Capítulo 24

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POV Vassago.

Me voy, aunque es lo que menos deseo en este momento, no puedo evitar sentir una punzada de ira al pensar en que ellos dos están juntos en la misma cama.

No pienso ir a mi casa, debo hablar con Lilibeth, tengo muchas cosas que contarle, no hay nadie mejor que ella para que me aconseje.

Llego hasta la puerta de su casa y toco el timbre, mi nombre resuena por el lugar y ella abre la puerta sonriente como siempre.

-¡querido!¿que te trae por acá- me indica que pase y ambos nos sentamos en la sala.

-hola- le doy un beso en la mejilla - lo que sucede, es que hay una chica y...

-¡oh! No lo puedo creer, ¿tú hablando de una chica?- se escandaliza como si fuera el fin del mundo- dejame adivinar, ¿es un demonio?¿está muerta?¿la conozco? Creo saber quien es... Meredith- a pesar de tener miles de años aun se comporta como una adolescente.

-no es un demonio, no esta muerta, si la conoces y no es Meredith- respondo a todas sus preguntas y ella me mira confundida.

-¿está viva? Cuéntamelo todo.

-no sé por donde empezar, hace unos cuantos meses Estefán y yo planeamos una estrategia para encontrar a Kayla, un día, él fue a la tierra a buscar posibles pistas, y encontró que existía una gran energía que provenía de una chica- sonrió al recordar el primer día que vi a Lili en el reclusorio ese- ella cumplía básicamente con todos los requisitos; como sabes hace varios meses he perdido mi habilidad para transformarme en alguien más, por lo tanto me toco hacerme pasar por estudiante gracias a que me veo más "joven"...

-y ahí la conociste; habla más rápido, quiero llegar a la parte interesante.- beth interrumpe mi relato y se acomoda más en el sofá.

-si, ella era la chica a la íbamos a hacer inteligencia...

-¡¿te gusta Kayla?!- su cara de horror es épica.

-¡no! Si me hubieras dejado contar la historia lo sabrías- ella rueda los ojos y me indica que continúe- esta chica es especial, es diferente, literalmente es única, está loca y me está volviendo igual de loco que ella.

-te gusta Lili, lo sabía! Tú nunca le haz sonreído a una chica como le sonríes a ella, es más tú casi ni sonríes.

Me río ante sus disparates, yo si sonrío, pero sólo con algo o alguien que vale la pena.

-si, pero ella es extraña conmigo, a veces parece quererme, yo se que me quiere, pero no sé como que, ella me puede dar un beso y luego decirme que soy su amigo.

-¿se han besado?- beth comienza a sonreír, adoro hablar con ella, es como hablar con una hermana mayor, supongo.

-si- a mi mente viene el recuerdo del día que la traje al infierno y le di un beso argumentando que así se llegaba más fácil, recuerdo la sensación de sus labios sobre la mios, aunque prácticamente no fue un beso, pero el simple contacto de nuestros labios me hizo sentir que necesitaba de ella.

-¿la quieres?- la pregunta de beth me saca de aquel recuerdo.

-no lo sé, bueno si lo sé pero no quiero admitirlo.

-porque no digas algo, no significa que por eso va a ser menos real- siempre tan sabia.

-lo sé, pero temo necesitarla más de lo que ella me necesita a mi, a veces creo que no soy suficiente- apoyo los codos sobre las rodilla y pongo mi cara sobre mis manos.

-¿suficiente? Por favor! Eres el demonio más lindo y sexy del infierno, además eres fuerte, inteligente, eres perfecto para cualquier chica.

-ese es el punto, ella no es cualquier chica, es un alma pura.

El Infierno En Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora