Preguntas

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El engaño al que había sido sometida la señorita Woods trajo a los habitantes de Pemberley más preguntas que respuestas y no podían evitar conjeturar si las acusaciones en contra de Elizabeth y el ardid en el que cayó la joven en el cual se veía el nombre de Darcy involucrado tenían algo que ver.

El señor Bennet se encontraba camino a Brighton y todos se hallaban a la espera de que pudiera hacer más averiguaciones durante su recorrido. La duda estaba sembrada en cada uno de los moradores de la casa y temían que estos hechos fueran el preámbulo de que una desgracia pronto ocurriría.

Después de la cena fueron dispuestas las mesas de juego con el fin de que los invitados pasaran una agradable velada a pesar del ambiente un tanto sombrío que pesaba sobre ellos.

- Creo que todos estos infortunios deben traer con ellos una enseñanza, no es posible que el destino nos haya traído todas estas pruebas sin esperar que tengamos de ellas un valioso aprendizaje del cual salgamos más unidos como familia y más fortalecidos como seres humanos. –sentenció Mary, al ver que nadie había pronunciado palabra más allá de las necesarias para jugar-

- Señorita Bennet estamos tratando de pasar un momento tranquilo y no creo que sus reflexiones filosóficas nos ayuden mucho en estas horas oscuras.-dijo Caroline-

- Mary, la señorita Bingley tiene razón, la idea es que podamos tener una noche tranquila y alejarnos un poco de los problemas, sé que por encima de ti están las trivialidades del juego, pero por amor de Dios ten un poco de compasión de tus hermanas y trata de divertirte un poco.-sostuvo la señora Gardiner-

- ¿Qué les parece si para hacer el ambiente un poco más festivo Georgina y Mary nos deleitan con un poco de música? –Preguntó el señor Bingley-

- Sería maravilloso, –acotó Elizabeth- creo que me sentaría bien bailar con mi querido esposo. Sólo les suplico que no interpreten un reel.

- Claro que no hermana, pienso que algo más tranquilo sería mejor en este caso.

Huéspedes y anfitriones pasaron un buen rato al calor de la música y el baile, llegado el momento se retiraron a sus cuartos para descansar.

- Mi pequeña Lizzy, he estado pensando mucho en todo lo que ha sucedido y la verdad es que ya no sé ni qué creer.

- Primero que todo mi querido esposo no me digas pequeña, ¿o es qué acaso no has notado que estoy tan grande como una casa? Segundo, creo que lo mejor es no pensar mucho en todo esto. En algún momento habrán de llegar todas las respuestas.

- Tienes razón mi amada, pero aun así hay una pregunta que me carcome y no le encuentro solución.

- ¿Y cuál es esa pregunta?

- ¿Cómo es posible que alguien me hubiera suplantado en Brighton y nadie lo haya notado? Allí tengo conocidos y algunas relaciones de negocios, hubiera sido muy complicado que algo así pasara desapercibido.

- Querido eso es algo a lo que no puedo contestar, pero si te hace bien saberlo he de decirte que yo también tengo muchas preguntas referentes no sólo a este si no a varios asuntos. Y respecto a esto tengo un sentimiento que me es imposible explicar.

- Lo mismo me sucede a mí, es como si hubiera pasado algo por alto, pero no logro saber él qué.

- ¿Crees que la señorita Woods miente?

- No, no lo creo, pero tengo la sensación de que hay algo más en el fondo de todo esto.

- Tal vez tenemos la mente excesivamente acalorada y ello no nos deja pensar  apropiadamente, mi adorado Darcy, mejor durmamos y esperemos que la mañana nos de claridad.

Temprano en la mañana los caballeros tomaron la decisión de ir a cabalgar antes del desayuno, era un ejercicio vigorizante que les permitía compartir un tiempo y hablar tranquilamente.

- Señor Darcy, permítame decirle que he estado pensando largamente en todo lo qué ha sucedido y he llegado a la conclusión de que ambos asuntos están relacionados.

- ¿Qué lo ha llevado a tal conclusión señor Gardiner?

- Miremos los hechos: Primero hay una persona o personas desconocidas que pretenden poner en entre dicho el honor de mi sobrina. Segundo hay una persona que está poniendo en juego su reputación al usar su nombre mi querido señor Darcy, para llevar a cabo estafas y seducir jovencitas de buena familia. Todo al mismo tiempo, difícilmente puede ser una coincidencia. Es como si alguien hubiera puesto en movimiento un juego complicado con el fin de causar el mayor daño posible a su familia.

- El señor Gardiner tiene razón Darcy, que todo esto esté sucediendo justo en este momento no es una casualidad. Sólo debemos preguntarnos ¿quiénes son, por qué lo están haciendo y cuál es el objetivo final? –Dijo Bingley-

- Señor Darcy, ¿sabe usted si ha despertado tal rencor en alguien que haya decidido tramar todo esto para dañarlo a usted y a su familia? –Preguntó Gardiner-

- A lo largo de mi vida es posible que haya despertado resentimientos en muchas personas por diversos motivos. Sin embargo, no puedo dar nombres o hechos exactos. Lo único que puedo decir es que quién esté detrás de todo esto es una persona muy inteligente y a la cual no le faltan los recursos, porque llevar a cabo una acción de este tipo requiere cómplices, tiempo y dinero para poder moverse casi desde las sombras.

La señora Reynolds los esperaba en la puerta cuando llegaron, no era su comportamiento usual, generalmente era el señor Lowell quien lo hacía, para ayudar a los señores.

- Señora Reynolds ¿sucede algo?

- Señor Darcy, señor Bingley, señor Gardiner, debo informarles que ha llegado el momento, la señora Darcy está a punto de dar a luz.


Orgullo y Prejuicio. Dos Años DespuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora