8: Melancolía. 🎪

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     ¿Es posible morir por amor? En realidad eso no lo sabía al 100% Connie, pero de algo si está segura, en esos momentos, en ese jodido instante deseaba volverse polvo. Aquella chica que exigía detener algo que apenas iniciaba corrompía lento y doloroso las esperanzas de la morena.

—¿C-Comprometido? —preguntó casi para sí misma.

—Así es. —la voz de la rubia salió dudosa. —Entonces, ¿qué dices? Parece un trato justo, ¿no creés?

     Ella tenía que renunciar por ese amor, prácticamente lo de ambos ya era imposible desde antes, tal vez era un llamado del destino que le advertía para esto. Connie se mordía el labio inferior conteniendo sus gritos internos, ella solo es el entretenimiento privado de un hombre. Qué patético.

—No tiene que preocuparse de nada Lady Peridot, entre su prometido y yo no sucede ni sucederá nada. —Afirmó sonriente la morena. —Por lo cual el trato. —cerró el portafolio donde se hallaba el dinero. -—No es necesario. —no se podía comparar contra aquella chica de finos vestidos y mirada seductora.

Peridot solo la miraba sonreír, ¿sería cierto? Ella espió a Steven en varias ocasiones, la llenaba de rabia verlo sonreír de manera sincera cuanto el miraba a la morena en el escenario. Existía ocasiones donde deseaba ser la chica.

—Entonces, entre él y tu no pasa nada... —Trató de afirmar Peridot.

—Así es —. Ensambló su sonrisa. Tenía que rendirse, porque es necesario.

—Ya veo ¡entonces la linda e increíble Peridot se va! —se fue a pasos torpes a la salida. Fue un encuentro tan efímero que incluso Connie creía haber sido un sueno.

     Cuando finalmente se sintió en soledad se abrazo a sí misma, como si tratara que su ser no se rompiera en miles y millones de pequeños pedazos ¿Por qué no lo vio venir? Era obvio. Ella, un ser incompleto tanto físico y mental. Además, ¿qué hubiera hecho Steven cuando se enterara de su discapacidad?, ¿seguiría con ella sin importarle?, bueno, ya no tenía que preocuparse por eso, ya no más. Renunció a su pequeña y adorable esperanza de seguir. Término en silencio de remendar su disfraz.

—Connie, el siguiente acto empezara pronto ¿No quieres comer algo antes? —Sayde llegó con un plato de sopa caliente.

—No tengo hambre. —dijo indiferente. Internamente peleaba en como decirle a Steven que jamas la volviera a ver, estaba decepcionada, esta cansada.

—Querida, si no comes, ¿como encontraras las energías para estar en escena? —Connie sumergió sus emociones en lo más profundo de si ser, aún el deseo de dejar de ser tan deprimente continuaba.

—Si tienes razón —Guardo silencio. —El show debe continuar.

***

     Los días transcurrieron indiferentes, como si la existencia de Steven jamás hubiera llegado a su vida. Todo parecía dar un reinició, pero no del positivo en donde decides cambiar o cosas por el estilo, era un iniciar triste y melancólico.

Connie daba pequeños malabares junto con Lapis, ella se perdía entre toda la multitud de la gente, no ponía atención, sus ojos reflejaban estar vacíos.

     Agradecía traer tanto maquillaje pintado en forma de una sonrisa, porque por ahora eso se le era una acción imposible de hacer.
Un niño de entre todo el público lanzó tal vez por diversión o maldad no se sabía con exactitud, lanzó algodón de azúcar donde se ubicaba Connie, ella perdía el equilibrio, trato de sostenerse en una soga, el peso de Lapis callo encima de la morena. La soga en la que trataba de sostenerse era la cuerda donde se cerraba el telón.
El público reía por aquel suceso estúpido, Mr.Smile entró en escena para decir que tenia "problemática técnicos".

***

—Limpiarás sola la parte trasera de las carpas. Cuidado con pedir ayuda. —dijo el señor Smile para después salir a no se donde.

En ese lugar se abandonaban o tiraban las cosas que ya no eran de gran utilidad en el circo, las arañas y ratas le parecía ser un lugar estupendo para vivir.
Largas horas pasaron para que finalmente terminara, solo quedaba un pequeño detalle, un jodido piano viejo imposible de mover para colocarlo en la esquina, tal vez nadie se daría cuenta. Se sentó con dificultad encima del piano refugiándose del frío con su larga capa.

—Este no parece un lugar muy cómodo. —Connie volteó su rostro encontrándose con la tierna sonrisa de cabellos rizados oscuros de Steven.

—Vete —. Expulsó la morena, realmente no quería eso, pero la sensación de haber sido usada solo como entretenimiento la dividía.

—¿por qué? —cuestionó dudoso Steven, no comprendía con exactitud la extraña manera en la que se comportaba Connie.

—Por que eres un chico comprometido. —le contestó algo asqueada.

El chico continuó mirando a cierta distancia a la morena, ¿quién le dijo eso a Connie? Eso todavía no está asegurado por completo, es solo una pequeña posibilidad. Se sentó en una de las cajas de madera en frente del piano. Una dulce y tierna melodía salía de ese artefacto.

     Ella miraba como los dedos de Steven posaba rápido por las teclas. Cada tecla que él hacia sonar, una pequeña huella de sus dedos quedaba, el piano había quedado tantos años en soledad que el polvo de los años fue su único resguardo.

—No estoy comprometido...aún. —aegumentó entre los sonidos musicales. —Mi padre sigue pensando en eso.

—No te entiendo. —Contestó ella. —Yo no te conozco por completo, somos dos desconocidos que jugamos con la palabra amor. —las palabras salían entre cortadas. Debía dejarlo, ya no quería aferrarse a nada.

Steven dejó de tocar.

—¡Mentira!, yo no juego con el amor, yo siento el amor, siempre cuando estoy contigo —. Se paró tomando de la barbilla a Connie, haciéndola ver sus ojos. —Y quiero tener hijos contigo —. Bajó la mirada. —Yo quiero ser correspondido.

Ambos están igual, inseguros de lo que el uno al otro piensa. Steven se acercó con cautela al rostro de Connie chocando con cuidado la comisura de sus labios.

«Voy a superar mis ganas de renunciar a ti» concluyó Connie.

Fin del capítulo 8.

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Editado el 05/05/17

I'M ALONE: La Pequeña Payasa #FanficAwards2017[Steven Universe] StevonnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora