— ¡Taxi! — levanto el pulgar en dirección a la calle, pero todos los autos amarillos pasan de largo, incluso cuando estamos fuera del aeropuerto. — Joder.
— Vamos esperando más de diez minutos, subamos al bus. — se queja, Yoongi, sentado sobre su maleta.
— Tú no entiendes. No pienso rendirme, y cuando digo que debemos tomar un taxi, hablo en serio. Un bus no nos llevará a casa de mis padres.
— Podemos hospedarnos en un hotel por hoy. — murmura, mirando la pantalla de su teléfono por quinta vez. — Buscaré una habitación cómoda y nos quedaremos allí hasta mañana. Alquilaremos un auto y conducirás a casa de tus padres, ¿Está bien?
— Yoongi, no seas tan rompe pelotas, por favor. — lo fulmino con la mirada, pero él me ignora, moviendo su pulgar sobre la pantalla. — ¡Taxi!
Muevo mi mano unas cuantas veces más y dos taxis se detienen, trayendo consigo una gran sonrisa en mis labios.
— Te lo dije, no iba a rendirme tan fácil. ¡Vamos!. — llamo, y él se pone de pie con el letargo en su cuerpo.
Lo sé, un viaje de muchas horas es agotador, pero él debe estar acostumbrado. Después de todo va a giras mundiales que duran una eternidad. Subimos rápidamente, luego de pelearnos con una mujer altanera que decía que ella había visto el taxi primero, y nos acomodamos. Le doy la dirección al conductor y comenzamos nuestro camino hacia la enorme ciudad. Yoongi ya no está tan cansado, en realidad se ve muy emocionado por ver todas esas calles infestadas de personas apresuradas, con ruido de sirenas y el famoso vapor de las alcantarillas. A mí me parece de lo más normal, puesto que viví aquí casi toda mi vida antes de mudarme a Corea del Sur, pero entiendo que para él sea completamente nuevo, a pesar de ya haber ido a lugares magníficos que yo no he tenido el gusto de conocer.
— Te gusta mucho, ¿Verdad? — pregunto, apoyando mi cabeza sobre su hombro. Él asiente, rodeando mis hombros con un brazo, acercándome a su pecho.
Debería estar acostumbrada a este tipo de muestras de afecto, pero con él es casi imposible hacerlo. Sé que muchas veces es un chico duro, reacio y frío, pero últimamente se ha convertido en uno digno de abrazar, de esos que no quitan la sonrisa con facilidad. Y me agrada poder verlo así. Eso quiere decir que mi plan por quitar a Suni de su cabeza está funcionando.
Y puede que en estos días se termine enamorando de mí. Esa es la meta.
— ¿Aquí viven tus padres? — pregunta, él, señalando el cambio de escenario.
La ciudad infestada de edificios enormes y gritos va cambiando por un paisaje más tranquilo, residencial y de casas costosas. Asiento conforme veo mi viejo vecindario, y mis ojos comienzan a empañarse conforme el taxi se estaciona frente a mi casa de niñez.
Min Yoongi se encarga de pagar y le agradece al taxista con un "thank you" bastante masticado. Río a penas, mordiendo mis labios para no explotar en carcajadas groseras.
Bajamos nuestras maletas y nos quedamos de pie frente a la acera de la casa de tres pisos. Es bastante hogareña, aunque urbana con ese toque elegante, y parece que los cambios actuales no le han quitado nada de los recuerdos que aún tengo en mi cabeza. Hace algunos años salí de aquí y me fui de bruces hacia la realidad de otro país. Ahora no puedo sentirme más nostálgica.
Yoongi me despierta de mi ensimismamiento tomando nuestras maletas con una mano y entrelaza sus dedos a los míos con la que tiene desocupada.
— ¿Lista?
— No. — niego con la cabeza, sintiendo los ojos humedecidos en lágrimas pequeñas. — Pero tenemos que entrar de todos modos, ¿Verdad?
— Sí, porque tengo hambre y sueño. — comenta, robándome una risa queda. — Ya quiero probar la comida americana.
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| Lies → Suga - Min Yoon Gi |
Fanfiction"Lamento que no puedas soportar una broma y también lamento que tu amigo sea tan feo. ...