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Capitulo veintiocho.-

______ se arrastró fuera de la cama a la mañana siguiente, a las siete, exhausta. Casi no había dormido. Fue hasta la cocina y allí se encontró a Louis, silbando y tomándose una taza de café. ¿Cómo se las arreglaría para sobrevivir tan alegremente durmiendo tan poco? Ella vio que el fregadero nuevo ya estaba en su sitio.

-Has puesto el fregadero -dijo.

-Pensé que, ya que va a venir tu madre, debería arreglar la cocina.

-Gracias -dijo ella, asombrada porque él lo recordase. Tenía un enfoque tan despreocupado del mundo, que ella siempre se quedaba sorprendida de cuánta atención le prestaba a las cosas. Lo que había sucedido el día anterior le había hecho olvidar la visita de su madre.

-¿Has pasado mala noche? -le preguntó Louis.

Ella asintió.

-Yo también -dijo él.

Los dos se quedaron allí, uno al lado del otro, sin saber qué hacer con los ojos ni con las manos. -Siéntate -dijo él, por fin, acercándole una silla a la mesa-. Voy a servirte café y comida.

-No seas tan amable conmigo, Louis –dijo ella, temblorosa.

-Soy un santo, ¿qué puedo hacer? -dijo él, mientras le ponía una taza y un plato de buñuelos delante. Olía a gloria, pero ella no podía tomar un bocado. Tenía un nudo en el estómago.

-Tienes que reponer fuerzas si quieres seguir tu plan de resistirte a mí -bromeó él.

Ella sonrió débilmente y tomó un poco.

-Voy a salir -dijo Louis-. Tengo que comprar la lámpara que querías para la ducha y arreglar un par de cosas del equipo de Brice. Volveré a tiempo para conocer a tu madre.

-No tienes qué venir si no quieres -dijo ella. No estaba muy segura de querer que su madre captara las vibraciones que había entre ellos. Estaba segura de que a Deirdre Adams no le gustaría Louis. Y cuando viera cómo lo miraba _____... se disgustaría.

-Vamos. Tengo que conocer a la mujer que es más seria que tú. Hasta luego. Traeré cervezas.

-Mi madre apenas bebe.

-Esto es la playa, cariño. Hay sal en el aire. Hay que tomar cerveza.

-De acuerdo -respondió ella, diciéndole adiós con la mano. Después se dio cuenta de lo extrañamente hogareño que había sido aquello. Louis había arreglado el fregadero, le había hecho el desayuno e incluso le había contado sus planes y le había prometido que llegaría a tiempo para conocer a su madre. Y con cervezas, nada más y nada menos. ______ apoyó la cara sobre las manos.

Tampoco sabía lo que pensaría su madre sobre la casa de la playa, que, a decir verdad, todavía no había avanzado demasiado. Y ella no había hecho nada por firmar un contrato con Louis.

Pero había conseguido su primer cliente, Water Gear, y el domingo iría a un cóctel donde seguramente conseguiría contactos muy beneficiosos. Aquello la alegró y le aclaró la cabeza. Y el fabuloso café de Louis también ayudó.

Decidida a sacar el mayor provecho posible del tiempo, _____ se concentró en el proyecto de Brice, pero acababa de empezar cuando alguien llamó a la puerta.

Había tres adolescentes en el porche, sonriendo tímidamente.

-Hola. Eh, hum, ¿está Louis en casa? -preguntó una de ellas. ____ la reconoció. Era la hermana de Louis.

-En este momento no. Tú debes de ser Penny.

-¿Te ha hablado de m? Eso es estupendo. Y tú eres, _____, ¿verdad?

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