Capitulo treinta y siete-
[Maratón 1/2]
Pero, ¿qué pasaba con su carrera profesional? ¿Y con su ambición? Louis era un cero a la izquierda en aquel sentido. «Cuando lo necesite, lo conseguiré, le había dicho acerca de un trabajo. Quizá lo necesitara en aquel momento. Le había dicho que no quería trabajar con Brice, pero, ¿no podría poner él su propia tienda? No para hacerle la competencia a Brice, por supuesto, pero de algo que tuviera que ver con los deportes acuáticos.
____ tomó el periódico y miró los anuncios clasificados. Al poco tiempo, había encontrado cuatro, uno de una tienda de vela, otra de surf, y dos empresas de excursiones en barcos. Ella misma llamaría. Todo lo que Louis necesitaba era un pequeño empujón, y conocería la alegría de trabajar en algo con lo que disfrutaba. Así lo ayudaría.
Cinco días después, ____ se dirigía a casa después de un estupendo día en la ciudad. Había hecho muchas cosas. Lo primero, había tenido una reunión de tres horas con el equipo directivo AutoWerks' L.A., y les había explicado su propuesta de proyecto la cual, a pesar de que no había dormido, había conseguido redactar a toda prisa. Parecía que Louis consideraba un reto personal mantenerla en la cama, pero despierta. Pareció que al equipo le gustó lo que les dijo, y Becker le había dedicado su sonrisa de Santa Claus. Necesitaba más información de marketing, así que ella tenía que reunirla aquella noche y mandársela al día siguiente. Él llevaría aquel informe a una reunión de planificación que tenía en Nueva York aquella semana.
Ella le había prometido que estaría disponible para más consultas y le había dado otra tarjeta. Pronto tendría que hacerse unas nuevas, dirección de su nueva oficina y el número de teléfono, además del número del móvil, porque y se sentía lo suficientemente rica como para da de alta la línea de nuevo.
Después había llamado a los anuncios que había encontrado para Louis. Las empresas, y el trabajo de la tienda de surf eran demasiado comerciales para Louis. La tienda de vela sería demasiado, pero el dueño tenía un hermano que a su vez tenía otra tienda, de equipo de submarinismo. El hombre quería jubilarse, así que seguramente se la vendería a Justin y ella lo ayudaría a hacerse con el control del negocio poco a poco. Fijó una cita entre Louis y el hombre para el día siguiente por la tarde, y no podía esperar a llegar a casa para contárselo.
Él estaba barnizando la fachada de la casa cuando llegó. Louis bajó de la escalera al instante y la tomó entre sus brazos.
A ella ni siquiera le importó que el barniz pudiera ensuciarle el traje.
-Tengo muy buenas noticias -le dijo.
-Puedes contármelas en la cama. Escucho mucho mejor cuando estás desnuda -respondió él, y le tiró de la mano.
-Pero tengo que trabajar -dijo ella, tropezándose en el umbral al entrar en la cocina, con la risa en los labios. Al cuerno el trabajo. Nunca se había sentido tan deseada en su vida.
-Trabajar todo el día y no jugar le destroza los nervios a ____ -dijo Louis desabrochándole un botón de la chaqueta.
-Jugar todo el día y no trabajar le hace perder clientes a ____ -respondió ella. Mientras le sacaba la camiseta por la cabeza.
-Pero jugar más y trabajar menos te trajo clientes-dijo él, empezando con los botones de su camisa-. He organizado una sesión de buceo especial para mañana. Un amigo va a sacar su barco a punta Loma, a un bosque de algas que es tan grande como una isla. Hay unos arrecifes estupendos y las algas cuelgan en cascada. No podrás creerlo.
-No puedo, Louis. Tengo que hacer un informe para AutoWerks.
-¿No puedes hacerlo después de bucear?