| Lies → Suga - Min Yoon Gi |

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No creo en el amor. 

Estúpido viniendo de mí, que tiene una familia unida y perfecta, amigos incondicionales que siempre han estado para mí en las buenas y en las malas. Pero es la verdad, no creo en el amor. Quizá porque nunca me enamoré realmente, porque ni quise, ni lo intenté. 

Y puede que esa sea la razón por la que ahora mismo estoy aquí, de pie cerca a la cocina desordenada de una fraternidad que no conozco, con un montón de gente que no he visto en mi maldita vida, y bebiendo un trago verde con sabor raro y sospechoso. 

Mi mejor amiga está por allí, viniendo de vez en cuando, diciéndome que hay un grupo de chicos famosos aquí, bebiendo y haciendo amistades con todos los chicos de la facultad. Si soy sincera, me tiene sin cuidado. Porque ahora mismo puede que esté sintiéndome estúpida y vacía luego de haber sido rechazada por el fuckboy más imbécil de la tierra. 

— ¡Bienvenidos a la fiesta! 

Un grupo de chicos entra a la cocina, seguidos de un grupo de chicas que están a punto de desnudarse sólo para ellos. Joder, me dan arcadas de tan sólo pensarlo. 

— ¿Qué quieres tomar primero, hyung? 

Algunos chicos responden, pidiendo sus tragos favoritos, menos uno de ellos, que los maldice por haberle despertado para esto. Sí, salud, pienso exactamente lo mismo.  

La mayoría de ellos, que parecen ser unos diez, le piden que no sea tan aburrido, y él desaparece de la cocina sin que pueda diferenciarle del resto. 

— Esto está bueno. — responde uno de ellos, con el cabello rosa y tan alto que me duele el cuello cuando le miro la cara. 

Cada uno se termina su trago y deciden que es buena hora para ir de vuelta a la fiesta, dejándome tranquila por lo que resta de la noche. 

Mis horas se van poco a poco mientras le doy tragos al agua gasificada que llevo en mi vaso, observando a la gente ligar y a mi amiga ir y venir, diciendo que ha encontrado a un chico guapo y divertido que podría gustarme. 

Las luces me ciegan entre momentos, y mi corazón baila repentinamente cuando recuerda la escena tan horrenda y vergonzosa en el departamento de Hyo hace sólo unas cuantas horas. 

Me bebo la vergüenza y sonrío cuando pasa un montón de gente frente a mí, solo para espantarlos y lograr que de alejen hasta dejarme sola otra vez. No sirvo ni para el amor, ni para hacer amigos, ni mucho menos para conocer a alguien en esta fiesta y pasar un buen rato. 

Debí quedarme en casa, bebiéndome las penas y llorando porque un idiota al que no amo me ha rechazado para encamarse con una tía bien plástica y operada hasta en el coño. Sé que fue un grave error hacerle caso a Minki, subirme a su auto y verla ligar con el mismo tío de cabello rosa que le empotra contra la pared y le da unos besos que se merece más en una escena porno que aquí, a vista y paciencia de todos nosotros. 

Intento refugiarme en una que otra habitación, pero todos parecen haberse puesto de acuerdo para follar a solas y en grupos, así que me vuelvo a sentar en uno de los sofás solitarios en el salón común. 

La gente viene y se va, vuelven a sentarse a mi lado para volver a la pista de baile improvisada. Las nubes de humo me hacen toser, algunas personas me preguntan si tengo novio o novia, le digo a todos que no tengo ninguno de los dos porque parezco tener un error de fábrica. Tal parece que mis palabras les producen algún tipo de corto circuito en el cerebro, por lo que se alejan, fingiendo que no me han escuchado. 

Y sigo así, sola y arrepintiéndome de mis decisiones, hasta que Minki viene y me pregunta si me estoy divirtiendo. 

Quizá, si sigo aquí, o si me encierro en algún baño o habitación... Las cosas cambien para bien. 

Porque es lo que creo merecer luego de tremendo fiasco en lo que se ha convertido mi noche. 

¿No es así?