21) Una de las Claves

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Emireth pensaba que tenía todo, pero no era así. Estaba bien con su trabajo estable, sus citas con Roman, su hija, y su habilidad. Pero sabía que algo le faltaba, era como una parte fundamental en su vida. Como si alguien la estuviera esperando, ese extraño sentimiento no se le quitaba. Era como si algo vital le faltara.

Muchas noches se quedaba despierta, pensando sobre Rosemary y Jorens. Cada vez que se concentraba en ellas, sentía algo dentro de ella que le sacaba una sonrisa.

Había pasado varios meses, pero Roman todavía no se había ido a vivir con Emireth, porque había tenido algunos problemas con el apartamento, pero ya le había dado el ultimátum a Emireth de que ese mismo día podría irse a vivir con ella.

Emireth se sentía ansiosa y emocionada a la vez, pero Dayane no dejaba de exclamar que su nuevo padre iba a vivir con ellas. Estaba tan feliz, que Emireth no pudo hacerla callar. Kiefer ya se había ido a un apartamento a vivir, porque estaba saliendo con una chica y Emireth con tristeza, le había hecho ese comentario y él se había dado cuenta que su hermana necesitaba su espacio. Así que una semana antes, se había mudado. Emireth lo extrañaba, pero también estaba feliz de que su hermano estuviera haciendo su vida.

- ¿Entonces? ¿Dormirá contigo o conmigo? -preguntó Dayane a su madre.

Emireth se sonrojó levemente.

- Niña, no digas eso.

- Mami, que yo sepa, los padres duermen juntos, pero a veces quiero dormir contigo, ¿así que, como hacemos? -le pregunta Dayane cruzándose de brazos.

Ese gesto hizo que Emireth se riera.

- Siempre tendrás un espacio en la cama, Dayane -confirma Emireth con una sonrisa.

- Has estado sonriendo mucho, mami. Eso me hace la niña más feliz de todo el mundo -le dice cariñosamente.

- Tengo motivos suficientes para sonreír a más no poder -contesta.

- Espero que dure toda la vida.

- Hay pequeña, tú no cambias. Ven, vamos a desayunar -dice Emireth tomando su mano.

- Quiero cereal con leche, mi favorito -decía Dayane mientras ambas bajaban las escaleras.

- Recuerda que hoy comienzas las clases, así que no debes llegar tarde.

- Eso es pésimo -dijo Dayane desanimada.

- Te ayudara mucho, hija.

- Lo sé, mami. Es solo que hoy llega Roman y quiero ayudarlo a acomodar sus cosas.

- Lo harás cuando llegues del colegio, ahora vamos a comer.

- Esta bien, mamá -dice derrotada Dayane.

Después de llevar a Dayane al colegio, Emireth fue al supermercado y compro algunas cosas que le hacía falta para el almuerzo. Estaba demasiado concentrada en lo que estaba haciendo, que no escucho que la llamaban, hasta que estuvo frente a ella.

- Xinny, hola -saludó Emireth con una sonrisa.

- Me tienes olvidada, Emireth -dice Xinny devolviéndole la sonrisa.

- He estado un poco ocupada.

- Si, me entere que ya tienes pareja.

- Los chismes vuelan.

- Tu hermano, querrás decir.

Ambas rieron ante ese comentario.

- ¿Y cómo está la niña?

- Bien, algo delicada estos días, desde que tuvo el accidente, pero ahí la llevamos -dice Xinny algo entristecida.

- Más tarde llevare a mi hija para que la acompañe y jueguen.

Killing You In My MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora