Desconcierto

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Lady Catherine envió un correo con la noticia de que su plan fue un éxito, también les informó a los Darcy que planeaba quedarse junto con su hija una temporada más larga en Londres para que esta última pudiera disfrutar de la vida social. Anne por su parte fue más explícita en su carta, contando con lujo de detalles cómo su madre logró que su idea fuera aceptada, también les contó lo que había sucedido con David Grovesnor y que habían quedado de tomar el té en días próximos.

Estas nuevas trajeron gran satisfacción sobre los habitantes de Pemberley, pensaban que la ayuda extra brindada por su señoría contribuiría en gran medida a dar con el cerebro de la intriga, de sobra sabían que la señora de Bourgh contaba con grandes influencias y aún mayores recursos.

Todas estas noticias trajeron una nota de optimismo que antes no se encontraba presente, los informes enviados por su señoría, sumados a los recibidos de parte del señor Brant permitían ver una luz al final del túnel que antes no habían observado.

El cálido clima de la temporada permitía que constantemente Elizabeth y Georgiana en compañía de la pequeña Victoria dieran agradables paseos por el parque, también habían visitado a los Bingley que se encontraban bastante animados porque al parecer sonaban campanas de boda para Caroline. Si bien aún no se concretaba nada, las visitas del Doctor Evans eran mucho más frecuentes y en diversas ocasiones sorprendieron a la pareja en un Tête à tête en el que al verse descubiertos terminaban sonrojándose o balbuceando cualquier tipo de excusa.

Una mañana poco antes de despuntar el Alba, sintieron fuertes golpes en la puerta de entrada de la casa Elizabeth y su esposo se despertaron con gran sobresalto debido a los ruidos. Darcy temiendo que se tratara de algún delincuente pretendiendo entrar, tomó la decisión de llamar a su hermana para que fuera a encerrarse en la habitación con Lizzy y su pequeña, mientras él acompañado del señor Lowell y algunos sirvientes más investigaban lo que estaba pasando.

- Lizzy ¿qué crees que está pasando?

- No tengo idea Georgie, pero esto no me gusta nada, aún no sale el sol y parece que hay nuevos problemas.

- ¿Crees que deberíamos bloquear las puertas con algo? –preguntó Georgiana asustada-

- No creo que sea necesario, primero son demasiado gruesas y pesadas. Mejor les echamos llave, cosa que si alguien intenta entrar sólo pueda lograrlo con las llaves y esas sólo las tienen un par de empleados y tu hermano.

- Está bien, pero creo que voy a tomar ese candelero por si es necesario defendernos.

- Georgie, no tenía idea de que pudieras llegar a ser tan violenta.

- Violenta no querida hermana, precavida.

Un tiempo que se les hizo eterno fue pasando, la falta de comunicación sólo ayudaba a incrementar su ansiedad, la única que dormía tranquila, ajena a todo lo que pasaba a su alrededor era Victoria.

- Ojalá pudiéramos seguir su ejemplo y dormir en tanta paz. –Dijo Elizabeth mirando a su hija llena de ternura-

- Todos podremos dormir tranquilos cuando dejen de ocurrirnos tantas cosas, últimamente parece que todo nos pasa a nosotros, es casi como si estuviéramos siendo víctimas de una maldición.

- No digas eso ni en chiste Georgiana. No vaya a ser que atraigas alguna.

- No quería alterarte, es sólo que a veces pienso que todo esto parece magia oscura o algo así.

- ¿Qué quieres decir?

- Que no termino de entender por qué todas estas cosas están sucediendo justo en el momento en el que todos deberíamos ser más felices.

Orgullo y Prejuicio. Dos Años DespuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora