1: Cartas de un admirador. 🎪

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     Impotencia de no poder hacer nada ¿lo han sentido alguna vez? Querer correr tratando de alcanzar lo obviamente inalcanzable...

     Connie se ahogaba con sus propios pensamientos, con las palabras que se atoraban en su garganta, querer gritar, objetar, sin embargo, simplemente el miedo de perder lo poco que tenía la hacía retractarse. El ardor que siente en su mejilla parecía no desaparecer pronto, lo mas probable es que se transformase en un moretón, pero bueno, el maquillaje ocultaría eso. Ahora lo único que era capaz de pensar era en lo desdichada de haber nacido mientras oía las quejas del señor Smile.

—¡¿¡¿ACASO NO PUEDES HACER NADA BIEN? !?! —El presentador o mejor dicho su jefe le proporciona otra bofetada del otro lado de la mejilla, la morena trata de retener las cascadas de llanto que quieren ser liberadas. —¡LA PRÓXIMA VEZ QUE HAGAS UNA ESTUPIDEZ COMO ESA EN EL ESCENARIO DESPIDETE DE UNA DE TUS EXTREMIDADES!

     El gordinflón sale del camerino de mujeres dejando en su trayecto un aura pesada, la amargura e inhumanidad son partes representativas de el señor Smile.
Connie agacha la cabeza para después mirarse en el espejo, una vida normal, es lo que más deseaba, no comprendía porque se molestó tanto el jefe, en otro momento sólo lo hubiese ignorado. Se preguntaba en realidad el significado de "vida normal", pues carecía de información en ella.

—¿Connie?¿Estás bien? —Una chica pequeña con piel cremosa entra al vestidor con un balde de agua.

—Sayde ¿qué haces aquí? Deberías estar en la cocina. —la joven de pieles cremosas era nada mas y nada menos que una de las cocineras del circo, lo suyo no era el estar en escenario donde mucha gente le mirase, se sentía mucho mas segura en la cocina, ella había visto crecer a la joven de Connie.

—Lars se está encargando de eso. Pero mas importante, mira esas heridas.

—Estoy bien, estoy acostumbrada.

—No digas esas tonterías. —Sayde remoja un trapo para limpiar las mejillas de la chica.

—Aunque no lo entiendo, lo que pasóbpudo haber sido parte del show, no sé porqué se molesto, d-duele. —reclama Connie al sentir el tacto del trapo en su piel.

—Talvez sea por él.

—¿Él?

—¿No lo sabes?

—¿Qué? —cuestiona Connie.

—Hoy vino un patrocinador en la función, no se sabe detalladamente quién es, es una incógnita, pero si se sabe que es muy rico, por eso el jefe quería que todo saliese perfecto.

—Pero igual no fue mi culpa... —o tal vez si, le había llegado el recuerdo de aquel chico misterioso.

—Lo sé...

—¡LAS LUCES SE APAGARAN EN 5 MINUTOS! —gritó una voz en el exterior.

—Parece que es hora de dormir. —comenta Sayde.

     La morena asiente, ella toma su bastón hasta las habitaciones hechas de carpas pequeñas donde compartía hospedaje con otros compañeros.
Se acuesta en la primera cama de la litera mirando un punto fijo sin mucha importancia. Se sentía extraña, cuando vio aquel chico entre toda la multitud parecía poder mirar tras el interior de su alma, y tan rápido como un parpadeo, el había desaparecido de su vista.

—¡Ey! ¡Mocosa!—cierta joven con tonalidades azules entra a la carpa, se trataba de Lapis, una vieja amiga de Connie, quien es la encargada de los shows "extremos", prácticamente era solo lanzar un par de cuchillas en un punto con alguien parado y sujetado en una ruleta, normal.

I'M ALONE: La Pequeña Payasa #FanficAwards2017[Steven Universe] StevonnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora