Killing You In My Mind

25) Tiempo de Hablar (Final) [Parte 1] (Anne; Parte 8)

Crossover: "Anne: Knowing the Dimensions" de RabrahamV

[PARTE 1]

Anne cayó en el suelo. Se levantó rápidamente y miró a su alrededor. Estaba en una biblioteca. Se impresionó al ver sangre en el suelo.

Se acercó y sintió una gran energía que de allí provenía. Como una película se le reprodujo la escena en la mente.

— ¿Aura? —se preguntó Anne —. ¿Quién es esta Aura?

Un pitido empezó a sonar, Anne empezó a buscar el origen. El sonido la llevó a un libro dorado en la parte superior de la biblioteca, usando telekinesis lo bajo y lo tomó.

En el libro había unos dibujos extraños, Anne supo que era otro idioma. Anne colocó el libro en una de las mesas y se sentó.

Miraba constantemente la portada y de pronto se tradujo:

"Familias de Ángeles Legendarias".

De nuevo los ángeles —pensó Anne.

Anne abrió una página al azar. El libro estaba en blanco, una palabra se escribió de la nada: "JARE".

A su mente llegó Rosemary hablándole de Jare y de la existencia de demonios y ángeles.

— ¿Cómo puedes ser tan incrédula? —preguntó alguien.

Anne se paró y vio a una mujer a unos metros de ella.

— ¿Quién eres tú? —preguntó Anne.

Ella sonrió.

— Es bueno verte de nuevo, Anne Howless.

Anne trató de leer la mente de la chica pero sólo sintió y captó malas intenciones.

— ¿Cuándo te he visto yo?

— Vamos, tú lo sabes —dijo la mujer —. Solo que no quieres admitirlo, no quieres creerlo.

Anne frunció el ceño.

— Si Anne, desde una vida pasada. Es tiempo de que ya lo creas, ¿no te parece?

°°°

— Prima, al fin has despertado —saludó Aura con una sonrisa.

Emireth se levantó del suelo y suspiró.

— ¿Ahora qué quieres?

— No me trates así, prima. Sabes que eso me duele —contestó Aura tocándose el pecho y dándole una mirada triste.

— No tengo tiempo para tus estupideces, habla de una vez o te saco de mi casa.

— Siempre tan amable —comentó secamente Aura.

— Y tú siempre tan fastidiosa.

Aura suspiró y dijo:

— El Diario que fuiste a buscar a la biblioteca, lo necesito —Emireth frunció el ceño.

Se esperaba cualquier cosa, menos eso.

— ¿Para qué lo necesitas? —quiso saber.

— Solo dámelo y ya —la voz de Aura sonaba venenosa.

— Lo siento, no pude conseguirlo, y además, creo que eso me pertenece —mintió Emireth sonriendo.

— Todo lo que tienes no te pertenece, recuerda eso, Emireth.

— Porque no hablas de una vez, ya deja los rodeos, Aura. Tú sabes todo lo que a mí respecta. Me conoces como a la palma de tu mano, pero igual así, no hablas.