Capítulo 26

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Su cuello chasquea una vez más, sus ojos se tornan blancos y la dejo caer al suelo, sé que no la maté, eso sería demasiado fácil y así perdería la diversión mi cacería, su cuerpo comienza a desvanecerse como si nunca hubiera estado aquí.

No entiendo porque nada puede salir como yo quiero, no era que existiera una parte de mi que no conocía lo que estaba pasando, simplemente me reusaba a recordar de nuevo, no quería que todo esto se convirtiera en la farsa que siempre fue ¡Maldita Kayla! ¿por qué tenía que venir a arruinalo todo?, hubiera sido sumamente feliz viviendo en la ignorancia, pensando que era una chica normal, como fue el plan desde el principio.

-¿qué pasó?- la voz de Marco se oye como un susurro, volteo y él me esta mirando desde las escaleras.

-...ella se fue- me regala una mirada incrédula.

-no sé porque algo me dice que no debo creerte- se sienta en las escaleras y se cruza de brazos

-porque te estoy diciendo mentiras, pero aun no te voy a contar todo lo que pasó acá- subo las escaleras mientras él me sigue.

-dime, por favor, yo sé que no debo hacer suplicas a mis superiores pero yo a usted la considero como una amiga.- habla como un niño cuando quiere una golosina.

-te cambio la respuesta por más nutella- dice que si inmediatamente y yo sonrío «como lo dije antes, parece un niño».

Escucho el sonido de la puerta, me alegro de que mi madre ya llegara, Matias sube corriendo a la habitación y pregunta por la intrusa.

-no sé que pasó, ella no me quiere decir- Marco habla en tono acusador y me señala con el dedo índice.

-lo único que deben saber es que se ha ido- me acuesto en la cama, y me acurruco junto a Lui.

Me parece patético que tenga que recurrir al sueño para poder ir al infierno, lo bueno, es que me demoro menos y cuando regreso estoy descansada.

Comienzo a caminar por su calles ladeadas y todos me miran extraño ¿será por mi pijama de pandita? No importa, me veo fabulosa.

Aquí debe de haber una biblioteca, le pregunto a una de las pocas almas que veo por el lugar.

-nunca te había visto por acá- me mira de pies a cabeza.

-...es que soy nueva, morí hace poco- no parece muy convencido ante mi respuesta.

-no es cierto, dudo que lo primero que pregunte un difunto al llegar al infierno, sea por una biblioteca, además tus ojos no son negros

-...¿sabes donde está la biblioteca o no?- estira una mano y toca mi pecho izquierdo, me aparto rápidamente- ¡oye!

-hace años que no sentía el latido de un corazón- ¡mierda! Me descubrió. -¡ella está viva!- comienza a gritar el señor y varias "personas" voltean a verlo extraño.

-¿qué sucede acá?- se acerca un chico alto, con un cuerpo atlético, con traje, por sus ojos puedo notar que es un demonio.

«¿qué puedo decir? Puse todo mi empeño creando a estas bellezas»

-ella está viva- habla el tipo de antes, el demonio lo mira incrédulo y deja escapar una pequeña risita ronca- es enserio, sentí el latido de su corazón.

-¿que tiene que decir ust...- observa mis ojos y calla un momento, vuelve la vista hacia el señor y ambos me miran de nuevo -¿como llegó aquí?

-no te lo voy a contar- me cruzo de brazos, le doy la espalda y comienzo a caminar en dirección opuesta a ellos.

-¡espera! ¿qué te crees para hablarme así?- decido no responder su pregunta y seguir mi camino- ¡oye, te estoy hablando!- me toma del brazo y hace que me de vuelta bruscamente.

El Infierno En Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora