Anapneo

11.6K 1K 58
                                    

A la mañana siguiente dos muchachas, una de lacio, largo y sedoso cabello pelirrojo y la otra de cabello negro con suaves ondas hasta la cadera, saltaban encima de otra muchacha que hacía segundos estaba profundamente dormida.

- ¡Ya Alice, despierta! – Dijo Lily, exaltada.

- Cuéntanos de anoche – urgió Isadora. – No te oímos llegar.

- ¿Y ustedes por que llegaron tan temprano? – dijo Alice restregándose los ojos.

- Tuvimos un problema con Severus y James, lo cual me valió un castigo con McGonagall a mí – Informó Isadora sentándose en el borde de la cama adoselada.

- ¡¿A ti?! – preguntó la muchacha con los ojos como platos.

- Quise detener la pelea y petrifique a Snape, McGonagall me vio, así que tengo una semana de castigo desde hoy, a las seis de la tarde.

- Cuéntanos de tu noche – Pidió Lily.

Alice suspiró y aún sin despabilarse comenzó el relato sobre la noche con Frank, la cual había resultado muy romántica con un paseo en el lago y la promesa de seguir viéndose. Cuando a las eufóricas amigas se les acabaron las preguntas, todas fueron a desayunar. Isadora no vio a los chicos ya que ellos llegaron después de que ella ya se hubiese ido a la biblioteca a adelantar los deberes que no podría hacer en otro momento debido al castigo impuesto por McGonagall.

Camino entre altísimas hileras de libros, tratando de no hacer ruido para no molestar a Madame Pince y ganarse un sermón. Al llegar a las mesas encontró un libro de pociones abierto a la mitad sin nada más alrededor. Presa de la curiosidad tomó el libro entre sus manos y comenzó a hojearlo, estaba lleno de anotaciones en los márgenes. A pesar de ser un simple libro de sexto año le dio una extraña sensación. Pasó una página y en el encabezado escrito a mano, se leía << Sectumsempra: para enemigos>> y debajo, escrito con una letra pequeña y apenas legible, se encontraba lo que ella creía, era el contrahechizo. Ambos conjuros quedaron dándole vueltas en la cabeza, pensando en cuales podrían ser sus efectos pero no se atrevería a hacerlos, ya que los términos "para enemigos" no inspiraban demasiada confianza. Dos capítulos más adelante se encontraban dos hechizos más << n-vrbl Levicorpus>> y <<n- vrbl Liberacorpus>>, pasó dos páginas más, y cuando tenía entre sus dedos la siguiente, unas manos le arrebataron bruscamente el libro.

- ¿Qué haces con mis cosas? – gruñó Severus.

- ¿Cómo se supone que supiese que el libro es tuyo?, ni siquiera corresponde a tu año, eso es más avanzado, es de sexto.

- Algunos no somos mediocres como Potter y sus amigos, no nos quedamos con lo que la escuela nos enseña y nada más. – respondió el muchacho con su inexpresiva mirada que parecía llenarse de odio a medida que los segundos pasaban.

- ¿Qué son esos hechizos? – pregunto ella preocupada.

- No te incumbe, no me hables como si fuésemos amigos, tú ya escogiste tu bando.

- ¿De qué rayos me hablas?, ¿desde cuándo hay bandos?, Para que sepas, esta vez fuiste tú el que se portó como un asno, Severus – Dijo ella con los ojos vidriosos.

Madame Pince se acercaba a toda velocidad entre los pasillos.

- ¡Por Merlín! ¿Qué significa este griterío?, ¡Hacen silencio o se retiran ya mismo!, la biblioteca no es para discutir.

- Lo lamento – se disculpó la muchacha, Snape sólo observó a la mujer fijamente a los ojos sin pedirle disculpas.

Isadora tomó el banco más alejado de donde Severus se encontraba, y él se alejó aún más, tanto que se perdió de vista entre mesas lejanas, y no volvieron a hablar en toda la mañana.

Sirius Black: el velo de la muerte¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora