso llama su atención.

— Continua.

— Solo pregunta, hija —dice su padre dándose la vuelta y dedicándole una sonrisa.

Emireth se detuvo un momento en pensar, sabía que ver a su padre sonriéndole era algo extraño, pero pensaba que en su imaginación, podría ser que su padre fuera amoroso.

— ¿De dónde proviene mis poderes?

— De mucho tiempo atrás, aunque tus poderes solo están iniciando.

— ¿Iniciando? ¿De qué hablas?

— Son tres evoluciones, y tú estás comenzando la primera —hace una pausa significativa antes de continuar —. Emireth, tu eres demasiado poderosa.

Emireth lo miró sorprendida. No creía que fuera cierto. Ella pensaba que sus poderes eran muy simples. Además, nunca había escuchado sobre evoluciones.

— Padre, ¿yo puedo hacer más que asesinar? —esa pregunta sorprendió a su padre.

— Es la naturaleza de ambas, ser diferentes y dar algo que la otra no puede —contestó su madre por él.

Emireth la miró con mucho cuidado.

— ¿Y quién es la otra u otro?

— Aura, ella es la otra mitad de la naturaleza, y tú eres la otra mitad. Ambas son importante en este universo. Cada una con dones fundamentales —respondió su madre.

— ¿Quién soy? —al fin logro preguntar.

— Eres alguien a quien le dieron una importante misión, solo eso.

— ¿Y si no quiero serlo? —preguntó a ambos con nerviosismo.

— Lamentablemente es tu destino.

— ¿Matar a mis padres es mi destino? —preguntó incrédula mientras se levantaba y se dirigía al comedor a buscar el libro.

— No exactamente. Pero siempre hay una razón —contesta su padre detrás de ella.

— ¿Te podrías explicar mejor? —pidió tomando el libro, que tenía el lomo verde y las letras negras.

— Bien –dice a regañadientes su madre —. El collar que te di a los nueve años, búscalo –exigió.

Killing You In My MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora