Los exámenes pronto acabarían, el invierno estaba dando paso más fuerte y las fiestas de invierno empezarían pronto. La escuela continuaría, pero al menos no tendríamos muchas tareas ni exámenes después de las fiestas de invierno.
Me pregunto que hace exactamente Gabriel durante las fiestas ¿Continúa trabajando o descansa del trabajo?
Claro que, no podía escuchar a Chloé Burgeois presumir de su increíble fiesta de invierno, algo de lo cual, no estaba invitada, de todos modos no deseaba ir a esa fiesta, me daría nauseas ver un vestido diseñador por Gabriel Agreste en el cuerpo de ésa muñeca sin corazón.
—Prueba el pastel de chocolate blanco con melocotón que hizo tu padre, se vende bien en esta época.
Los pasteles de mi padre siempre eran deliciosos, y su pastel tenía mejor sabor de lo que lo hacían en otras panaderías. En verdad estaba muy delicioso, pensaba mientras me daba un bocado.
—Tu abuela está ansiosa por verte —me comentaba sacando otros pasteles del horno que iba a decorar, —incluso tu tío abuelo Wang Cheng te ha mandado saludos desde China. No deja de hablar de ti a sus amigos y demás familiares.
—Empezaré a preparar todo para su llegada —pronuncié.
—Adelante, mi niña.
Tenía que contárselo a Gabriel, mientras me encargaba de arreglarlo todo, llamé a Gabriel y se lo anticipé. Lo que más me tenía preocupada, según le decía, era que mi abuela no hablara mucho francés como a mi tío Cheng cuando me anunciaron que vendría de China.
—Adrien me ayudó cuando mi tío Cheng vino de visita para un concurso de cocina, él no hablaba mucho francés así que Adrien le traducía todo en chino.
Ojalá yo supiera también a hablar chino ¿Por qué nunca se me ocurrió la idea de tener también clases de chino?
—Entonces prepararé todo para tenerte de compañía.
—Sobre eso, me gustaría que me acompañaras a mi casa.
—¿No te sientes a gusto en la mía?
—Siempre, pero sería muy justo que tu también vinieras.
—Sabes lo imposible que es para mí.
—Por favor —le suplicaba. —Aunque sea una sola vez, nadie te verá entrar y salir.
Pensé que se negaría nuevamente, pero me sorprendí al oírlo decir que sí.
Sería pronto, nos veríamos de nuevo.
Mis padres habían salido al aeropuerto a buscar a mi abuela, estarían afuera el tiempo suficiente para quedarme con Gabriel.
De entre todos los vestidos y ropa que tengo, me puse uno rojo en lugar de mi ropa habitual. Que emocionada estaba, Gabriel Agreste iba a acompañarme en mi casa.
Al escuchar la puerta tocarse salí al encuentro con Gabriel, que guapo me parecía verlo con aquel abrigo oscuro mientras lo dejaba pasar sintiendo su mirada encima de mí.
Nos abrazamos y no paramos de besarnos.
—Cuanto esperaba hacerlo —me dijo con emoción.
—Me alegro de verte, Gabriel.
Pasamos el día bebiendo una taza de té junto con unos soufflés de salmón con espinaca que mi madre había preparado antes de irse. Conversamos de todo lo que habíamos hecho en todo este tiempo que no nos habíamos visto, me sorprendió escucharlo decir que iba acompañar a Adrien a la fiesta que organizaría Chloé.
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La nínfula de Gabriel
Hayran KurguBelleza Parisina narrada desde el punto de vista de Marinette. Marinette es una joven que tiene una vida de cualquier adolescente, va a clase y tiene un flechazo por el más guapo chico de su salón, Adrien Agreste. Sin embargo, en las constantes visi...