Baile de Navidad I

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Ese 25 de diciembre el cielo amaneció inusualmente despejado. Isadora despertó sobresaltada al sentir que sus frazadas la abandonaban de golpe.

- ¡Lily, por Merlín, del susto casi me matas! – Exclamó al ver a su amiga sosteniendo sus cobijas – Devuélveme eso, me estoy congelando.

- ¡Claro que no! – se rehusó ésta – hay que bajar a desayunar y prepararnos para el baile.

- ¡Faltan al menos doce horas! – protestó Isadora.

- ¿Y tú por qué tan nerviosa? – Alice le lanzaba una significativa mirada a Lily.

- No quiero que después nos falten cosas y que lleguemos tarde y...

- Exageras Lily – interrumpió la muchacha de cabello corto.

Ya en la mesa del gran comedor Lily no dejaba de removerse en su asiento, Isadora era su antónimo viviente, pues se llevaba la comida a la boca con expresión ausente.

- Quédate quieta un segundo, Lily – Pidió Alice.

Cuando Sirius, Remus, Peter y James se retiraron de la mesa, Lily se acercó a sus amigas como si fuese a contarles un secreto.

- Saben, me preocupa Severus... - soltó – No sólo porque apenas me dirige la palabra, es que... - Tragó saliva – cada vez se muestra más interesado en las artes oscuras y... - Alice ahogó un grito.

- Seguramente sea mera curiosidad – opinó Isadora – No veo por qué deberías preocuparte, al menos por ahora.

- Es cierto, tal vez no sea nada – La tranquilizó Alice. Lily no parecía muy convencida pero aceptó la teoría.

Luego de las clases de D.C.A.O, Historia de la Magia y cuidado de criaturas mágicas, Isadora corrió al aula de transformaciones. Después de media hora de intentos de recuperar el orden, McGonagall decidió que era inútil lograr que los alumnos prestaran atención a su clase estando a escasas horas del baile, por lo que decidió retomar los contenidos en la siguiente clase. Cuando Sky llegó a su habitación se encontró con Lily, quien había tendido su vestido en la cama junto a los zapatos y accesorios que usaría y ensayaba peinados en el espejo teniéndose el cabello con las manos. Alice, resignada, se había echado en la cama e Isadora habría jurado que se había dormido una larga siesta mientras Lily iba de un lado a otro de la habitación.

Finalmente, cuando faltaba una hora y media para el baile, Alice e Isadora también pusieron manos a la obra y comenzaron a arreglarse.

Alice llevaba un vestido color natural delicadísimo, y Lily uno color esmeralda que contrastaba magníficamente con su cabello y hacía juego con sus ojos. El vestido de Isadora llevaba una peculiar original mezcla de color negro translúcido con destellos en un fondo nude.

- ¡Vaya, es hermoso! – exclamó Alice asombrada.

- Gracias – respondió la pelinegra con una sonrisa.

Alice fue la primera en irse con Frank, luego Lily e Isadora esperaron por James y Remus, que llegaron unos minutos más tarde. Ni Peter ni Sirius estaban con ellos.

- ¡Se ven hermosas! – dijo Remus sonriendo al ver a las dos chicas.

- Ustedes también están muy elegantes – respondió Isadora, alegremente, observó un segundo más el umbral de la puerta, pero nadie apareció en él. James le tendió un brazo a Lily para escoltarla al gran comedor.

- ¿Dónde están los Sirius y Peter? – Preguntó Lily.

- Se fueron hace unos minutos, nosotros debemos apresurarnos. – Urgió Remus. Le tendió el brazo a Isadora y los cuatro juntos bajaron las escaleras hacia el gran salón.

A medida que se iban acercando al lugar del evento, había más alumnos y profesores desperdigados cerca de la entrada al castillo, a los pies de la escalera y en el vestíbulo.

Al entrar al gran salón Lily y James tomaron camino separado de sus dos amigos y se perdieron de vista entre el gentío. Como si hubiese sido premeditado, luego de hacer dos pasos hacia adentro del recinto, lo primero que Isadora vio fue a Sirius en un elegante traje de gala negro al cual su porte y su aire altivo hacían un millón de veces más majestuoso. Remus la observó acongojado.

- Mejor vamos a buscar unas cervezas de manteca – dijo ella girando sobre sus talones hacia la izquierda, dónde se encontraban unas mesas vacías.

Al alejarse de la escena ignoró que Sirius habíadejado de prestarle atención a Arielle Reed y la observaba a ella embobado, mientrassu pareja se cruzaba de brazos con mal talante.

Al alejarse de la escena ignoró que Sirius habíadejado de prestarle atención a Arielle Reed y la observaba a ella embobado, mientrassu pareja se cruzaba de brazos con mal talante

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Si les ha gustado el capítulo Votenlo :D

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Sirius Black: el velo de la muerte¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora