Capitulo 36

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Me quedo ahí sentada en el piso analizando lo que acabó de suceder. Tengo que hablar con Marco ¿qué le pasó?.

Busco mi uniforme y guardo los pocos chocolates que me dejaron. Escucho el sonido del agua caer en la ducha, Lui se está bañando. Eso me da unos minutos más para hacer pereza. Pero en lugar de permitirme unos minutos más de sueño voy a buscar a Marco tengo que hablar con él porque ese episodio no se puede volver a repetir. Va terminar volviendo loca a mi hermana. Es más, creo que  tendré que borrarle ese recuerdo por si las moscas.

Lo busco en la habitación de Lui, en la de mamá, en la cocina, en la sala y nada. No está por ningún lado ¿qué se habrá hecho? Lui grita desde la segunda planta que el baño ya está desocupado.

Subo, tomo mis cosas y me doy una ducha rápida. Mientras me visto pasan por mi mente imagenes de la visión que tuve al salir de la tienda, y me abruman un poco, porque mi ida está más cerca de lo que imaginada, tal vez un par de meses. Es muy extraño saber que no tenía nada prescrito y mis decisiones me llevaron a eso. Podía no se, haber descubierto la cura para el cáncer y morir de anciana o en una balacera; pero no. Vassago se cruzó en mi camino y acortó mi vida a sólo un par de meses.

-Lili, baja a desayunar- la voz de mamá me saca de mi letargo y termino de ponerme los calcetines y los zapatos.

Mamá nos ha preparado waffles con fruta lo que quiere decir que está de muy buen humor, al mirar un poco sobre la cómoda de la sala veo un, para nada modesto, trofeo que dice "primer lugar del torneo madres e hijas 2018".

-felicitaciones- le digo a mamá porque creo que no se lo había dicho.

-gracias mi amor, fue muy difícil pero lo logramos.- dice mientras pone el plato con waffles de Lui que viene bajando las escaleras.

-¡wow! Tenemos que ganar torneos más seguido- dice sentandose a la mesa y dandole un bocado a su desayuno.

El resto del desayuno transcurre normal, sin muchos comentarios. Acabamos, lavamos nuestros platos y subimos a lavarnos los dientes. Cojo mi maleta y bajo a esperar que Arli venga por mi. Los amigos de Lui vienen por ella y Marco aún no aparece. Me preocupa que le pase algo a Lui porque le pasó a Marco. Pasan 10 minutos y Arli no viene, así que decido irme sola.

Vassago está sentado afuera del salón y se pone de pie al verme llegar.

-¡hola!- Lo saludo con la mano.

Él camina hasta mí, me toma de la cintura y me da un beso que me toma por sorpresa pero que aún así le correspondo. Al inicio es sólo la presión de sus labios sobre los míos, abro mis permitiendo que ingrese su lengua e intensifique el beso. Su contacto hace que olvide todos mis problemas, la situación, e incluso el lugar donde estamos.

Un carraspeo hace que nos separemos de mala gana; pensé que tal vez era un profesor o algún directivo el que se había tomado la tarea de interrumpir nuestra perfecta muestra de afecto, pero no. Es Arli, que tiene en su mirada una mezcla de emociones poco positivas.

Arli se le abalanza sobre Vassago y trata de golpearlo pero obviamente no le conecta ni un solo golpe, Vassago no lo golpea, sólo lo esquiva y en el fondo se lo agradezco porque sé que le haría mucho daño. Anoche me quedó más que claro.

Me paro en medio de los dos, dando por finalizada su "pelea" me sorprende que los directivos se tarden tanto en llegar. Hay un circulo de estudiantes rodeandonos viendo su showcito.

-¡hey! Ustedes dos se calman, parecen un par de trogloditas- les grito para poder hacerme oír sobre los murmullos de la multitud de estudiantes.

Los tomo de los brazos y los llevo hacia una banca.

El Infierno En Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora