Es torpe

135 11 0
                                    


Odiaba como las otras naciones te miraban con ojos ajenos a la amistad, me desagradaba como caminabas por los pasillos de las reuniones tarareando tus viejas canciones francesas, detestaba ese perfume que solías usar, odiaba una y muchas cosas de ti, pero... El odio abarca muchos conceptos, incluso algunos positivos.

-Francis Bonnefoy... ¡CALLATE!

- ¿Por qué Mon Cher?

- Porque estas siendo molesto...

-Como siempre ¿No crees?

- Mmmm...

Siempre solías dejarme callado, con esa sonrisa burlona que se dibujaba en tu rostro, con esa mirada contenta de haberme ganado una vez más.... Siglos y siglos de lo mismo. Aun así no lograba aburrirme de ti. Era algo que no podía explicar cada vez que me lo planteaba , no encontraba una respuesta cuerda al asunto ... Sabía exactamente cuál era el sentimiento que me provocabas al pasar, al mirar , al tocar y al besar de sorpresa. Pero no me atrevía a admitirlo. Era algo mío, tan mío como la tierra, como la Reina o como el té.

Cada mañana, desde que estas en mi casa, tenías el desayuno servido a las siete en punto de la mañana. ¿Por qué? ¿Por qué darte el trabajo de cocinar desde las seis? Ni siquiera te sentabas en la mesa, solo me dejabas notas tras notas informándome que preparaste y a qué hora llegabas. ¿Por qué deje que te quedaras? ... Precisamente no era por tener un chef en casa.

Hoy me levanté como todos los días, a la misma hora... Me duche y ahí estaba el desayuno, otra vez. Croissants, té, tres cubos exactos de azúcar, pero a excepción de las otras veces habías dejado una rosa sobre un plato. ¿Acaso es una broma? No planeo comerme las flores, estúpido. Entre más transcurría el día encontraba detalles esparcidos por la casa, los cuales en vez de desagradarme como todo lo que tiene que ver contigo, me gustaban, me... sentía sorprendido de cierta forma, lo que me hacia sonreír ampliamente. Cuando entre a mi cuarto y vi un pequeño corazón sobre la cama me di cuenta lo cursi y cliché que puedes ser, claro eres francés que más se puede esperar de ti. Pero fue ahí entonces donde recordé una escena de hace unos días atrás.

- ¿Por qué tienes que ser siempre tan escandaloso?

- ¿Yo? ¿Escandaloso?

- ¡Si tu quien más! - Comente casi gritándote en la cara harto de tus toqueteos y halagos ocultando realmente las ganas de querer devolvértelos.

- Mon dieu Mon Cher, deberías estar agradecido que alguien sea tan atento contigo.

- NO! Podrías ser mas... mas..

- ¿Mas?- Preguntaste con cara de estúpido.

- ¡DESAPERCIBIDO, MENOS OBVIO!

- Ah ya comprendo - Comentaste con esa risita tonta tuya, mientras me guiñabas el ojo y desordenabas mis cabellos.

Después de esa corta charla, te levantaste y al entrar a la casa no dejabas de sonreír como si tuvieras un plan entre aquellos dientes.

-Ahora lo entiendo- Comente para mi mismo mientras tomaba aquel ridículo corazón entre mis manos y podía percibir su pasoso perfume entre mis manos. - Es por eso que este tan frío conmigo y no con el resto, es por eso que cuando tenemos reuniones te sientas al lado de España e ignoras mis miradas como si no te importara. Es por eso... es por todo eso.

Pasaron varias horas y no realicé cuanto tiempo estuve en mi cuarto pero al sentir la puerta que se cerraba no pude evitar casi como un acto de reflejo bajar a recibirte con mi entrecejo fruncido.

Ahí estabas tú, sonriente como siempre, debería abofetearte por estar siempre feliz, es imposible que alguien siempre lo esté.

-Saca esa sonrisa burlona de tu rostro, me asquea - Te mire fijamente mientras no podía evitar sonrojarme... Habías entendido todo.

- Anda, si tu quieres vivir amargado, es cosa tuya querido mío, debe ser por eso... - tocaste con tu dedo índice mi frente fruncida mientras reías tiernamente- Que siempre llueve en este lugar.

- No... No me toques!

-Está bien, lo siento- Comentaste mientras colgabas tu abrigo húmedo y no pude evitar ver como las gotas de lluvia caían de tus cabellos descansando en tus hombros. Te alejaste unos pasos de mí pero ya no me sentí capaz de seguir ignorándote.

Tome tu mano casi como un reflejo otra vez, y me miraste incrédulo casi como si fuera un mal chiste de mi parte.

-Entendiste...

-Así es, ¿Me creías tan estúpido?

- .....- No pude arquear una palabra, era un mar de nervios, solo tome tus mejillas y coloque mi frente junto a la tuya mirándote fijamente con un gesto de enojo.

-Anda no te enojes- Dijiste suavemente.

-No estoy enojado... Lo que pasa es que... - Te bese, no aguanté más aquella discordia que tenía escondida de hace tiempo en el pecho y que logré ocultar muchas lunas.

- Te amo Angleterre- Me interrumpiste, idiota siempre tomando la delantera.

- Yo... Yo... -

-¿También?

-¡CALLATE!- Te dije en voz alta mientras volvía a besarte, creo que si lograste entender todos esos gestos, entenderás esto... Sí , así es ..

Quizás nunca te lo diga tal cual como lo pienso o solo te de esbozos de haberlo hecho, pero me encanto que desde aquel día sentirte tan mío, pensar que podría retenerte y tratarte como un ''mío'' que cuando te miraran la otras naciones no te iba a importar, porque yo solamente te podría mirar, yo solamente comería de tus manos y que yo...Solamente yo sería sostenido por aquellos brazos.

Te odio, ¿Por qué? Porque no se cómo asumir cuanto te quiero en realidad, odio que hayas comprendido todo pero a la vez me encanta que lo hagas, odio que sigas siendo tan tú . Pero más allá de todas las cosas que odio, es como cambiaste tanto para llegar a mí. Abandonar tu patria, tu vida, tus costumbres, por la lluvia , los platos maltrechos y una infinidades de sabores de té que no son de tu agrado con tal de pasar más tiempo a mi lado.

Odio que seas tan atento, odio eso y mucho más...

Pero ese odio... me hace quererte un poco más, que cada día que pasas sonriéndome como imbécil es porque me sonríes solo a mí. Que solo eres para mí y para nadie más.

-Te odio Francia.

- Lo sé.. Yo también - Dijiste con ese gesto burlón mientras me abrazabas por la espalda y apoyabas tu cabeza en mi hombro.

One-shots  HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora