Cap: 14~¿Qué mierda está pasando aquí? ~

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Los brazos de Jaxon me rodearon. Sentí un nudo en mi estómago, quería separarme. No quería que Justin hiciera nada malo. No quería estar en esta situación pero Jaxon me había agarrado la parte trasera de la cabeza con fuerza y no era capaz de separarme por más que quisiera.

Su lengua entró en mi boca buscando la mía con ansiedad. Gemí por el dolor que éste me causaba. Puse mis manos en sus hombros, para separarlo de mi, pero él apretó más su agarre. Sus dedos se clavaron en mis caderas.

Sonrió en mis labios. ¿Qué mierda tenía este chico en su cabeza?




Narra Justin:


Bajé las escaleras sacudiendo mi sudadera. Me había manchado de agua al lavarme las manos.

Corrí hasta la puerta de la sala de juegos deseando tener a Aída en mis brazos. Pero al atravesar la puerta me quedé de piedra en cuanto vi lo que estaba sucediendo allí dentro. Encendí la luz sorprendiéndolos. Aída estaba haciendo fuerza para separarlo de su cuerpo, pero él la mantenía cerca. Cuando la luz se encendió, los dos se separaron. A Aída el rostro le palideció, Jaxon sonrió, pero enseguida dejo caer la sonrisa haciéndose el sorprendido.

—¿Qué es lo que está pasando aquí? —Gruñí.

—Justin... Yo... —Ella comenzó a balbucear levantándose del sillón.

—¡Cállate! —Le grité.

Ella agachó la cabeza.

—Tío, no le grites —Jaxon saltó en su defensa.

—Tú si que es mejor que te calles. ¿Qué mierda haces besándola?

—Uh, ¿estaba besándola? —Colocó su dedo índice en su barbilla mirando hacía arriba.

—No te hagas el tonto, gilipollas —Me abalancé sobre él pegando mi puño contra su mejilla.

Aída reaccionó en ese preciso momento. Agarró mi brazo y como pudo me separó de mi hermano. El puño de Jaxon voló hasta mi mejilla y luego el otro puño chocó en mi labio inferior. Enseguida noté el metálico sabor de mi sangre. Aída gritó horrorizada y empujó a Jaxon con todas sus fuerzas haciendo que se separara de mi por fin.

Jazzy, somnolienta se despertó. Miró a todos lados y bostezó.

¿Qué mierda está pasando aquí? —Susurró estirándose.

Gruñí. Salí de allí lo más rápido que pude. No podía ver a ese estúpido más. Sentí poco después el paso rápido de Aída detrás mía.

—Justin... —Me llamó. No le respondí, seguí caminando hasta mi habitación—. Justin —Me llamó más alto ésta vez.

Me paré en seco. Su mano agarró la mía y la cubrió con sus pequeñas manos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Ésta chica me estaba volviendo loco. Cuando me dí cuenta ella estaba en frente mía, su semblante triste. Acarició con su dedo gordo mi herido labio. Gruñí debido al dolor.

—Ven, vamos a curarte eso —Se separó mi.

Agarré  su mano y entrelacé nuestros dedos. Me miró sorprendida y después sonrió.

Caminamos en silencio hasta el baño en donde me indicó que me sentara en el vater. Rebuscó dentro de los cajones del lavabo el botiquín. Cuando lo encontró, sacó de su interior el agua oxigenada y un trozo de algodón.

—¿Cómo sabías que estaba aquí eso? —Pregunté sin pensar.

Ella se tensó. Agachó la cabeza y respiró hondo. Después me miró sonriente.

—Tú madre me lo dijo.

Sonreí.

—Tienes que dejar de preocuparte tanto —Acaricié su mejilla.

—Me preocupo Justin, me gustas. Por lo tanto no puedo evitarlo —Dijo rápido.

Mi corazón se paró en cuanto dijo esas palabras. ¿Había dicho que me quería? ¿Quién dijo que me iba a afectar tanto esas palabras de esa chica a la que odiaba? Aunque la odiaba porque pensaba que Selena era el amor de mi vida. Y que nunca podría amar tanto como la amé a ella. Pero me he dado cuenta de una cosa. Cuando ví a Jaxon besándola, me dí cuenta de que en realidad, y no me había decatado de ello, me estaba gustando ella. Y no iba a estropearlo otra vez. Ésta vez no.




Narra Aída:


Le había preguntado a Justin si le había dolido cuando le puse el algodón sobre su labio, pero parecía estar en otro mundo.

Palmeé su mejilla. Justin, zarandeó la cabeza y me miró atontando.

—¿Qué? —Preguntó él de repente.

—¿Te he preguntado que si te ha dolido? ¿Qué te pasa, tío?

—¿Tío me vas a llamar tú, señorita?

No pude evitar soltar una carcajada.

—Si, tío. ¿Me vas a responder?

—Pues ahora no —Justin se cruzó de brazos infantilmente.

—Pues ahora me voy —Tiré el algodón manchado de sangre de su labio y me levanté—. Ahora te curas tú solo.

Su mano atrapó mi muñeca y me sentó en milésimas en su regazo.

—¿Y si me curas tú pero de otra manera? —Susurró cerca de mis labios. Cuando iba a responder juntó sus labios con los mios, fundiéndonos en un beso.

Sus brazos rodearon mi cuerpo, pegándome más a él. Mordí su labio inferior haciéndole gruñir. Justin se separó un poco, de su labio brotó más sangre.

—Ups, lo siento —Dije inocentemente.

—Anda que aparte de provocarme vas por ahí haciéndome más daño —El ojimiel negó con la cabeza.

—Ha sido tu culpa. Tú también vas provocándome por ahí —Me crucé de brazos—. Todo el tiempo. Anda qué... —Negué con la cabeza.

—¿Mi culpa? —Se señaló con su dedo índice.

—Sí. Tú culpa —Junté de nuevos nuestros labios para que se callara de una vez.

Agarré su cuello acercándolo más a mi. Sus manos recorrieron mi cuerpo, dando lugar a un escalofrío. Puso mis piernas a cada lado de su cintura y mordió mi mejilla. Me quejé infantilmente y me recompensó con un tierno, pero húmedo, beso en el cuello. Gemí sin poder evitarlo.




—Mamá, no quiero ver a ese idiota, ya te lo he dicho. O vas ha hablar con él o hablo yo con él.

—No, no hables tú con él que lo matas —Acaricié su mano que estaba recostada en mi pierna.

—Justin, déjame que hable con él. ¿Vale?

—Vale, mami, vale.




Pattie entró en la cocina donde tanto como Justin y como yo estábamos comiendo unas galletas encima de la encimera.

—¿Justin? ¿Puedes dejarme un momento con Aída?

—Claro que sí —Dejó un casto pico en sus labios, se bajó de la encimera y me se fue a cualquier otro sitio de la casa.

—¿Cómo estás cariño? —Dijo la voz dulce de Pattie una que su hijo desapareció de nuestra vista.

Alcé la cabeza y sonreí.

—Bien —Me encogí de hombros.

—He hablado con Jaxon.

Mi sonrisa se borró de mi rostro. Los suaves labios de Jaxon me vinieron a la cabeza. Las pequeñas manos de él, haciéndome daño en la cintura.

—¿Y qué habéis hablado?

—Dice que le gustas y que no puede seguir viviendo aquí si tú estás con Justin. Así que se va a ir a vivir con su tío a Miami —Susurró entristecida.

Eh, ¿hola? ¿Qué es lo que estaba pasando aquí?

Casados por ley {Justin Bieber} (TERMINADA) EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora