Cap: 22~No lo demuestras~ (Maratón)

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Cristina le dijo a Jazzy que salieran por la ventana. Entraron en su habitación. Corrí a la mía y encendí la luz de la lamparita. Se quitaron los tacones y las dos saltaron con cuidado por ella. Se los volvieron a poner y caminaron saliendo del enorme jardín.
Corrí por las escaleras colocandome un abrigo. Chris, que en ese momento salía de la cocina me sonrió.

-¿Cómo estás? -le tapé la boca rápidamente.
-Cállate, como alguien se entere morimos...
-¿A dónde vas?
-Necesito que me lleves a un, sitio. ¿Tú conduces verdad? -él asintió- Vamos, te lo contaré por el camino.

Tirando de él, salimos de la casa con cuidado. Nos montamos en el coche y le dije que siguiera el coche de Jazzy discretamente. Mientras las seguíamos le conté como iban vestidas y como salieron de casa misteriosamente.

Después de mucho tiempo de silencio, algo se me vino por la cabeza. ¿Qué estaría haciendo Justin?

-¿Chris? -susurré sin mirarle.
-¿Qué pasa?
-¿Qué ha echo Justin? -suspiré.

Chris no dijo nada.

-¿Christian? Dimelo porfavor.
-Casi lo hacen en medio del salón, han acabado dándose placer sin hacerlo...

Suspiré. Apreté los puños en mis manos. Otra vez me ha fallado. Después de lo que me dijo la semana pasada, me ha vuelto a fallar. ¿Cómo puede ser tan estúpido? Mordí mi labio inferior reteniendo las lágrimas. No, está vez no podía llorar. No puedo estar llorando por cada cosa que me hace Justin. Ya sabía yo que algo malo iba a pasar.

-¿Estás bien?
-No, yo paso, Christian. Yo paso.

No dijimos nada más a lo largo del camino. El coche de Jazzy se metió en una calle estrecha asi que decidimos aparcar y caminar.
Lentamente caminamos sin hacer ruido. Nos escondimos para que no nos vieran. Se metieron en un callejón y llamaron a una puerta. Las dos miraban nerviosamente a todos lados. ¿Qué estarían haciendo? La puerta se abrió y una cabeza se asomó por ella. ¿Quién era esa chica? Me sonaba mucho.
Las 3 hablaron de algo y la de la puerta les dió una bolsitas con algo dentro, algo que no pude ver.

-Eso es cocaína -susurró Chris- están comprando cocaína -susurró al ver como Jazzy, temblorosa, sacaba dinero de su bolso se lo entregaba a la chica.
-¿Qué? -susurré. -No puede ser.
-Pues si, la chica buena es más mala de lo que pensabamos.
-Yo creía que eran espias o algo, como van vestidas -intenté bromear. Chris soltó una risilla por su parte.
-Vámonos de aquí -dijo Chris, pero negué- como nos pillen nos matan, ____.
-Yo la voy a matar.
-Venga, vámonos.

Nos metimos en el coche.

-¿Quieres comer algo?

Me encogí de hombros.

-Mejor no.
-¿Te llevo a casa entonces?
-Porfavor.

El camino a casa fue silencioso. Estuve dándole vueltas al tema. ¿Porqué Jazzy hacia eso? ¿Qué necesidad tenía?

-Chris, una cosa.
-Dime.
-No le digas a nadie lo que hemos visto, ¿si? Que nadie lo sepas, y Justin menos.
-Está bien, no se lo diré a nadie -besó mi mejilla.

Salí del coche después de despedirme de él. Subí las escaleras sin ganas y me metí en casa. Subí a mi habitación y me cambié de ropa. Bajé a la cocina donde me encontré a Justin, ya solo, sin camiseta, con el pelo revuelto y comiendose un apetitoso sandwich de jamón y queso. Sino estuviera enfadada con él, le diría que me dejara un poco.

-Ey, buenas -saludó.
-Ey -respondí seca.
-¿Qué te pasa? -alzó las cejas.
-Como si no lo supieras.
-¿Mmm? ¿Me lo dices? Ando tonto.

Andas gilipollas, estúpido. Saqué de la nevera el cartón de la leche y lo vertí en una taza. La metí en el microondas mientras sacaba el cola cao y los cereales.

-Tú, Tamara... -intenté mostrar serenidad. No quería que me viera alterada, es más, no tenía ganas de estarlo.
-Oh -se sonrojó- lo siento, me dejé llevar.
-Tomaré nota la próxima vez que jugemos y me tiraré a alguno de tus amigos delante de tus narices -sonreí con ironía y me senté a esperar a que la leche se calentara.
-Vamos, ______. Lo siento, ha sido un desliz.
-No es un desliz cuando te has liado con ella más de 5 veces y después de un momento a otro, estaís a punto de hacerlo.
-Ni siquiera hubo sexo.
-Estuvo a punto de pasar.
-_____...- se acercaba lentamente con su rostro preocupado.
-Ni _____, ni ostias. Déjame. Si tanto te gusta, cásate con ella y no conmigo. Oh ya sé que podemos hacer, dile todo lo que me dijiste amí aquel día en el hospital, y ya después os casaís y tenéis hijos y etc, etc, etc- saqué la taza del microondas y le eché cola cao.
-_____ -sus manos se posaron en mi cadera. Bufé molesta- Solo te quiero atí -susurró en mi oído.

Un escalofrio me invadió.

-No lo demuestras.
-¿No lo demostré en la azotea del hospital?
-Eso ya no cuenta -moví la leche con mis manos temblorosas.
-¿Ah no?
-No.
-¿Y cómo puedo demostrartelo? -mordió el lóbulo de mi oreja. Mordí fuertemente mi labio.
-Tú sabrás. No vale chantaje.
-Yo nunca te hice chantaje.

Le miro alzando las cejas.

-Bueno, puede que dos o tres veces, pero es que no quiero que estés mal conmigo.
-Te lo mereces, por cabrón.

Justin se separó de mi y me miró incrédulo.

-¿Y a dónde fuiste con Chris?
-No te importa, ¿tengo que decirte a dónde voy ahora?
-Pues si, sino no sé si me has puesto los cuernos.

Abrí mucho los ojos.

-¿Cómo?
-Eso.
-Justin, no me puedo creer lo que acabas de soltar por la boca.

Él no dijo nada.

-Me voy a dormir, buenas noches -cojí la taza y me dispuse a caminar pero el cuerpo de Justin me lo impidió.

Me quitó la taza de las manos y agarró mis mejillas. Sus manos estaban calientes y mis mejillas frías gracias al tiempo exterior.
Juntó nuestros labios con deseo. Al principio no le correspondí pero su lengua pidió paso a mi interior y no pude evitarlo, cedí ante su petición. Los besos y las caricias fueron mayores.
Cuando me dí cuenta Justin me estaba subiendo por las escaleras, torturando mi cuello a besos. Me dejó caer en la cama y su cuerpo se presionó con el suyo. El ambiente se caldeaba con cada roce y millones de deseos se disparaban a nuestro alrededor.
Mi camiseta calló al suelo y entonces me dí cuenta de lo que estaba sucediendo.

-Justin, no para...
-No quiero... -susurró con la voz ronca.
-Justin... No puedo hacerlo.
-Tranquila, tendré cuidado.
-Justin, soy virgen -susurré cuando sus manos quitaron con delicadeza mi pantalón.

Me miró a los ojos y besó mi nariz.

-¿Estás preparada?
-No lo sé.
-Tendré cuidado.

La ropa se dejó caer al suelo. La luna que entraba por la ventana fue testigo de lo que pasó esa noche en esa habitación. Los dos nos unimos y fuimos uno. Cada uno demostró todo lo que sentía y entonces los dos supieron que eran el uno para el otro.


No más deslices. No más celos. Solo amor y amor entre ellos.






Casados por ley {Justin Bieber} (TERMINADA) EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora