Infierno

387 26 8
                                    


-¡¡Buajajajaja!! -gritó Arthur apareciendo detrás de Feliciano.

-¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!! ¡¡¡DOITSU, DOITSU!!!

El italiano salió corriendo a refugiarse en los brazos de Ludwig. Arthur sonrió con malicia antes de percatarse de la mirada que le dirigía Kiku.

-Tenemos que hablar -dijo este con voz seria.

Arthur tragó ruidosamente, con miedo.

Arthur y Kiku tomaban tranquilamente una taza de té en el jardin de la casa del japonés.

-¿De qué querías hablar? -preguntó Arthur dando un sorbo a su té.

-Del Infierno -contestó Kiku.

-¿Eh?

-Verás, cuando una persona muere, aparece ante el gran juez Emma, que revisa sus actos carnales y la envía al Cielo o al Infierno. Si la manda al Cielo, su alma inmortal será recompensada. Pero si acaba en el Infierno, estará condenada a sufrir enormes torturas durante elresto de la Eternidad.

-¿Y?

-¡Tú eres muy malo! ¡Si no cambias tu comportamiento, terminarás en el Infierno! -exclamó Kiku al ver que Arthur no entendía la gravedad del asunto -Y yo no quiero que te pase eso.

Arthur miró fijamente los ojos grandes y sinceros de Kiku, luego se rió escandalosamente y se puso en pie.

-Estoy deseando ir al Infierno.

-¡¡¿¿PE-PERO QUE DICES??!!

-Pues eso. Iré al Infierno y lo convertiré en una colonia inglesa.

-N-no bromees con esa cosas,onegai.

-Tranquilo -susurró Arthur agachándosepara quedar a la altura de los ojos de Kiku -Nada es imposible para el Gran Impero Británco.

Misteriosamente, un cubo de metal lleno de piedras cayó del cielo, dándole a Arthur en la cabeza justo cuando este estaba a punto de besar a Kiku.

-Mmm... ¿Dónde demonios estoy?

Arthur se puso en pie, frotándose la cabeza, ya que tenía un chichón enorme que le dolía mucho. Lo primero que vio fue que estaba en una sala circular de piedra. Había una mesa enorme con un libro gigante encima y un hombre de pelos grises y ojos rojos leyéndolo.

-¡¡Gi-gilbert!! ¡¿Qué haces aquí?!

-Yo no soy Gilbert. Soy el PODEROSO, GENIAL y MAGNÍFICO Emma, el Juez del Inframundo.

-<<Kiku tenía razón.Jejejeje...>> ¡¡ESPERA!! ¡¡¿¿HE MUERTO??!!

-¡A ver! -soltó Emma, mirando una página en concreto -Arthur Kirkland... Has invadido muchos territorios, te divierte asustar al pobre Feliciano Vargas -negó con la cabeza -Y dijiste que querías ir al Infierno para conquistarlo. ¡Perfecto! Al Infierno con él.

Apareció un hombre joven de cabellos marrón grisáceo y ojos azules con una tubería de metal. Llevaba una túnica con una mitad negra y la otra blanca. También llevaba una bufanda. Un par de alas pequeñas salían de sus omoplatos. La que coincidía con la parte negra de la túnica era blanca y viceversa.

-¿I-iván? -preguntó Arthur con los ojos blancos.

-No, no soy Iván. Soy el Enviador
Debo enviarte al Infierno -dijo con una sonrisa.

-Ah... Vale... <<Aún no me creo que he muerto>>

Iván El Enviador lo cogió del brazo y lo arrastró detrás de la mesa de Emma, donde había un ascensor. Se metieron dentro y el Enviador bajó una palanca. Inmediatamente, bajaron a velocidad de vértigo al Infierno.

One-shots  HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora