| Lies → Suga - Min Yoon Gi |

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NOTA: Esta es la lista que pueden escuchar mientras leen el capítulo. A mí me inspiró demasiado para escribir este capítulo :v Sin embargo, la música que quieran escuchar es de su total gusto y decisión ♥♥ https://open.spotify.com/user/quinsdecim/playlist/4VjKDH4WWwj4Cl9hrGhYpl

(Bueno, les recomiendo a Dean, Zico y Jay Park porque ellos saben lo que hacen con su música super cachonda ahre :v)

¿Querían smut? ¡Aquí tienen su smut!

***

— Gracias por venir. — me despido de Seokjin y su novia, que por cierto aún no ha tenido el agrado de presentarme. — Espero verlos pronto.

— ¿En serio? — pregunta, Yeri, y yo asiento, sonriendo. — Entonces traeré mucha comida.

— ¿Te das cuenta de lo que intenta hacer? Quiere quitarme el puesto de chef designado. — bromea, Jin, rodando los ojos.

Entonces, mientras él y yo reímos como un par de tontos, las mejillas de la chica se encienden y mira hacia el suelo, notoriamente nerviosa.

— ¡Muchas gracias por habernos alimentado, pequeña! — chilla, Minki, interrumpiendo el momento. Viene en la espalda de Namjoon, que sonríe de oreja a oreja, feliz de la vida. — Vendremos mañana y podremos hablar como se debe. ¿Sí?

— Suena bien. — me inclino para besar su mejilla y ella golpea mi cara repetidas veces, sonriendo con los ojos entrecerrados. — Estás hecha una cuba.

— Sólo un poquito. — murmura, moviendo su dedo pulgar y el índice para indicar la supuesta cantidad que ha bebido.

— Llévala a salvo, Joon. — pido, y él asiente, bajando las escaleras de lo más normal.

— Adiós, chiquilla salvaje. — se despide, perdiéndose de vista. Seokjin y Yeri les siguen, dejándome sola en la entrada.

— ¿Estás bien?

La voz de Yoongi aparece de la nada. Volteo y lo veo de pie bajo el umbral, apoyado en el marco de la puerta.

— Eso creo. — suspiro. — Es normal que extrañe a mi familia, ¿Verdad?

— Lamentablemente lo es. — murmura, más cerca que antes. Pronto siento su calor corporal a mi lado. Abraza sus rodillas, como yo, y apoya su mentón sobre una de ellas.

— ¿También extrañas a tu familia?

— A veces.

— ¿Y por qué no los visitas?

— Porque no puedo hacerlo.

— Podríamos ir juntos. — digo, pero él niega con la cabeza. — ¿Por qué?

— Tengo mucho trabajo por delante, sería imposible pedir unos días libres para verlos.

— Pero son tus padres.

— Lo sé y también está mi hermano mayor, pero no puedo.

— Pero...

— Ya no insistas más, es realmente molesto. — dice, de mala manera.

Muerdo mi labio inferior, intentando no encolerizarme por su repentina molestia. Lo sé, lo sé, le molesta hablar de su familia y sobre todo de su padre, pero en algún momento tiene que hacerlo, ¿No?