| | 15 | |

9.1K 872 352
                                    

— ¿Dónde estás?

— En casa. — suspiro, limpiando mi ojos con los dedos, olvidando por completo que llevo el maquillaje puesto.

— Estaré allí en cinco minutos. Espérame y deja de llorar, ¿Sí? Eres muy linda como para lastimar tus ojos de esa manera. — cuelga finalmente, dejándome sola nuevamente.

Dios. Lo dije y dolió tanto, que podría tomar ese sentimiento para ahogarlo en la bañera hasta que muera. Y suena tan tonto viniendo de mí, de la chica que no se enamora de nadie por temor a salir, precisamente, herida. Me hundo en mi miseria, en mis pensamientos magullados que se enfocan en Yoongi y la nueva inquilina de su tiempo libre, Suni. Sí, mientras ellos se divierten allá afuera, yo estoy aquí, llorando como una idiota que no parece querer encontrar consuelo.

Me pongo de pie y abro la puerta, para caminar hacia el baño al final del pasillo. Le pongo seguro a la puerta y lavo mi cara sin mirarme al espejo. Sé que soy un pequeño desastre y no quiero verlo más, no quiero ver que he llorado por alguien que no me quiere ni un poco. Tomo los paños húmedos dentro del repostero que hace las veces de espejo, y limpio mis ojos que, a decir verdad, me dan una imagen de mapache muerto impresionante.

Suspiro e intento no llorar otra vez porque ya es suficiente. Él puede quedarse con Suni, puede follársela en el sofá, encima de la mesa, encima de la cena que preparé, no me interesa. Yo saldré a divertirme con mi buen amigo Seokjin y la pasaremos muy bien. Amarro mi cabello en una coleta baja y acomodo el cuello de mi blusa para sonreírle a mi reflejo en el espejo. No es mi mejor momento, pero pronto olvidaré que esos dos están haciéndome mal sin siquiera saberlo.

El timbre hace eco en todo el departamento y salgo casi corriendo hasta llegar a la puerta. Suni me sonríe amablemente cuando me ve llegar y señala a Yoongi, que tiene la puerta abierta a medias. Le devuelvo el gesto y arreglo mi cabello nuevamente para salir al encuentro de Seokjin. Su cabello sobresale de los límites del beanie que lleva puesto y me sonríe con la compasión colmando su expresión.

— ¡Llegaste! — chillo, abrazándolo con mucha fuerza. Él frota mi espalda con una mano y besa mi sien, mientras Yoongi nos observa detenidamente. — ¿Nos vamos?

— Claro que sí. Toma tu abrigo, no quiero que pesques un resfriado.

— ¿A dónde van? — la voz curiosa de "mi novio" llama nuestra atención. Los dos volteamos para encontrarnos con su expresión demás incómoda.

— Por ahí. — me encojo de hombros antes de volver adentro para tomar mi abrigo que cuelga del perchero. — Espero verte nuevamente, Suni, ha sido un gusto conocerte.

— Lo mismo digo. Adiós. — se despide moviendo sus dedos larguiruchos y vuelve su atención al mixtape de Yoongi.

Hago todo lo posible por no derramar una sola lágrima otra vez. No, no me duele, esto es realmente absurdo. Pero... ¿Por qué tenía que enseñarle algo que creí nuestro? "Pues porque es su amiga, ¿No? Una que, por cierto, parece ser una clara amenaza", me recuerda mi subconsciente.

— ¡Bonita! — chilla, Seokjin, desde afuera, llamando mi atención otra vez.

— Listo, vámonos. — tomo su mano y lo llevo hasta unos cuantos escalones abajo, pero Yoongi tiene otros planes. Toma la manga de mi abrigo y me impide que siga bajando.

— Uhm...

— ¿Pasa algo? — pregunto, notando una sombra de inseguridad en su voz.

— Eso quiero saber. — murmura, y parece que Seokjin toma esas palabras como una señal para dejarnos solos, porque con un ademán me dice que estará abajo, y lo hace, nos deja solos en medio de las escaleras, donde cualquier vecino puede vernos.

| Lies → Suga - Min Yoon Gi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora