Primera vez, primera parte

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Estudiar para los exámenes casi me estresaba, pero lo necesitaba para sacar buenas notas, durante ese periodo dejé de pensar en Gabriel y concentrarme en mis estudios. De esa manera lograría conseguir unas calificaciones excelentes, espero que comprenda un poco que mi distancia se debe a mis estudios. Qué estoy pensando, seguramente lo comprende por Adrien, que también debe de estudiar para tener unas mejores notas.

A veces me desviaba y me preguntaba que estaría haciendo Adrien en New York. Me lo imagino tomándose fotos en algún estudio o en algún parque como lo hacía en París.

Nunca antes he viajado fuera de París, me encantaría algún día y conocer Milán y todas las ciudades donde abarca la industria de la moda, todos eran grandes sueños que tenía por mi amor por la moda y sé que algún día los voy a conseguir. Con un paso a la vez, ya tengo el talento, están conociéndolo y algún día, seré una gran diseñadora de modas.

Pasear por París para descansar de mis estudios un rato me relaja y me ayuda a inspirarme para diseñar nuevas cosas. Gabriel tenía razón, la belleza de París puede ser muy inspiradora. Otra vez mi mente se enfocó en él y me preguntaba si de verdad aún sigue amando a su esposa o seguramente sólo fue una nostalgia que tenía al perder un ser querido.

«Que mal pensada eres, Marinette, seguramente fue eso, tú también harías lo mismo si alguna vez pierdes a un ser querido ¿No lo recordarías pensando en sus buenos momentos con aquella persona?».

Solté un bufido regañando a mi misma por no tener tanta confianza a Gabriel, me dijo que me quería, me dijo que tenía de confiar en él, y tengo que confiar en esas palabras. Aunque la forma en como hablaba de su esposa me estaba doliendo mucho.


El primer examen que tuve en la semana fue de matemáticas y estaba un poco nerviosa, respiraba profundamente analizando cada pregunta hasta el final y entregar el examen a la maestra.

Sólo cuando salí fue como sentir que salía a saber que estaba viva, estar presentando el examen se sentía como estar aprisionado en una caja muy pequeña para forzar a tu cerebro a pensar y pensar. Es tan difícil cuando estudiar, pero esforzarse para conseguir buenas notas y aprender más es lo que se debe hacer.


Después de terminar la escuela y volver a casa, anuncié a mis padres que iba a visitar a Gabriel Agreste, mi padre me dio una caja de panecillos recién hechos en una caja. Los tomé y salí hacia la calle rumbo hacia la mansión Agreste, no sin antes colocarme un abrigo azul debido al frío que estaba comenzando a hacer, a veces en otoño trae un clima entre templado y frío antes de la llegada de la nevada, las hojas ya se están cayendo de todos los árboles y pronto estarán todos secos hasta la primavera.

Y también, llevaba mi mochila, en caso de que tuviera tiempo de hacer mi tarea mientras lo acompaño.

En el camino hacia la plaza, pasando por Le Grand Hotel me detuve un momento a sentir el olor de los panecillos de mi padre que no podía resistirme a tomar uno. No creo que vaya a notar que falte uno.

Cuando llegué a la puerta de la mansión toqué el timbre, esperando a que fuera a oírlo, creo que sin Nathalie se tardará unos minutos en abrir, a menos que haya alguien más en la mansión que pueda abrir la puerta.

Siempre que entro a la mansión es como si sólo los que vivieran adentro fueran Nathalie, ese guardaespaldas que Adrien llama ''El Gorila'' y, su por su puesto, Gabriel Agreste.

Toqué de nuevo el timbre esperando a que esta vez fuera oído, no quiero quedarme aquí afuera parada con este clima tan frío.

Las puertas se abren de manera automática y entro pasando por la entrada, subiendo las escaleras, y por último, abriendo la puerta.

La nínfula de GabrielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora