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-Capitulo 26:

[ Maratón 2/3 ]

-Me muero de hambre -dijo ____, observando el plato de ensalada-. El agua salada y el terror deben de intensificar el apetito -dijo, y tomó un buen bocado-. Mmm, esto está delicioso, Louis -y lo miró a los ojos, la primera mirada durante un buen rato. Él se dio cuenta de que lo había echado de menos.

-Me alegro de que te guste.

-Louis es un buen tripulante -dijo Brice-. Es capitán, es maestro de submarinismo y hace una comida estupenda.

-¿Qué estás intentando, Brice? -bromeó Louis-. No voy a dar lecciones gratis. Y necesito que me avises con antelación si es un grupo grande.

-No es nada de eso -dijo Brice-. Sólo quiero que ____ sepa con quién está tratando.

-Creo que ya estoy empezando a darme cuenta -dijo ella suavemente.

Los dos se miraron, y ____ dejó de masticar. Él sintió una punzada de tensión. Deseaba a aquella mujer. Ella tenía el pelo echado hacia atrás, y la piel ligeramente enrojecida por el sol. De hecho, se había quemado un poco. Tendría que ponerle crema protectora. Parecía hecha para estar sobre un barco. Dios, la deseaba.

-He dicho que si me pasas la ensalada -la voz de Brice le llegó débilmente y se dio cuenta de que no era la primera vez que el hombre se la pedía. Louis no recordaba cuándo había sido la última vez que había deseado tanto a una mujer como para no escuchar su propio nombre.

Estaba ocurriendo algo. Se recordó a sí mismo que ____ no era del tipo de mujer que se dedicara al sexo superficial. Para ella, las cosas tenían más significado. ¿Y por qué no le asustaba aquello?

~~

-Ha sido un día perfecto, asombroso -le dijo ____ a Louis, mientras caminaban por la playa hacia casa-. Creo que realmente puedo hacer algo por Brice... y el buceo... guau. Ha sido increíble, realmente mágico. Probablemente, esto es un cliché, pero no tenía ni idea de la vida que había ahí debajo. Creía que me asustaría mucho, pero ha sido natural y bellísimo.

-Ahora ya lo sabes.

-Sí, ahora ya lo sé -suspiró ella, y miró la lámina que le había dado Brice. Había marcado las especies que había visto con un lapicero de cera-. Y sólo he visto la mitad de las especies.

-Se supone que debes disfrutar de la experiencia, no apuntarlo todo. Dame eso -le dijo, y le quitó la lámina- Tienes que recordarlo aquí -le dijo, dándole una suave palmada en la frente-, y aquí --después, justo encima del pecho

En el corazón.

-Lo hago -respondió ella-. Ya está en mi corazón -le dijo, y sus miradas se cruzaron. Louis le había enseñado las maravillas del fondo del mar, y le estaba sonriendo, encantado de haberla hecho feliz, y ella se sentía bien estando con él-. Pero también quiero apuntarlo. Así es como soy -y ella intentó quitarle la lámina de las manos. Sus brazos se rozaron. Estaban prácticamente bailando.

-Entonces ven y tómala -dijo Louis, y salió corriendo como un rayo.

-¡Gusano! -le gritó _____. Tiró la bolsa y lo persiguió, ansiosa por estar a su lado. Corrió tras él sin hacer caso de otra cosa que no fuera aquel hombre, así que no vio la ola. Cuando la alcanzó, ella cayó sobre la arena, riéndose. Cuando la ola se retiró, Louis se tumbó a su lado.

-¿Estás bien? -le preguntó, con la cara manchada de arena, apoyada sobre una mano.

-Muy bien -respondió, consciente de que acababa de ser asaltada por una de las cosas que menos le gustaban de la playa, y de que no le importaba en absoluto-. Perfectamente -respondió ____, y le quitó a Louis la arena de la mejilla.

-Aquí tienes -él le alargó la lámina mojada-. No he sido tan mal compañero de piso, ¿verdad? -le preguntó, y le retiró un mechón de pelo de la mejilla.

-No. Excepto por el ruido, el desorden y la confusión, y por no haberte acordado de darme los mensajes.

-Sí, pero, ¿qué hay de la comida?

-La comida ha sido deliciosa.

-Me vas a echar de menos cuando me vaya.

Ella lo miró a los ojos, Azules, brillantes por el sol. El agua les pasó por encima del cuerpo.

-Pues no lo hagas -le pidió suavemente.

-¿Que no haga qué?

-Irte.

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