Legado

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En la mañana las señoras estuvieron con los niños. Por su parte Darcy no tuvo más remedio que invitar a Collins a su cabalgata matutina, ofrecimiento que fue rechazado con excusas llenas de pompa, para concluir que en realidad no era un buen jinete, por lo cual solicitó permiso al dueño de casa para usar la biblioteca y componer algunos sermones.

Al regresar de su paseo Darcy como era usual llevaba un gran ramo de flores para su esposa, al ir a buscarla para entregárselas se topó con Collins, hecho que de inmediato entendió que no era coincidencia porque pudo darse cuenta que el párroco estaba al pendiente de su llegada.

- Señor Collins-hizo una reverencia- Espero que se sienta cómodo y bien atendido en mi casa.

- Por supuesto que sí señor Darcy. Nunca creí ser digno de tan gratas y magníficas atenciones, aunque debo decirle que gracias a mi posición...

- Señor Collins, lamento tener que interrumpirlo, pero debo ver a la señora Darcy.

- ¡Oh! ¿Son esas flores para ella?

- Por supuesto que son para ella, es casi una tradición que al salir a cabalgar yo recoja las flores más hermosas que encuentre en el camino y se las traiga como regalo.

- ¿Y no cree que llenarla de tantas atenciones después de poseer tantos lujos es un poco como malcriarla? Yo a Charlotte no la consiento de ninguna manera, fue más que suficiente que se desposara con alguien de mi rango y no es necesario darle nada más, es por ello que su obligación como esposa es que siga todas mis instrucciones y caprichos.

- Pues se equivoca señor Collins, para mí no existe mayor placer que ver la sonrisa de mi Lizzy cuando la mimo y la complazco, esa sola expresión ilumina mi día. Y al contrario de usted que parece creer que una esposa debe ser una esclava o una sirvienta dispuesta a complacer todos sus deseos, yo pienso que una esposa debe ser una compañera que guíe el camino de su esposo con su comprensión y sabiduría, haciendo de esas cuatro paredes que uno se atreve a llamar casa un verdadero hogar. Si me disculpa señor Collins iré a encontrar a Elizabeth. –Se marchó dejando al párroco a punto de un ataque de ira-

Lady Catherine requirió a los presentes celebrar una reunión después del almuerzo, por lo cual todas las actividades que se tenían planeadas debieron ser canceladas, también pidió a las señoras Darcy y Collins que dejaran a los niños bajo el cuidado de sus nanas porque el tema que debía tratarse era de vital importancia y los chiquillos podían causar incomodidad.

Después de esto en un acceso de delicadeza poco conocido en su señoría, les solicitó a los Darcy hablar en privado.

- Disculpen tanto misterio y el estar tomando atribuciones que no me corresponden en su casa. Les garantizo que para todo esto hay una buena y conveniente razón y de ello se darán cuenta cuando nos reunamos esta tarde. En realidad no sólo los llame para disculparme, también debo hacerles un par de preguntas y solicitar de ustedes algunos favores.

- Tía ¿Quisieras hacernos el favor de decirnos de qué va todo esto?

- Ya te vas a enterar sobrino, todo a su debido tiempo. Señora Darcy, de muy buena tinta me he enterado que su padre el señor Bennet, por primera vez en muchos años ha empezado a mejorar la finca y con ello ha obtenido algunas ganancias que han incrementado sus ingresos hasta el punto de aumentar un poco su escasa fortuna ¿Podría hacerme el favor de confirmar esto?

- Es cierto su señoría. ¿Pero qué tiene que ver eso con lo que sucederá esta tarde?

- Paciencia mi niña, paciencia. Darcy eres un experto en negocios y he de suponer que conoces mucho mejor la situación de los Bennet que yo. ¿Crees que si siguen por ese camino lograran hacer un buen patrimonio?

Orgullo y Prejuicio. Dos Años DespuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora