—¿Lila?
Ella sin previo aviso se sentó a mi lado mostrando una agradable sonrisa.
—¿Supiste que Adrien y yo estuvimos trabajando juntos? Claro, la maestra nos escogió, sabes, mientras trabajamos no ha dejado de hablar de ti y sobre lo maravillosa que eres, hasta presumió lo buena que eres diseñando modas ¿Puedo ver tus diseños? Yo soy una experta en diseños de moda.
Podría mostrarle mi cuaderno donde hago mis diseños, pero no me inspira mucha confianza.
—No puedo, no lo traje conmigo— mentí.
—Está bien, comprendo.
Ella se fue de la misma manera en que se había ido. Algo no me gusta de ella, es difícil creer lo que dice en la escuela. Ni siquiera parece que fuera una experta en modas.
Pero no era sencillo saberlo.
Al menos Chloé ya no me molesta con el asunto de Adrien ahora que se da cuenta que tiene una nueva rival, una que no era capaz de amenazar como lo hizo conmigo, como si Lila tuviera un poder mucho mayor que Chloé.
El resto de días, Lila no paraba de molestarme, quería saber sobre mí, insistía en conocer mi talento de diseñadora.
—Vamos, Marinette, sólo quiero volverme tu amiga.
—Gracias, pero ya tengo una mejor amiga.
—Puedes tener más de una amiga. Yo todavía no tengo amigas, y eres la única persona que me da un poco de confianza, además de ser la única que conoce a Adrien mejor que nadie.
—¿Cómo...
—Alya me lo dijo— me cortó ella.
Ahora veía por que tanto interés hacia mí, era por Adrien. Igual todo esto me parece tan extraño.
Es raro que diga que no tenga amigos cuando podría tenerlos con todas las cosas increíbles que ella hace, incluso decir que viaja a muchas partes del mundo con su madre.
«¿Cómo decirle que no quiero que seamos amigas si no me agrada?».
A veces tengo conversaciones con Adrien que, gracias al cielo, ninguna abarca el tema de averiguar quien es la nueva persona que me gusta. Nino se ha mantenido callado, por ahora, al menos eso a mí me lo parecía. A veces no confiaba mucho en la boca de Nino cuando se trataba de contarle un secreto, hubo momentos con anterioridad, en que, sin quererlo, contaba los secretos de sus amigos de forma tan directa que todos nos molestábamos con él.
—Marinette, si te dijera que Lila está comenzando a salir conmigo ¿No te sentirías mal?
—La verdad es que no —afirmé. —Lo lamento tanto, Adrien, me gustabas desde el primer día, hice todo lo posible por acercarme a ti, pero ahora ya no siento lo mismo, debo hacer lo que tuve que hacer desde hace tiempo cuando no pude lograrlo; seguir adelante.
Adrien se puso triste al escucharme decir eso y me tomó con delicadeza de la mano.
—Lo lamento, Marinette, lamento que hayas tenido que esperar mucho por mí cuando siempre te miraba como una amiga. Fui un tonto al no darme cuenta que tu me amabas.
—Por favor, no me lo sigas repitiendo, y si quieres estar con Lila, está bien. No rechaces sus sentimientos.
—Los de ella y los de muchas otras chicas —murmuró Adrien.
—Al menos te darás cuenta ahora quien te quiere por ser tú y no porque seas famoso.
Y me alejé sin mirarlo, mientras más me hablaba, más peor me sentía como si unas espinas intentaran clavarse en mi corazón. Cuando sepa que amo a su padre será peor para él. Como duele tener que vivir en esta situación ¿Por qué dejé que esto ocurriera?
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La nínfula de Gabriel
Hayran KurguBelleza Parisina narrada desde el punto de vista de Marinette. Marinette es una joven que tiene una vida de cualquier adolescente, va a clase y tiene un flechazo por el más guapo chico de su salón, Adrien Agreste. Sin embargo, en las constantes visi...