- Capitulo Q u i n c e-
-El mejor modo de enfrentarse a los problemas de la vida es hacerles frente enseguida, no esperar a que las olas se los lleven.
Él se rio y sacudió la cabeza como si ella estuviera fuera de sus cabales.
-Además, yo no elegí vivir en la playa. Ha sido por obligación.
Quizá la playa te eligiera a ti. Quizá por eso estés aquí.
Oh, Dios. El maestro zen de la playa. Aunque algo le decía a _______ que aquella actitud tan relajada y despreocupada ante la vida no era tan inherente a Louis como él quería demostrar. Había un agudo intelecto detrás de aquellos Azules claros. Estaba rindiendo por debajo de su capacidad deliberadamente. _______ sintió una punzada de curiosidad acerca del Louis que había tras la máscara del tipo afable. Sin embargo, la verdad era que cuanto menos pensara en aquel hombre, mejor.
-Alison eligió la playa, no yo -dijo ella-. Y estoy aquí porque ella se sintió culpable.
-¿Culpable?
-Sí. Teníamos un plan perfecto para trabajar juntas durante dos años, hasta que yo estuviera preparada para establecerme por mi cuenta.
-¿Qué ocurrió?
-Se enamoró.
-¿Y eso es algo malo?
-En este caso, lo peor. Se quedó en Londres con el hombre del que se había enamorado, y me traspasó lo que quedaba de su negocio. También me vendió esta casa por muy poco. Todo eso significa que yo tengo que establecerme por mí misma ahora, y todavía no estoy preparada. Y con respecto al amor, creo que siempre es malo cuando llega en un momento poco apropiado.
-No se puede elegir el momento en el que Llega el amor, _______.
«Oh, sí se puede», pensó ella, y lo miró.
-Tú también eres un filósofo. ¿Has estado alguna vez enamorado?
-Unas cuantas veces.
-¿Nunca llegaste a nada serio?
-No.
-Pero crees que al final ocurrirá, ¿verdad?
Él se encogió de hombros.
-Estás esperando el momento apropiado, tal y como yo decía.
-No pienso mucho en ello. Si todavía no me ha sucedido, qué le vamos a hacer...
-Negarse a hacer planes también es planear.
-Ahora la que está filosofando eres tú. ¿Y qué pasa contigo? ¿Has estado alguna vez enamorada?
-Una vez -respondió ella, aunque probablemente era un error confesárselo a Louis-. En la facultad. Pero éramos demasiado jóvenes... -ella había perdido la cabeza por Grayson, un periodista ambicioso y ansioso de aventuras. Se había obsesionado por él y había pensado en posponer su carrera y la licenciatura para viajar por el mundo, acompañándolo mientras él trabajaba. Entonces, Grayson había recuperado el sentido común y se había dado cuenta de que estaban apresurando las cosas, atándose el uno al otro, bla, bla, bla. A ella le había dolido inmensamente, pero había sido como echarle un cubo de agua fría a una persona histérica para que volviera a la realidad.
-¿Y no quieres volver a sufrir lo mismo? -le preguntó Louis, sacándola de sus recuerdos.
-¿Quién te ha dicho que yo sufrí?
-Tus ojos, supongo. Un rastro de tristeza en tu mirada.
Aquel hombre era realmente perceptivo, o ella era demasiado transparente.
-Simplemente, recuperé el sentido común, Aquello era algo anómalo.
-¿Algo anómalo? ¿Así que el amor es como la estadística? Te enamoraste de un tipo. ¿Qué hay de malo en eso?
-Para mí, en aquel momento, todo -había sido una lección sobre cómo vigilar su corazón, protegerlo contra la otra parte de ella, la que quería correr, vivir el momento, regirse por los impulsos. La parte que venía de su espontáneo padre, y no de su madre razonable y sensata.
-¿Y a ti? ¿Te han hecho daño alguna vez?
-Los sentimientos cambian. Las cosas siguen su curso -dijo, pero tenía una expresión de culpabilidad tremenda.
-En otras palabras, nunca te han dejado -no era ninguna sorpresa. Había visto la barrera entre la pobre Heather y él.
-Supongo que no.
-Así que siempre tienes aventuras ligeras, ¿no? Nada exclusivo ni historias largas, para que las mujeres no se hagan una idea equivocada.
-Me has pillado -dijo él, avergonzado.
Por alguna razón, ______ no pudo evitar un golpe. Quizá Grayson le había hecho más daño del que ella quería admitir.
-Sexo estupendo, disfruta el momento, sólo existe el presente...
-Eres adivina -dijo él, pero su sonrisa tranquila se había hecho ligeramente tensa.
-No, es que tú eres demasiado evidente.
El dolor le cruzó el rostro. _______ había ido demasiado lejos.
-Eso ha sido una estupidez, perdóname. Todavía estoy molesta por lo que ha pasado con Alison y su aventura amorosa.
-No te preocupes --dijo él, encogiéndose de hombros. Durante un instante, ella envidió su capacidad de liberar sus sentimientos con tanta facilidad—. Y yo siento que perdieras a tu socia. Eso puede desconcertar a cualquiera.
-Sí. Gracias.
-Estás haciéndolo de nuevo.
-¿Qué?
-Mordiéndote el labio por dentro -dijo él, observándola desde muy cerca.