Capítulo 29

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-¿por donde empezar? Después de que comenzaste a crecer no podía seguir ocultándote en casa de Vassago, comencé a buscar un hogar para ti, no le dije a nadie, ni siquiera le conté a Vassago mis planes.

-¿no se suponía que eran amigos?

-si, pero hay cosas que se deben hacer solo, tenía dos personas calificadas para que te cuidaran; Rosali y Anne. Obviamente ellas no sabían nada de lo que estaba pasando. Lo tenía todo planeado.

-¿como así?¿ellas no sabían que iban a adoptar?- decir que soy adoptada en voz alta hace que me sienta rara.

-no. El plan era, dejarte con una de ellas, borras su memoria, crear un pasado contigo y hacer que se mudaran. Era muy sencillo.

-así que escogiste a Rosali y ejecutaste tu plan maestro.

Llega el chico con nuestros pedidos; antes de darle las gracias le doy una mordida a mi hamburguesa y asiento con la cabeza a manera de aprobación, me regala una sonrisa de boca cerrada antes de irse.

-mi elección no fue por Rosali, fue por Anne- lo miro confundida y él muerde su hamburguesa.

-ahora si que no entiendo nada. Antes de que continúes con la historia quiero hacerte una pregunta- asiente y yo prosigo- cuando estuve en contacto con tu lazo de la memoria pude verme de pequeña, pero tenia los ambos ojos azules ¿que pasó?

-esa era la con continuación de la historia, te lleve donde Anne, ella tenía dos niños pequeños, así aprenderías a relacionarte mejor. El plan iba perfecto; ella se mudó con su familia, incluida tú, tanto ella como sus hijos tenían recuerdos contigo, hasta que...- un nudo se le forma en la garganta y yo lo invito a continuar.

-un día ella y sus hijos llegaron al infierno, y me preocupé por ti, comencé a buscarte como un loco hasta que te encontré en una estación de policía y ya tenías el ojo derecho de color verde.

-¿que le pasó a esa familia?- los ojos se me llenan de lágrimas pero ninguna se resbala,  siento que algo dentro de mi también murió ese día.

-las noticias decían algo así, como que alguien los desmembró y luego le prendió fuego a sus cuerpos.

-¡eso es horrible! ¿quien fue?

-no lo sé, nadie vio a alguien entrar o salir, además eran las 3 am. Tampoco creo que haya mucha gente rondando la calle a esa hora.

-¿3 de la madrugada?- no creo que sea casualidad que todos los días despierte a esa hora.

-si, tú solías tener pesadillas respecto a eso, siempre te despertabas a esa hora y revisabas que yo estuviera bien.

Ambos terminamos nuestras hamburguesas sin decir nada más.

-ahora dejame contarte mi parte de la historia- me mira algo desconfiando y yo añado- no soy lo que piensas.

-entonces ilustrame- tomo una gran bocanada de aire.

-yo planeé mi nacimiento mucho antes de ser concebida- me mira más confuso que antes. Cuando trata de interrumpir me veo obligada a callarlo- sólo escucha ¿si? Tenía una vida planeada, pero no elegí mi familia, ni mis padres, ni mi destino.

-¿de que hablas?- debe creer que me he vuelto loca.

-te voy a contar una antigua leyenda.  Se dice que la fuerza creadora del mundo algún día habitara entre nosotros, de carne y hueso, tan frágil como una flor, tan fuerte como una roca, él o ella hará justicia, lastimara a quien crea necesario, ayudara a quien lo merece. Pero es bien sabido que una fuerza así no pertenece a este mundo, por eso no perdurará, pero cuando se marche traerá la destrucción de todo aquello que conocemos.

El Infierno En Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora