| Lies → Suga - Min Yoon Gi |

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NOTA: Más smut para su deleite y cachondeo ♥ 

Playlist: FIRE WATER - Code Kunst / You Know - Jay Park / Sound - Daniela Andrade

Todas las canciones pueden escucharlas en Spotify ☺

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Sin esperarlo, se aleja, pero sólo lo necesario como para encontrar mi mano y sujetarla con fuerza mientras me lleva consigo a esta espiral de deseo palpable.

Mis manos tiemblan, lo siento arrebatando cada una de mis dudas, siendo mío por segunda vez desde que nos conocemos. Y no hay sentimiento más hermoso que sentir que perteneces a un mismo cariño, a unos ojos, a una boca, a una persona. Lo sé, no deberíamos poseernos de esa manera, pero en el amor todo es complicado y nada se entiende con precisión, sólo existe el momento y lo que se siente en ese instante. 

Min Yoongi me lanza a la cama y mi espalda se golpea contra el colchón mullido. Me sorprendo, pero no de mala manera. No. En realidad me ha gustado mucho. Muerdo mi labio inferior y lo veo bajar por mi cuerpo, mientras sus manos se sujetan con fuerza en mis caderas, jugando con el botón de mis pantalones. Suspiro y espero paciente por sus labios en mi cuello. Sus labios son suaves y van perfectos con mi piel sensible.

La boca me comienza a escocer, pero no me importa. El deseo sin romper aún arde y duele en mi cuerpo, lo siento creando fuerza, fricción, meciéndome entre sus brazos hasta que el simple pensamiento del próximo orgasmo me enciende otra vez.

Me apoyo en mis codos y echo la cabeza hacia atrás, permitiéndole que bese, lama y muerda lo que quiera. Poco me importa ahora.

Yoongi pone una rodilla entre mis muslos, frotando con delicadeza. Jadeo por la repentina acción que se me hace fascinante. Él sonríe contra mis labios y sus manos hacen el silencioso juego de desnudarme. Entreabro los ojos y noto cómo sus manos bajan mis pantalones, junto con mis bragas. Sus ojos estudian la forma de mis piernas, cómo se abren lentamente para él y finalmente, sus pupilas se ciñen en mi centro, sin perder oportunidad de echarle un largo vistazo.

Me sonrojo, pero le dejo ver, porque es suya, yo soy suya y espero serlo por siempre. Escalofríos recorren mi cuerpo hasta mi espina dorsal cuando siento sus manos, presionando mis muslos mientras baja despacio, haciendo un camino diminuto de besos mojados. Sin quitarme la camiseta, baja por mi vientre hasta llegar mi monte de Venus.

— ¿Q-Qué vas a hacer? — logro preguntar, con la voz temblorosa. Bueno, ahora todo me tiembla, incluso la voz y también la cordura.

— Quiero besarte. — dice, con esa voz grave y rasposa que tanto amo.

— Entonces ven. — pido, tomando su rostro entre mis manos, pero él se zafa, sonriendo con malicia.

— No precisamente aquí. — susurra, antes de frotar mi labio inferior con su pulgar. 

— Oh Dios. — mascullo, con la boca seca y las ganas en las yemas de mis dedos, en todos lados.

Nunca pensé que su voz podría mojarme así de simple. Esto jamás me pasó antes, y se siente tan bien saber que es con él.

Su lengua acaricia la piel de mis caderas y reprimo un gemido cuando lo siento muy cerca de mi centro. Aprieto los párpados y les ruego a todos los dioses porque este sea el mejor sexo de reconciliación. Gracias a Dios mi parte cachonda siempre tuvo la razón y también el control de mi cuerpo.

— ¡Oh Dios!

Su lengua me descubre por primera vez. Se siente caliente y también suave... Mierda, es delicioso. Otro movimiento de su lengua, en círculos, a lo largo de mi centro, hundiéndose en alguna parte de mi cavidad, hasta que el calor comienza a colmar mis mejillas. Automáticamente, abro las piernas hasta que lo tengo en medio de ellas con mayor comodidad. Abro los ojos, miro el techo alto de la habitación y me entrego por completo al placer de su lengua y sus dedos, que crean unos círculos deliciosos en mi clítoris. Me saborea a su gusto, como si quisiera llevarse toda esa frustración y conflicto de en medio de los dos. Y lo logra, con total garantía.