El almuerzo con Lynn fue incómodo. Él se comportaba de forma extraña e hizo pensar a Emireth que estaba siendo el mismo de quien ella se había enamorado la primera vez. Dayane le había dicho después de llegar a casa que se lo había pasado de maravilla. Eso motivo a Emireth a que debía continuar llevándosela bien con el padre de ésta.
A Kiefer se le hacía extraño que su ex-cuñado empezara a actuar así. Algo estaba pasando y él iba a averiguarlo. Además, de todo eso, era que Roman se había distanciado, y eso le pesaba a él y a Dayane, que no dejaba de preguntar por él. Emireth siempre evadía el tema y eso le instaba a abrazarla y decirle que todo iba a estar bien.
Al día siguiente, lo que Kiefer no había esperado, era que Gabe Thiwer estuviera frente a la puerta de su casa, buscando a su hermana.
— Buenas tardes, Kiefer —saludó cortésmente Gabe.
— Buenas tardes, comisario, ¿qué lo trae por aquí hoy? —preguntó con el ceño fruncido.
— Vino a buscarme —respondió Emireth detrás de Kiefer, haciendo que este se sobresaltara.
— Siempre te he dicho que no hagas eso —alza la voz Kiefer sosteniendo su pecho con su mano, intentando calmar su corazón.
Emireth se ríe ante su forma de decirlo.
— Siempre tan llorón —bromea su hermana.
— Emireth Jenkins, respeta a tu hermano mayor.
— Sí, claro —dice vagamente Emireth mirando por primera vez a Gabe —. Hola —saluda mientras sus ojos vuelan hacia la vestimenta de éste.
Traía unos pantalones negros y una camisa blanca. Su cabello ligeramente largo estaba peinado hacia atrás.
— Hola, Emireth —saludó Gabe.
Emireth se había vestido con una camisa verde y unos pantalones de pitillo. Su cabello se lo había dejado suelto.
Gabe se había dado cuenta que Emireth era hermosa, con su piel almendrada, sin imperfecciones; sus verdes ojos oscuros, su cabello gris como humo; pero sin embargo lo que la hace más apetecible y atractiva es lo sensual y perfecta que es sin proponérselo.
— Ya debemos irnos —dice Gabe tragando saliva.
— Claro —se voltea hacia su hermano —. Dale cereal con leche a Dayane y recuerda que mañana debes ir al banco a cobrar el cheque —le recuerda Emireth dándole una sonrisa.
— Nunca se te escapa una, Emireth —dice Kiefer negando con la cabeza.
— Correcto —le dice antes de cerrar la puerta y dirigirse con Gabe a un utilitario Lincoln Navigator negro.
Gabe le abrió la puerta y Emireth se sentó sobre el asiento mientras le dedicaba una sonrisa y éste se subió al dar la vuelta a su auto.
Gabe se concentró en conducir y ambos mantuvieron un cómodo silencio.
°°°
Emireth había escogido ir a una cafetería que conocía muy bien. Había pequeños apartados que se alineaban en las paredes y Emireth inmediatamente llevó a Gabe a uno en la esquina. Gabe se deslizó frente a ella, mientras la camarera se les acercó y le dio un menú a cada uno.
Ambos pidieron un sándwich de jamón y queso, unas papas fritas y una ensalada.
Emireth se estaba divirtiendo mucho con Gabe y casi se le estaba olvidando sus problemas, hasta que la suerte no le duro mucho, a medida que las risas de ambos se desvanecía, sus oídos escucharon una voz familiar que entraba en el restaurante. La cálida sensación en su estómago se disolvió rápidamente y fue reemplazada por un sentimiento frío, como si hubiera tragado un cubo de hielo.
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Killing You In My Mind
FantasiaEmerith no sabe porque tiene esa habilidad, pero lo ira descubriendo. Todo empezara a cambiar cuando ella lastime a lo único que ama con toda su alma. Su habilidad es peligrosa y difícil de controlar, pero ¿podrá controlarlo?