| Lies → Suga - Min Yoon Gi |

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Cuento las cajas sobre el suelo del departamento y suspiro.

Ha sido un día largo. Estoy cansada y sudorosa, hasta creo que huelo mal, pero no importa. Hemos hecho un buen trabajo.

— ¿Es todo? — pregunta, Jin, dejando la última caja sobre el desayunador de la cocina.

— Faltan dos cajas más, pero esas las traeremos mañana. — responde, Yoongi, sentándose sobre una de las cajas.

— ¿Estás seguro? Puedo ir por ellas. — murmura, el castaño, pero los dos negamos con la cabeza.

— Está bien, Jin, de veras. — le sonrío y él responde de la misma manera, sentándose en uno de los taburetes cercanos a la cocina.

Han pasado dos largas semanas en las que hemos progresado mucho. Yoongi parece cada vez más cómodo y, por el momento, procuramos llevar la relación de manera lenta, sin que nos vean juntos. Y está bien, porque es lo que necesitamos para acomodarnos a todo esto que nos ha tocado vivir.

Recuerdo que cuando les anunciamos a los chicos que nos mudaríamos juntos, existieron comentarios de todo tipo. Jungkook nos apoyó hasta el final; Taehyung se emocionó y dijo que vendría a visitarnos todos los días y que preparáramos una habitación para él; Namjoon se mantuvo al margen, indiferente, pero al final nos dio su aprobación para que prosiguiéramos; Hoseok nos felicitó y comenzó con su habitual aegyo para disipar el ambiente; Jimin no pronunció palabra alguna, se mantuvo al margen y desapareció por el resto de la conversación, mientras que Seokjin chillaba de la emoción y decía que cocinaría para nosotros uno de sus platos predilectos en forma de despedida.

Por mi parte, Minki no lo tomó nada bien. Lloró a mares y gritó un "¿Por qué me quieres dejar sola?" que ni Namjoon ni Yoongi pudieron soportar, ya que se largaron tan pronto ella rompió en llanto. La consolé todo el día y compré su helado favorito para que se calmara, pero a pesar de los días transcurridos aún sigue pidiéndome que vuelva al departamento. Dae Hyun tampoco fue de mucha ayuda, ya que gritó, chilló y me pidió que no lo hiciera, que a penas y conocía al "idiota que le ha quitado a su niña favorita". Satoshi pudo hacerle entrar en razón, y finalmente me dio su bendición, con la condición de que los ex visitara, al menos, dos veces por semana.

Y la verdad es que me siento bien. No es que seamos pareja, pero nos llevamos bien, o al menos lo intentamos con todas nuestras fuerzas.

— Iré a darme un baño. — anuncio y los dos asienten, prosiguiendo con su conversación, sin prestarme mucha atención.

Me alejo del salón para caminar hacia el pasillo de habitaciones y entro a la mía, donde están mis maletas y algunas otras cajas con mis libros y cosas importantes. Me arrodillo sobre el suelo y abro una de las maletas donde tengo mis toallas y una bolsa de aseo. Suspiro, aún mirando la bolsa, e intento contemplar mi vida aunque sea por unos segundos.

Todo ha ido tan rápido que ni siquiera he tenido la oportunidad de marearme. Yoongi y yo firmamos los papeles tan pronto Hana volvió con nuestros documentos y nos dijo que si estábamos dispuestos y listos, el departamento sería nuestro. Nunca pensé que dos semanas después estaríamos aquí, prácticamente viviendo juntos... Y solos.

Sé que no pasará nada malo. Digo, confío en Yoongi y en su capacidad de mantenerse al margen de mi vida, pero tengo miedo de lo que yo pueda hacer en un futuro.

¿Qué pasaría si nos embriagamos e intentamos sobrepasar nuestros límites? ¿Qué tal si él me acepta? ¿Qué podría pasar si esto, en vez de ayudarnos, nos destruye hasta hacernos nada?

Tengo miedo, lo confieso. Miedo de que esto se acabe por muchos motivos. Temo porque nos separemos y lleguemos a vernos como dos completos extraños que no tienen nada más que recuerdos hirientes. Porque, vamos, esa línea delgada que nos separa podría cruzarse y todo comenzaría a destruirse.