Interrogatorio

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Lady Catherine se quedó indignada por el comportamiento de su sobrino y la esposa de este, que salieron inmediatamente a preparar todo para el viaje.

- ¿Pero qué clase de comportamiento insolente es este? ¿Cómo osa tu hermano con esa que se hace llamar su esposa salir de aquí sin mediar palabra o dar explicación alguna? Nunca había sido tratada de tal manera en Pemberley, todo esto debe ser obra de esa mujer.

- Tía seguramente algo de la mayor gravedad a sucedido, de otra manera no hubieran salido de esa forma. Y ¿acaso no has dicho tú siempre que el lugar de una esposa, es al lado de su esposo para ayudarlo en todo lo que necesite?

- Madre, Georgiana tiene razón, la actitud de la señora Darcy corresponde a lo que siempre nos ha enseñado que debe ser el lugar de una esposa abnegada, siempre al servicio de su marido.

- Anne no te atrevas a defender a esa mujer.

- No la estoy defendiendo mamá. Sólo enfatizó en el hecho de que de acuerdo a los consejos que siempre nos has brindado a Georgiana y a mí, ella está actuando correctamente.

Los esposos se encontraban en su habitación organizando algunas cosas, este momento de intimidad fue aprovechado por Darcy para hablar con Elizabeth.

- Querida, sé que esta salida es intempestiva, no dije nada abajo porque no quería que Lady Catherine se enterara.

- ¿Y qué es aquello de lo que no se puede enterar tu tía?

- Que el señor Brant ha dado con el paradero del hombre que se ha hecho pasar por mí y le ha causado todos esos perjuicios a los Woods, es por esa razón que debo partir de inmediato, quiero saber qué está tramando y por qué ha llevado a cabo estas acciones.

- Tienes razón es mejor que Su Señoría no se entere de nada de esto, le diremos que es un asunto urgente de negocios.

- Lizzy, sé que te voy a dejar sola en una situación muy complicada, bien sabes que mi tía es una persona difícil, espero me puedas perdonar.

- Darcy, no te preocupes, ya sabré apañármelas bien yo con ella, y no estaré sola Georgiana será mi apoyo, no debo perdonarte nada, no has cometido ningún crimen, sólo te pido que tengas cuidado con este hombre, no sabemos qué tan peligroso pueda llegar a ser.

Terminados los preparativos Darcy partió de inmediato, no deseaba perder tiempo, quería saber en primera persona que estaba sucediendo realmente.

Al llegar a su casa en Londres causó una gran conmoción, los sirvientes no estaban al tanto de la llegada de su amo, por lo tanto no tenían nada preparado. Sin embargo, este los tranquilizó informándoles que tendrían tiempo de hacer los arreglos pertinentes ya que sólo dejaría su equipaje y saldría de inmediato a solucionar un asunto.

Se encontró con los señores Gardiner y Brant en el sitio que este le había indicado en su carta, su sorpresa fue enorme cuando se dio cuenta que se dirigían a West End, un lugar de sobra conocido donde siempre era posible encontrar cortesanos esnobistas.

- Señor Brant, tendría usted la amabilidad de decirnos ¿por qué nos encontramos aquí?

- Señor Darcy, el hombre que se ha hecho pasar por usted parece ser miembro de la corte, pasa la mayoría del tiempo en este lugar, incluso es posible que usted pueda llegar a conocerlo.

- Entiendo, pero antes quiero que sepa que aborrezco este lugar, no encontrará un sitio en todo el reino en donde las intrigas estén más a la orden del día.

- Pues en ese caso, tiene gracia, ya que estamos en búsqueda del culpable de una de ellas. –Sentencio el señor Gardiner-

- Precisamente por eso a través de un conocido concerté una cita aquí con el caballero, dándole a entender que era un asunto de negocios en el cual saldría muy beneficiado.

Orgullo y Prejuicio. Dos Años DespuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora