—¿T-Te conozco? —. Cuestiona insegura Connie, sabe perfectamente quién es, pero, aún así la duda la carcome. No podía negar que se lo había imaginado miles de veces, ahora le parecía un ser tan irreal como espectacular.
—¡Qué modesta!, claro que si, no en físico, pero si en letras, linda payasita. La mejor manera de conocer a la gente es a través de las palabras, aunque la distancia tampoco es mala. —Afirmó sonriente el joven. Sus mejillas tienen un sutil carmesí haciéndolo ver tan dulce sin perder lo varonil.
Connie sentía la sangre detenerse, obstacularse, se hallaba sentada en un tronco con una manta que cubría la cintura para abajo, «¿¡ahora que hago!?» pensó la morena, podía presenciar como la punta de la espada tocaba su yugular. En éste caso Steven es la espada.
—Entonces... ¿Nos vamos? —Cuestionó sonriente el muchacho mientras se quitaba la capucha.
—¿Irnos? Yo no puedo... —Connie le miró con desconcierto.
—¿Por qué? —el joven chico se aproximó a ella con semblante dulce.
—¿Cómo que porqué?, no te conozco, además lo dices con tanta facilidad. —pensó, estaba pidiendo algo extraño.
«¡Joder!, ahora no dios, ¡matame ya!» ¿Se podía ser mas desgraciada? «Su cabello es lindo. ¿Pero qué estás pensado? ¡Basta Connie! Debes hacer que se vaya» pensó.
—Es fácil porque yo te aprecio, te aprecio mucho más que cualquier persona que has conocido, no se necesita más. Y estoy segura que tu sientes lo mismo que yo. —Sonriente toma su mano dándole un delicado beso, un beso que para Connie se le hizo tortuoso, pareciese que la queria romper internamente.
"No tienes derecho amar, seres como tu no tienen derecho a nada" Esas palabras resonaron en su mente, palabras que el Smile les decía a diario a todos.—No deberías estar aquí. —Cambiando un poco aquella afirmación le responde de un modo amenazante como afirmativo. Aun así, el chico no se inmutó, al contrario, su rostro reflejo mas alegría que antes, una que para Connie se visualizó como una estrella llena de eterna luz, ¿una persona puede resplandecer tanto?
—¡Que linda!, te preocupas por mí, espero que seas así de linda con nuestros futuros hijos. —Resaltó su sonrisa donde sus cachetes se hicieron regordetes y suaves, tanto que Connie quiso apretarlos, luego reflexionó las palabras del osito, digo, Steven.
—¡Espera! ¿Hijos? ¡Pero qué tonterías dices! —su respiración la empezaba a traicionar, no quería llamar la atención de nadie ni alarmar a los guardias.
—Son tonterías que se transformarán en realidad. Lo sé.
—¿Acaso eres idiota? —dejó escapar una pequeña carcajada ante aquella pregunta, es tan divertido como en lo representa en las cartas. El joven le parecía demasiado dulce, sin embargo lo que decía era algo inaudito.
—Si, soy un idiota enamorado. —Steven había dicho lo último casi en un susurro, también él creía lo dicho algo imposible. Pero, su corazón dictaba que era cierto.
Connie apretó las sábanas que posaban sobre ella, las apretaba tan fuerte que las yemas de sus dedos se tornaron blanco. ¿Por un momento podía creer en una mentira?
—¿Eres o te haces? —cuestionó burlesca tratando de quitar la presión que se empezaba tornar en el aire, y así que el chico se fuera pronto antes de que alguien llegase.
—Un poco de ambos. Entonces lindura, ¿vas a pagar por lo qué me has hecho?
—¿Hecho?, pero yo no te hice nada.
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I'M ALONE: La Pequeña Payasa #FanficAwards2017[Steven Universe] Stevonnie
Fanfiction"Nunca debí nacer, nunca debí existir, no tengo derecho a nada, y aún así respiro, ¿qué es amor? ¿Algo con lo que se puede comer? Tampoco lo sé, sin embargo, me he enamorado, algo prohibido para un ser corrupto como yo" ¿Libertad? ¿Qué es eso? Aquel...