Steven bajaba del carruaje, podía apreciar varios autos a vapor pasar, aunque tiene el dinero suficiente (y hasta de más) para comprar uno, la maquinaria se le hacia terrorífica. Demasiado dinero invertido para una sola noche de copas, esa era entre muchas otras razonas por las que le parecían demasiado tediosas estas fiestas. Un hombre con traje lleno de bucles se acerca desde la gran entrada hacía el.
—¡Oh! Steven. ¿Qué tal?
—Vizconde Ronaldo, es un gusto verlo. -«mentira», pensó.
Entró al gran vestíbulo donde las paredes decoraban varias repisas de oro y madera, una mesa de bocadillos de todo tipo. En cualquier otra ocasión él lo hubiese tomado, pero ahora no, ya que ésta era solo una inútil fiesta para presumir dinero. Encontró a su padre hablando con otras personas de al parecer de linaje alto.
—Al final de cuentas todo en este mundo son negocios. concluyó un tipo que no conocía Steven por completo. —¿No cree joven Steven?
—Supongo —. Responde en seco.
—¿Qué tal el negocio de nuevos policías joven Steven? —Pregunta otro señor que tomaba la copa del vino y varios bocadillos.
—No somos policías, nosotros somos una organización que buscamos cualquier mal y salvamos al mundo, a comparación de los policías que llegan a ser corruptos y se dejan engañar por papel verde o chicas con cara bonita. —argumenta Steven con voz cansada.
—Bien, bien, es mucha platica para un solo joven. —Responde su padre para que dejen de molestar a su hijo.
Mientras tanto en otro lado del gran vestíbulo, Kevin "bailaba" con Connie, es decir la cargaba disimuladamente mientras la música clásica resonaba.
—El vestido te queda precioso. —Afirma el achocolatado. —Casi igual que yo —. La morena puso los ojos en blanco, ¿de verdad existía gente tan narcisista como él? ¿Acaso incluso el mundo le da vida a la basura? Las luces del salón bajaron de tono hasta quedar el lugar en total oscuridad.
Entonces en un escenario donde se había ubicado los músicos ahora se hallaba el señor Smile con su típico traje y una sonrisa falsa que conocía de memoria la joven.
—¡Les presentamos, querido público! ¡El tap de las cuchillas! —dijo para desaparecer del escenario.
Connie se dio cuenta que el tiempo había hecho una cruel jugada. Dentro de 3 actos ella seguiría. Se soltó del amarre del conde para regresar y alistarse, pero el vestido era tan pesado que no permitió que al menos pudiera saltar. Kevin la vuelve a tomar de la barbilla quedando frente a frente, los ojos de Connie quedaron conmocionados, si pudiera tener el don de predecir el futuro seguramente lo hubiese usado ahora.
—T-Tengo que irme. —Responde temeraria.
—No tienes porqué, —asegura Kevin a punto de expulsar su plan. — ¿enserio quieres ir ahí donde te tratan como una mierda? Donde te discriminan por ser lo que eres, un humano ante todo. —las palabras del conde golpearon un lugar de Connie donde ella había guardado todo el tiempo que vivió, agachó la cabeza sintiendo como una oleada de amargura pinchaba su garganta, pues lo que dijo era hasta cierto grado verdad. —Quedate conmigo, tendrás una vida gratificante, llena de riquezas y todo lo que puedas desear, yo solo pediré una pequeña cosa a cambio, simplemente conviertete en mi concubina —. Diciendo eso para acercar sus cuerpos y sentir el palpitar de sus corazones.
Las palabras no llegaban para que pudiera responder, era tentador poder ser libre de aquel lugar miserable. Su vista cayó en el acto del escenario donde Lapis lanzaba cuchillas a una pizarra el cual Jamie evitaba con gran agilidad que lo atacaran mientras bailaba tap.
El sonido de los zapatos sonaban con gran ritmo y alegría, ambos sonreían ante el público, entonces se dio cuenta que no podía dejarlos, estuvo con ellos en los peores momentos de su vida, también en los alegres, dejarlos sólos en esa tortura, sería mal agradecido, tomó valor y soltó el agarre del conde.
—No puedo, sencillamente no puedo. —respondió firme, sus ojos oscuros y decididos atacaban la mirada altanera llena de ego del conde.
La musica volvió a sonar con sonores clásicos. Los aplausos para los actores retumbaron.
Kevin iba a decir algo pero fue interrumpido por el tacto de alguien llamándolo por encima del hombro.—¿Me permite bailar con la doncella? —Pregunta el chico de cabellos lleno de rulos negros, la cara de Connie se sumergió en sus ojos, en esa dulce y cachetona sonrisa.
—¿Steven? Interrumpes algo... —Kevin respondió algo amenazante. Le hartaba el ver al hijo de Greg, era demasiado feliz y sincero para su gusto.
—Según las reglas, si un caballero invita a una dama a bailar con la autorización del otro, este debe aceptarlo —. Respondió sonriente.
Este hizo una mueca, se acerco al oído de Connie y le dijo;
—Ésta platica aún no ha terminado, haber como te las arreglas para que tu teátrito no se caiga. — le dijo en un susurro a Connie, el miedo congeló el cerebro de Connie, ella no podría moverse si le pedía que bailara. Vio alejarse al conde quedando estática en aquel lugar.
—Increíble, por un momento creí que miraba a un ángel. -
—él dice sonriente. Tan galante, sin ninguna preocupación que golpeará la vida de aquel chico. Según Connie. —Es tan curioso y quisquilloso el destino, ¿no lo creés? — Él pregunta.—Demasiado —. La chica responde desviando la vista.
—¿Que pasa? ¿Acaso hice algo mal?. —cuestiona Steven acercándose a ella y capturando sus manos, las que les pareció las mas suaves del mundo. Tal vez había interrumpido algo importante.
—¡No!, es solo que no estoy acostumbrada a estas cosas. —afirma nerviosa. Es más, no sabe nada de estas cosas.
—A mi tampoco me gustan estas cosas, pero, son necesarias por así decirlo. Espero tener la fortuna de verte con un vestido blanco alguna vez. —dice sonriente.
—Steven, yo no puedo ir al mismo paso que tu, eso sería malo, lo siento —. Responde cabizbaja.
—Yo no te pido más que solo una cosa. —apreta las manos de Connie mirándolas con tristeza.
—Yo no creo en esas tonterías de felices por siempre, pero, si contigo puedo tener al menos un final feliz, me encantaría que que aceptaras esa realidad.—¿Y si yo no tengo un final Feliz? —tragó saliva en un intento de no desplomarse.
-—Entonces enfrentemoslo juntos. Tu y yo. ¿Qué dices?
Ella sonrió. ¿Enserio existía alguien que se preocupara por ella?
—Si.
Fin del capítulo 6.
---------Editado el 5 de mayo de 2017.
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I'M ALONE: La Pequeña Payasa #FanficAwards2017[Steven Universe] Stevonnie
Fanfiction"Nunca debí nacer, nunca debí existir, no tengo derecho a nada, y aún así respiro, ¿qué es amor? ¿Algo con lo que se puede comer? Tampoco lo sé, sin embargo, me he enamorado, algo prohibido para un ser corrupto como yo" ¿Libertad? ¿Qué es eso? Aquel...