Capítulo 21

231 19 0
                                    

-¿ahora como me deshago de esto?- Vassago apunta a su miembro.

No pienso decirle que debe masturbarse, eso seria muy incómodo en este momento.

-no tengo ni idea, como notaras, yo no tengo ese problemita- señalo su entrepierna.

Prendo las luces de la cocina y lleno dos vasos con agua helada, y le ofrezco uno.

-¿sabes que los chicos llegarán en poco tiempo?- me subo sobre la mesa auxiliar de la cocina y tomo un sorbo de agua.

-lo sé, les dije que vinieran a primera hora- Vassago se acerca a mi, quedando en medio de mis piernas.

-no, para los demonios "primera hora" significa las 3 de la mañana.

-¡¿qué?! ¿acaso están locos? ¿quien trabaja a las 3 am?- Vassago ríe por lo bajo.

-eres una floja- Lo tomo del cuello de la camisa y lo acerco a mi.

Me da un beso en la quijada y comienza a ascender hasta mis labios.

-no comiences lo que no puedes terminar- mi advertencia va enserio.

-tú lo comenzaste desde el día que no te bajaste de mi sofá- sonrió y lo beso de nuevo.

-por eso seré yo, quien acabe con esto- parece que no le todo importancia a mis palabras por que me besa más apasionadamente, pone sus manos en mi trasero y me presiona contra su erección, mis dedos viajan al interior de su camisa, puedo sentir su abdomen marcados, el calor de su piel.

En menos de un segundo, todo se detiene, mamá entra a la cocina y él ya no está.

-cariño ¿qué haces despierta a esta hora?

-... Es que tenia sed- me bajo de la mesa auxiliar y miro a ambos lados buscando una señal de Vassago.

-¿por eso serviste dos vasos?- mamá señala el vaso a medio terminar de Vassago.

- es que tenía mucha sed- eso suena más como una pregunta que como una afirmación.

-esta bien, ven, vamos a dormir- me extiende una mano.

-¿a que venias a la cocina?

-escuché ruidos y pensé que eran ladrones- apaga las luces de la cocina y vamos juntas hacia la segunda planta de la casa, donde quedan las habitaciones.

-mami descansa- le doy un pequeño abrazo y entro a mi habitación.

En medio de la oscuridad solo se ve la silueta de Lui que aun duerme, comienzo a sentir la fatiga de las horas sin dormir, me siento en el borde de la cama unos segundos mientras mis ojos se acostumbran a la escasez de luz; una silueta alta y musculosa aparece en la habitación, Marco.

-hola- saluda en tono formal- Matias ya se encuentra con tu madre- me informa y yo simplemente asiento.

-esta bien, voy a dormir

-seño... Lili es que ...- comienza a jugar con la punta de sus dedos, se ve muy tierno haciendo eso - no, nada, no me preste atención.

-dime- a pesar de su físico tonificado y sus rasgos fuertes, es evidente que aun es un niño.

-es que cuando llegué acá, sentí un olor a chocolate- vuelve a jugar con sus dedos y evita mi mirada.

-esta bien, puedes comerte la nutella- su cara se ilumina al igual que la de Vassago y desaparece de la habitación.

No puedo evitar sonreír, cualquiera habría pensado que los demonios eran seres temibles, pero no es así; creo que Marco y Lui se llevarían bien .

El Infierno En Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora