CAPITULO 27

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SEGUNDA PARTE

...ES EL TIEMPO PARA AMAR...

CAPITULO 27

Franklin Morris, después de la ejecución se retiró a solas para meditar sobre los últimos acontecimientos y sobre lo que debía hacer a continuación; luego de un rato, decidió que sería mejor una nueva cabalgata, siempre pensaba mejor sobre su caballo en movimiento; pero cuando iba entrando a los establos se topó de frente con Sandy que salía de allí en ese preciso momento

- señorita Summers – la saludó viendo hacia los lados

- capitán Morris – respondió ella seria

- tengo una pregunta señorita, si me permite...

- usted dirá

- ¿vino aquí buscándome por lo que pasó entre nosotros ese par de noches? Porque si es así, déjeme recordarle que no hubo compromiso alguno entre los dos, solamente el hecho de que nos complacimos mutuamente

- capitán, lo que pasó ya está olvidado, quedó en el pasado; soy una invitada aquí, eso es todo; con permiso – y lo dejó allí solo, yéndose casi a la carrera

Morris permaneció en el mismo lugar por unos minutos ¿Qué había sido eso? ¿Desde cuándo él era tan grosero? Se preguntó, luego se dijo que era mejor así, las cosas claras y sin malos entendidos; fue por su caballo y salió en él, sin rumbo fijo.

En la casa, Sandy fue a la habitación, y sin poder contenerse más se dejó caer en la cama y le dio libre flujo al llanto; le había tenido que mentir a Morris, no soportaría que se diera cuenta lo que le afectaba su actitud; empezó a rememorar la noche que hasta ese día, había considerado la mejor noche de su vida.

. . .

MESES ATRÁS

Franklin Morris había acompañado a sus hombres algunas millas lejos del poblado de Greenville

-...adelantaos y esperadme en la cueva de Caño Alto; Cook, quedas al mando, sed cuidadosos y no os vayáis sin mi

Después de eso, desandó el camino recorrido y permaneció un tiempo prudente en las afueras, esperando la hora apropiada; cuando lo estimó oportuno, fue en dirección a la casa de Sandy Summers pero por la parte trasera, ató su caballo a una rama y se dirigió directamente al interior ya que la puerta estaba abierta; encontró la mesa dispuesta con esmero para que dos personas compartieran la comida; escuchó ruido proveniente de la cocina y hacia allí guio sus pasos

- señorita Summers

- ¡oh! Capitán Morris, que bueno que haya decidido venir; ya es algo tarde pero la comida está lista, en un momento podremos sentarnos a la mesa; si gusta por favor, sírvase un tragó, en el estante hay varias botellas

Morris dio la vuelta y fue por la bebida; a los pocos minutos Sandy sirvió la comida

- bien capitán, podemos sentarnos – él se reunió con ella en la mesa y se sentaron a comer – me alegra que haya aceptado mi invitación a comer, tuve mis dudas en hacerla esta mañana cuando vino a ver si las chicas ya habían partido; pero bueno, aquí estamos

- aquí estamos – repitió Morris luego de tragar – ¿le puedo hacer una pregunta Sandy? Puedo llamarla así ¿verdad?

- por supuesto capitán, haga todas las preguntas que desee

- llámeme Franklin por favor; y bien Sandy ¿Por qué no se ha casado? Es joven y muy hermosa

- gracias Franklin; verá, de algún modo he tenido un poco de miedo de hacerlo; hasta cuando mis padres murieron, no me sentía ni atraída, ni segura de ningún hombre y pues cuando faltaron fue peor

PREPARADAS PARA MORIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora