Preocupación

3.9K 232 12
                                    


Elizabeth se encontraba recostada en su habitación, su aspecto era bueno, pero parecía preocupada y los aspavientos de su madre no la ayudaban a calmarse.

- Lizzy, como eres primeriza hay posibilidades del que el parto se adelante, además con esa ridiculez tuya de estar caminando por todas partes nada raro sería, y como no eres capaz de mantenerte quieta ni un solo segundo es posible que tu hijo pueda nacer enfermo.

- Mamá... -dijo Jane- No crees que estas asustando a Lizzy de más, ¿te parecen correctos los comentarios que estás haciendo justo en este momento?

- Mi querida Jane, bien sabes que digo todo lo que pienso y Elizabeth siempre ha tenido un carácter salvaje al contrario tuyo que siempre has sido sosegada. Ella debe estar preparada para cualquier cosa y es mi deber como su madre advertírselo.

Justo cuando la señora Bennet quería seguir con su perorata entró la doncella de la señora Darcy a informar que el médico había llegado y que estaba acompañado por el señor Darcy.

- Maryse por favor hágalos pasar.

El doctor Evans entró solo en la estancia, Darcy se había quedado afuera dando instrucciones a la servidumbre, la señora Bingley se levantó para salir invitando a su madre.

- No me iré de aquí Jane, Elizabeth es mi hija y tengo todo el derecho del mundo a estar presente cuando el médico lleve a cabo la auscultación. Ni más faltaba que yo me viera relegada a un segundo plano.

- Mamá, por favor salgamos, es necesario para que el doctor Evans pueda actuar con tranquilidad.

- Ya te lo he dicho no me iré y nadie me hará salir de aquí. Acaso soy una criada que puede ser mandada. Pues no.

- Señora Bennet, le pido que salga sólo un momento, necesito hablar con mi paciente y creo que hay cosas íntimas que debo tratar con ella.

- Tonterías ella necesita apoyo en este momento y ya que no está su esposo para acompañarla, me quedaré yo.

- Eso no será necesario querida suegra, ya estoy aquí y le garantizo que Lizzy tendrá conmigo todo el sostén que necesite.

Al ver su batalla perdida la señora Bennet salió de la habitación refunfuñando por lo bajo y más airada de lo que correspondía.

- Bueno vamos a ver señora Darcy si ya ha llegado el momento. ¿Quiere usted decirme qué tan seguidas han sido las contracciones y qué tan fuertes son?

- Vera doctor, es de lo más extraño, en las últimas dos horas no han sido más de tres, tuve una que fue bastante fuerte, pero casi de inmediato disminuyó, las otras dos han sido muy débiles, casi como un pequeño calambre, pero cuando empecé a caminar para dirigirme hacia acá desaparecieron, por ahora sólo me siento cansada.

- Muy bien, entonces vamos a revisarla para que estemos seguros de qué es lo que está sucediendo.

El médico se tomó su tiempo examinándola, revisándole el pulso, los latidos del bebé, todo con la más estricta concentración.

Cuando los señores Darcy vieron que había concluido se apresuraron a preguntar al unísono, ¿Y bien doctor, ya viene el niño?

- Señor y señora Darcy, todavía no ha llegado el momento.

- Entonces díganos doctor, ¿por qué he sentido contracciones?

- La razón es sencilla, algunas embarazadas, especialmente las primerizas pueden sentir este tipo de molestias porque el cuerpo se está preparando para que el bebé nazca, estos síntomas también pueden estar asociados a ciertos grados de angustia. No son raros y en general no representan ningún problema.

- Entonces ¿qué debemos hacer? –se adelantó Darcy a preguntar-

- Pues en estos casos recomiendo primero mucha tranquilidad y evitar ambientes de tensión y segundo cuando se presente el dolor, trate de caminar un poco o cambiar de posición, frecuentemente estas medidas lo quitan de inmediato. Si notan que el dolor en vez de disminuir aumenta no duden en llamarme.

Por hoy y por el agotamiento que tiene recomiendo que se quede acostada y trate de dormir y no se preocupe que en cuanto al embarazo todo está bien.

- Muchas gracias doctor, que tenga una buena tarde –se despidió Elizabeth mucho más tranquila-

Al salir Darcy de la habitación esperaba encontrarse con un gran interrogatorio de parte de su suegra, pero cuál no sería su sorpresa al ver que allí sólo estaban Georgiana, Jane, Bingley, la señorita Bingley y el señor Bennet.

- No pienso quejarme ¿Pero dónde están las demás?

- Señor Darcy, mi esposa se ha retirado a su cuarto, diciendo no sé qué cosas de lo mal que había sido tratada, Mary se ha quedado en el salón de música y Kitty lleva horas sin salir de su cuarto.

- He de decir que me alegro mucho de no haberlas encontrado aquí, espero que no me malinterprete señor Bennet.

- Por supuesto que no lo hago, es más entiendo muy bien de lo que está usted hablando -dijo el interpelado con una sonrisa-

- La situación es la siguiente, Lizzy se encuentra bien y no ha sido más que una falsa alarma, por el momento el señor Evans le ha ordenado reposo y tranquilidad, cosa que en este momento se torna un poco difícil. Es por eso que a todos debo pedirles que hagan algo.

- Por supuesto -comentaron todos al mismo tiempo-

- Georgiana, quiero que invites a la señora y a las señoritas Bennet de compras al pueblo, espero no rechacen tu invitación.

- Claro que si hermano –y salió de inmediato a buscarlas-

- Señora Bingley, me gustaría que se quedara aquí con Elizabeth si no tiene inconveniente. Creo que a ella le agradaría y de esa forma no va a estar aburrida.

- Por supuesto señor Darcy.

- Señorita Bingley, ¿tiene algún problema en ir a hablar con el doctor Evans? Según me dijo después de ver a Lizzy iba a revisar de nuevo a la señorita Woods y ya que usted tan generosamente se ha ofrecido a hacerse cargo de ese tema, me parece la indicada para tal fin.

- No hay ningún problema señor Darcy. Espero que el doctor nos diga algo satisfactorio respecto a ella.

- Señor Bennet, Charles por favor reunámonos en el estudio, siento que las cosas han cambiado y debemos tomar acción inmediata.

Y con una reverencia salieron todos de la habitación a realizar sus respectivos encargos.


Orgullo y Prejuicio. Dos Años DespuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora