I'M ALONE: La Pequeña Payasa #FanficAwards2017[Steven Universe] Stevonnie

20: Agua Fria.👑

24 de septiembre de 1782

Para: Steven DeMayo.

     He reflexionado y decidí que no me rendiré ante ti. Yo quiero a Connie, tal vez sea culpa de los pecados que hice en el pasado. Debo hacerme responsable de mis actos, sé que no me entiendes y no es necesario hacerlo. Me ganaré su corazón de la manera más honesta que pueda, no pienso ser un cobarde.

Connie el día de hoy realizó sus actividades típicas, hacer su trabajo, soportar caprichos de una gorda, sin embargo soy yo el "juguete" de Aguamarina por lo cual no debes preocuparte por lo que pase. Espero que tardes en tú trabajo.

Atte: Jamie.

Término de leer el joven Steven al momento de llegar de nuevo al hotel.

—Viejo, estas arrugando ese papel. —Amatista apuntaba los puños cerrados torturando a la pobre hoja de papel en la manos de Steven.

—No podemos seguir así Steven, si seguimos hiendo y viniendo solo por esas cartas jamás terminaremos éste caso. —Garnet bebió el té con mirada sombría.

—¿Estas asustado por que ese chico te quité a Connie? ¡Ja! —Amatista le había arrebatado la carta donde término de leer lo escrito por el cirquense.

—¿Asustado? No. No creo que sea la palabra más adecuada. —el chico tomó el papel.

—¿Entonces?

—Estoy enfurecido. —Afirmó azotando la carta sobre la mesa.

La chica de cabello púrpura reía ante el rostro de frustración y molestia que tenia el semblante de Steven.

—Cambiando de tema. —formuló Perla extendiendo varios documentos. —Los últimos tres lugares a donde hemos ido, la cafetería, el museo y la carnicería, ninguna tiene parentesco alguna con el degollador.

—A excepción de las piedras que deja en cada cadáver —. Peridot arroja un par de periódicos. —Y las extrañas "pistas".

—Si lo ponemos en orden, el primer lugar a donde fuimos fue el museo, en el lugar de los hechos la mujer degollada tenias una nota dictando la dirección de la cafetería central. De la cafetería el cadáver del dueño contenía en su mandil un pedido de la carnicería. —Perla miraba un par de papeles.

—No están dejando descaradamente pistas, como si supieran que llegaremos tarde o algo por el estilo —. Afirmó con frustración el chico.

— Si seguimos las pistas del perpetrador el siguiente lugar sería el casino afueras de la plaza —. La pequeña rubia extendía un boleto a Perla.

—¿Qué fecha tiene el tiquet? —cuestionó Steven.

—Está reservado para dentro de tres días. —Dicta la chica pálida.

—Iremos un día antes. Cabe una gran posibilidad que el criminal prepare a su siguiente víctima un día antes. Buscaremos sospechosos. —El chico talla su nuca con presión. Se sentía estúpido, más de lo común y eso le parecía frustrante. —Todo esto es extraño... Es como...

—Como si quisieran retrasarnos en algo para lograr una causa mayor. ¿Pero qué?—Garnet disponía salir del cuarto. —Pero no dejaremos que eso pase, ¿cierto? Somos las gemas de cristal.