Capítulo 22

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-me temo que si- se sienta nuevamente sobre su silla.

-¿y que hay de mi familia? Yo tengo una madre, y puedo jurar que Rosali no es madre de esa cosa.

-¡¿Rosali Thomson?!- asiento y su rostro refleja sorpresa, se levanta de la silla y viene hacia mi.

Examina mi rostro, mi cuerpo, mis facciones y luego me abraza.

-¿que sucede?- el abrazo dura más de lo normal, pero luego de unos segundos me suelta y me observa de nuevo.

-pensé que no te vería de nuevo, no entiendo como no lo noté antes, eres tú, realmente eres tú.

-claro que soy yo, ahora ¿me podría decir de que está hablando?

-¿no lo recuerdas?- habla en tono bajo, como si estuviese hablando nuevamente con sigo mismo.

-¿recordar qué?

-que tú eres la...

-¿Lili?- ¿yo soy qué? la escena se comienza a volver borrosa, la voz de Vassago vuelve a decir mi nombre.

Abro los ojos lentamente, la habitación aun está a oscuras, Marco se encuentra parado en un extremo de la habitación observando a quien sabe que, ¿y Vassago? Creo que he imaginado su voz, porque no lo veo por ningún lado.

-Lili, Vassago le dejó dicho que la espera en diez minutos en la sala para que vayan a entrenar.

-¿qué horas son?- mira el reloj de su muñeca y me da la información- está loco si cree que voy a ir a entrenar a las 5:00 de la mañana.

Tomo mi cobija y me cubro hasta la cabeza, le doy la espalda a la puerta y trato de dormir de nuevo.

El olor de Vassago llena mis fosas nasales.

-Lili...- no sé que trataba de decir Marco pero su frase queda inconclusa.

-está aquí ¿verdad?- mi voz sueña aperezada y no es para menos, hoy sólo he dormido 2 horas.

Carraspea y un poco antes de hablar- si, estoy aquí- la voz de Vassago suena divertida.

-¿como te explico esto?- me doy vuelta y lo encaro- haber es que... Son las 5 de la mañana.

-lo se ¿y?-  se acerca a mi y me quita la cobija, lo miro mal y me siento en la cama.

-¿sabes que no iré a ningún lado a esta hora? ¿cierto?

-oh princesa, claro que iras- se acerca nuevamente, me toma de la cintura y me pone sobre su hombro, yo trato de bajarme, comienzo a patalear y golpear su espalda con mis puños pero es inútil.

-oye tú!- señalo a Marco que mira divertido la escena - haz algo.

Asiente y se dirige a mi mesa de noche ¿qué busca allí? Regresa a mi con una sustancia blanca en sus manos y la refriega por todo mi rostro.

-ante todo la protección solar- Vassago comienza a caminar hacia la puerta conmigo aun sobre su hombro - que tengan un lindo entrenamiento- Marco se ríe y se despide con la mano.

-eres un maldito- le digo antes de que cierre la puerta y él sonríe de nuevo.

-¿a donde vamos? Llevamos más de quince minutos caminando, bueno, Vassago lleva más de quince minutos caminando, yo aun estoy sobre su hombro.

-ya en poco llegaremos- comienzo a darle palmaditas en las nalgas como si fuese un tambor- deja de tocar mi trasero.

-no quiero- sigo haciendo lo que para mi, es el mejor solo de batería del mundo -tienes un lindo trasero.

El Infierno En Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora